lunes, 7 de septiembre de 2015

Néstor Francia/Análisis de Entorno: 

¿Qué se traerá Santos entre manos?

– El año electoral y los eventos internacionales

– La presión va a aumentar

– Enemigos envalentonados

– Fortalezas de la Revolución

– Conflictos que no cesan

– Presiones sobre el gobierno de Santos

– Maduro insiste

– Torpedeando el diálogo

– Santos no quiere hablar

– Condición incumplible

– ¿Qué se traerá Santos entre manos?

– La camisa de fuerza

– Nuestro Gobierno firme

– Jugando con ventaja

– Maduro tranquilazo

– Apoyo popular al cierre de frontera

– ¿Ganando tiempo hasta diciembre?

– Otra buena razón

El hecho de que este sea un año electoral en Venezuela marca por supuesto todos los eventos internacionales que se relacionan políticamente con nuestro país. Sobre todo porque pareciera que las derechas, la interna y la externa, están apostando a todo o nada en esos comicios parlamentarios, lo cual no carece de sentido, ya que una victoria revolucionaria, después de todo lo que ha venido ocurriendo, sería un golpe noble contra la contrarrevolución del cual le costaría mucho recuperarse, aunque lo intentarían, por supuesto, no se entregarían jamás, Cuba es un nítido ejemplo de ello. Harían cambios tácticos, por supuesto, pero la estrategia de acabar con la Revolución Bolivariana continuaría intacta.
Falta poco para el 6D, tres meses, así que la presión seguramente va a aumentar. Esa circunstancia ha jugado papel importante en las situaciones que involucran a Guyana y Colombia con Venezuela. Sería aventurado decir que es el único o el principal factor en juego en esos conflictos, pero es claro que sí es uno importante. La supuesta debilidad interna del Gobierno de Maduro, especie vendida intensamente por la canalla mediática mundial y por voceros políticos, envalentona a nuestros enemigos, los hace más audaces e incisivos.
Sin embargo, cada vez es más claro que la Revolución Bolivariana no es solo fuerte adentro, porque a pesar de guerra económica, desestabilización mediática, intento de estigmatizar al Presidente Maduro y devaluar su imagen, sigue adelante con un importante y demostrado apoyo popular organizado, garantizando la estabilidad y la paz del país. La reciente gira asiática del Presidente, que se extendió a Qatar y después a Jamaica, proyecta una clara imagen de solidez interna y estabilidad institucional. En cuanto al frente externo, la reciente victoria en la OEA y la exitosa reunión de Petrocaribe dan idea de la positiva imagen del Gobierno venezolano en nuestro continente.
En ese contexto, los conflictos con dos países fronterizos no cesan. Guyana continúa pasándoles por encima a todos los acuerdos entre nuestros gobiernos referentes  al manejo de la región del Esequibo, manteniendo así la calculada provocación contra nuestro país. En cuanto a Colombia, la situación no termina de aclararse.
Después de su derrota en la OEA, el gobierno de Colombia sigue recibiendo presiones para que se realice una reunión entre Santos y Maduro, y para que el conflicto fronterizo tome el desaguadero de la negociación bilateral, que es la posición de Venezuela desde un principio. De hecho, ayer el presidente Mauro insistió: “Le hago un llamado al presidente Santos para que no tenga miedo al diálogo; presidente, solo a través del diálogo usted y yo podemos canalizar la solución a estos graves problemas, yo estoy dispuesto a sentarme a hablar con usted, donde, cuando y como usted diga”
El gobierno colombiano aparenta ceder un poco, pero, pareciéndose una vez más a la oposición venezolana, torpedea la posibilidad del diálogo poniendo condiciones que no son fáciles de cumplir. De nuevo citemos a Maduro, en sus declaraciones de ayer: “Ayer recibí al canciller de Argentina y de Brasil, ellos me trajeron una propuesta, me dijeron que habían hablado con el presidente Santos y él estaba dispuesto a aceptar mi propuesta de tener una reunión conmigo, estoy esperando, digamos, las consultas que se están haciendo. Dentro de mí creo que el presidente Santos no quiere hablar”
Las presiones sobre Santos para que se reúna con Maduro provinieron primero de Panamá, hasta el punto de que esto condicionó el voto de ese país en la OEA. También han presionado en ese sentido Brasil, Argentina y Ecuador. Durante la visita a Colombia de Luis Almagro, María Angela Holguín volvió a hablar de condiciones para la reunión de los dos presidentes. Ladinamente, la canciller colombiana expresó que “Nosotros queríamos que la OEA pudiera venir y constatar, no queremos absolutamente nada contra Venezuela, no queremos resoluciones, no queremos pronunciamientos, nosotros queremos trabajar con Venezuela”. De este modo pretende ponerse en sintonía con el giro que han venido tomando las cosas. Pero al menos una de las condiciones que está poniendo el gobierno de Colombia para acceder a una hipotética reunión de Santos y Maduro parece ser más bien una manera de entrabar esa posibilidad.
En efecto Santos se pronunció afirmando que “Le quiero decir al presidente Maduro que estoy dispuesto a reunirme pero que los colombianos necesitan que se les respeten sus derechos fundamentales”. Entre las “condiciones” que exigió Santos para reunirse con Maduro está permitir un “corredor humanitario” para que más de 2.000 niños que se encuentran en el lado venezolano de la frontera “puedan asistir al colegio en Colombia”. Eso ya se está haciendo, como se sabe. Otra condición que puso el presidente colombiano es que se autorice el ingreso a Venezuela de 15 camiones para que los colombianos repatriados desde el cierre de la frontera “puedan recuperar sus pertenencias”.
Finalmente, la principal trampa que pretende ponernos el gobierno de Colombia es la tercera condición. Esta consiste, en palabras de Santos, en que nuestras autoridades “cumplan con los protocolos mínimos y no maltraten a los colombianos que van a ser deportados de Venezuela”. Es decir, que Venezuela acepte que ha violado los derechos humanos y ha maltratado a la gente. Eso no va a ocurrir y Santos lo sabe ¿Qué se traerá entonces entre manos? Lo cierto es que el presidente Maduro añadió ayer lo que es evidente desde el comienzo del cierre de la frontera: “La oligarquía mediática colombiana impuso una posición anti venezolana de odio y creo que el odio se les desbordó y el presidente Santos tiene ahorita una camisa de fuerza que le han impuesto con toda su campaña”
Entretanto, nuestro Gobierno se mantiene firme en sus operaciones tendientes a recuperar el control de nuestra frontera y construir una zona fronteriza segura y de paz. Seguirán los movimientos de lado y lado. En este momento estamos jugando con  ventaja y no pareciera que eso va a cambiar. Se diría que el que está realmente enredado es el gobierno de Colombia. Maduro se ve tranquilazo, haciendo negocios productivos para nuestro país con nuestros socios en el mundo, recabando el apoyo público de dos grandes potencias mundiales, como China y Rusia, y de otros países de importancia relativa pero a la vez innegable, como Vietnam y Qatar, y la confianza y la amistad de los países de Petrocaribe. Y ya se sabe que el cierre de la frontera tiene el apoyo mayoritario de los venezolanos.
De todas formas cabe preguntarse si los enemigos externos de Venezuela estarán ganando tiempo hasta diciembre, cuando una hipotética victoria opositora sería también de ellos, y entonces nuestras ventajas podrían esfumarse. Otra buena razón para la unidad, la lucha, la batalla y la victoria.

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