Religiosa argentina denuncia barbarie terrorista en Siria
> Guadalupe Rodrigo, quien cumple una misión desde hace cinco años en la ciudad siria de Alepo, expuso en Buenos Aires cómo sufre el pueblo sirio
Con habla pausada, lo cual hace más conmovedor y desgarrador su relato, la religiosa argentina Guadalupe Rodrigo denunció en Buenos Aires la barbarie que sufre el pueblo de Siria sometido a una feroz guerra terrorista, difundió PL.
La hermana Guadalupe cumple una misión apostólica desde hace cinco años en la ciudad siria de Alepo, el centro urbano más grande, con cinco millones de habitantes, y se ha desenvuelto en ese país árabe que ha sido arrasado por la violencia mercenaria y terrorista de los grupos islamitas Al Qaeda, primero; Al Nusrah, después, y ahora el llamado Estado Islámico (EI).
A través de impactantes fotos de esa ciudad, en la que se entrelazó la modernidad y abundancia con una riqueza patrimonial milenaria, la misionera describió la destrucción de la urbe y la masacre de la que ha sido víctima el pueblo sirio, en particular la comunidad cristiana.
“Mi misión es difundir esto para que se detenga la masacre. Es vergonzoso que haya tenido que pasar lo del niño Aiylan (Kurdi) para que el mundo se despierte. Esto está ocurriendo hace mucho”, afirmó Rodrigo, de 41 años de edad.
Su exposición del miércoles en la noche en un auditorio de Buenos Aires, a la que asistió el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Ricardo Lorenzetti, fue organizada por la Fundación Acuerdos Básicos que fomenta la convivencia entre religiones con el apoyo del Congreso Judío Latinoamericano.
La religiosa, integrante de la Familia del Verbo Encarnado, compartió sus duras vivencias sobre el horror de las persecuciones, el sufrimiento de los refugiados que huyen de la barbarie terrorista y los peligros que viven los cristianos, y el resto de las comunidades, a manos de supuestos fundamentalistas islámicos.
Describió cómo Alepo comenzó a ser sitiada hace tres años por los grupos extremistas, cortando sus rutas de acceso, y de una ciudad moderna, hoy es una imagen fantasmagórica de destrucción donde hay dos horas de electricidad y agua corriente fresca cada dos semanas, la asistencia sanitaria es prácticamente inexistente y la infraestructura está destrozada.
Rodrigo no habla de guerra civil, sino solo de guerra, y dice que detrás del conflicto en Siria “hay muchas cosas que vienen de afuera, hay intereses económicos que nada tienen que ver con el bienestar del pueblo”.
“Había gente descontenta con el régimen (de Bashar al Asad), pero ciertamente no eran la mayoría”, sostuvo, además de señalar que “los sirios han perdido todo, humana y materialmente”.
“Es necesario difundir esto; que se conozca este sufrimiento y el espanto de esta guerra terrorista para que se forme una conciencia mundial sobre la urgente necesidad de detener este horror”, clamó la religiosa, cuyo grupo en Alepo fue el primero en denunciar ante el Vaticano la desolación que sufrían los cristianos en Siria.
Semanas atrás la hermana Guadalupe y otros misioneros fueron recibidos en el Vaticano por el papa Francisco, en una audiencia pública en la plaza San Pedro, en la que los alentó a seguir adelante en su tarea apostólica.
“Siria posee 22 millones de habitantes y se calcula que unos 11 millones, la mitad de su población, se han visto forzados a desplazarse o buscar refugio para huir de ese salvajismo fundamentalista”, señaló la hermana Guadalupe.
Al mostrar las imágenes tomadas por los miembros de su parroquia y centro de atención a jóvenes universitarias, afirmó: “Esto no es una película o un set de filmación, es una atroz realidad
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