Juan Carlos Parisca: El plan urbano en tiempos de guerra
Seguimos pasando momentos difíciles que afectan todos los ámbitos de la vida del país. Especial impacto es el que se siente en el terreno de lo urbano, en relación con la lucha por la seguridad ciudadana, y el que se relaciona con la creación de los planes para el desarrollo urbano de Caracas y las demás ciudades del país.
Caracas, en especial, vive desde hace mucho la obsolescencia de su plan de desarrollo urbano. Hace mucho tiempo se interrumpió el proceso de actualización de los planes del uso del suelo caraqueño. Desde que se embaló la crisis de la cuarta república. Habría que remontarse a los años 70, cuando comenzó el deterioro de la Oficina Municipal de Planeamiento Urbano OMPU. Cuando el valor de la tierra era el motor del desarrollo urbano, la competencia por el negocio inmobiliario fue haciendo al Estado cada vez más ineficaz para trazar las líneas de crecimiento de la ciudad.
Uno de los últimos planes presentados por Alcaldía de Libertador en 1998, pongamos por caso, dejaba por fuera a los terrenos en cerro, el territorio que alojaba entonces a la mayoría de la población. Recientemente el Plan Caracas 2020, de la Alcaldía Metropolitana, con un enfoque convencional más cónsono con los planes de la cuarta, desestima igualmente el tratamiento de las zonas mayormente pobladas de Caracas.
En el proceso bolivariano otras tienen que ser las bases de estudio y las líneas de formulación de los planes.
En Venezuela alrededor del 90% de la población vive en zonas urbanas. De treinta millones de venezolanos al menos catorce millones vive en barrios. En el caso de Caracas el 35% del área ocupada corresponde a las llamadas zonas marginales y alrededor del 70% de la población vive allí. Por otra parte, desde este punto de vista la planificación en la capital se tiene que comprender toda la Gran Caracas. Es decir, 17 municipios.
La importancia de las zonas de barrio no puede seguir siendo soslayada, así éstas no tengan valor comercial, sencillamente porque está demostrado que es el Estado conjuntamente con las comunidades, que tienen que asumir su desarrollo. El plan urbano tiene que comprender, por consiguiente, toda la ciudad. Y se debe regir por la gente y no por el negocio inmobiliario.
El Plan Urbano de la Caracas Socialista debe otorgar primera importancia a las zonas más pobladas. Donde vive la mayoría de la población. Para Caracas es una necesidad planificar la intervención del Estado en las zonas de cerro, sin seguir dejando indefinido el espacio para la vivienda, los usos sociales, la circulación, la vialidad y los servicios públicos.
Por otra parte, una confrontación armada es hoy una eventualidad que forma parte de los escenarios cada vez más prioritarios, para la formulación de los planes para el futuro próximo.
Ya lo decía el comandante: “… si Estados Unidos, y así lo digo, se le ocurre invadir Venezuela, aquí comenzaría una guerra (…) de cien años. Se incendiaría no solo este país, buena parte de este continente; que no se vayan a equivocar, nos estamos preparando para resistir una invasión”.
Las fuerzas armadas populares de seguridad y defensa en los barrios y en los caseríos, deben ser estratégicamente defensivas, pero con autonomía para actuar puntualmente contra el enemigo. Las fuerzas populares tienen que tener una organización regional pegada al suelo donde residen las comunidades. Esencialmente son descentralizadas, actuando centralizadamente para formar unidades mayores, cuando ello es requerido por razones operativas.
En una confrontación la defensa de la capital estaría a cargo de fuerzas de infantería, a través de uno o muchos destacamentos regionales con unidades sectoriales pequeñas, con capacidad de movilización rápida y ocultamiento.
Las fuerzas armadas populares de seguridad y defensa estarán organizadas en cada región o zona ocupada por la población, en la cual la población resida en comunidades. Por consiguiente es necesario abrir espacio en la planificación urbana al pueblo y a la Fuerza Armada.
En otras palabras, entre las variables determinantes para la planificación tendrán que tomarse en consideración la ubicación de las zonas residenciales, las vías de acceso, las rutas de escape, los sitios para refugios, depósitos de comida y hospitales de campaña, circulación, sitios de combate, ocultamiento, rutas de circulación interna.
Desde el punto de vista de la eficacia de la inversión social, es necesario que se contemple que cualquier confrontación con un enemigo poderoso tendría como escenario la ciudad capital. Una conformación urbana concebida para el combate tendría un impacto invalorable para garantizar la victoria a favor de las fuerzas de la Patria. Todo esto debe tener primera importancia en la formulación de los planes socialistas de desarrollo urbano.
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