Diosdado Cabello y los “Chulos” de la Revolución
El ex teniente quiere ocultar los preceptos políticos y constitucionales del traspaso de poder, que el mismo Hugo Chávez formuló con absoluta claridad en el discurso televisivo del 9 de diciembre
1. Los chulos
El sábado 22 de diciembre tuve el dudoso honor de ser objeto de un comentario del presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Diosdado Cabello. Cayendo una vez más víctima de su gravitación natural hacia la vulgaridad, torpeza y manipulación, afirmó que soy uno “de esos chulos que cuando ven un movimiento revolucionario se acercan”, y que no sabe “cuánto (me) estarán pagando”. Siendo importante saber quiénes son los elementos parasitarios (chulos) en un proceso revolucionario, propongo a Cabello un método sencillo para detectarlos: contratemos una agencia internacional de contabilidad que audite los ingresos y el patrimonio de los dos, desde el año de 1999, y publicaremos los resultados. Todo el pueblo venezolano podrá juzgar, entonces, quién de los dos es un chulo de la Revolución Bolivariana.
2. Cabello intenta golpe de Estado institucional contra el Presidente
El lenguaje soez de Cabello y sus sermones sobre la conspiración internacional contra la unidad del Bolivarianismo, no son más que una cortina de humo. El exteniente quiere ocultar su insubordinación contra el Presidente en funciones y los preceptos políticos y constitucionales del traspaso de poder, que el mismo Hugo Chávez formuló con absoluta claridad en el discurso televisivo del 9 de diciembre.
Este testamento vivo de transición, formulado con pleno conocimiento de su situación de salud y de la realidad política venezolana, contiene cinco preceptos claves: 1. Constata que es prácticamente imposible la asunción a la nueva presidencia de Hugo Chávez. 2. Define sin ambiguidades que Nicolás Maduro es el sucesor designado por el Presidente (“uno de los lideres jóvenes de mayor capacidad para continuar (…) con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo”). 3. Estipula que debe convocarse a nuevas elecciones según los preceptos de la Constitución. 4. Ordena a todos los chavistas a cerrar filas con Maduro y seguir el camino trazado por el Presidente. 5. Excluye de manera consciente y deliberada a Cabello —quién estaba en la mesa televisiva— como próximo presidente y conductor del proyecto bolivariano.
Este es el trasfondo del golpe de Estado institucional contra el Presidente Chávez, que Cabello pretendió ejecutar mediante su propuesta de modificación de la fecha del 10 de enero. Al ver descubierta su maniobra subversiva perdió las estribas y recurrió a los mecanismos del bajo mundo de los servicios de inteligencia que le son familiares: difamar, calumniar, mentir.
3. La Democracia Nostra del exteniente Cabello
La actuación golpista de Cabello en el proceso de traspaso de poder revela nuevamente su vocación antidemocrática y manipulador que no sólo ha practicado desde 1999, sino que formuló en el Diario de Caracas en marzo del año pasado explícitamente. “Elecciones internas” son “un método burgués” que deben ser superadas en el PSUV por “la cooptación, que consiste en que, dado un cargo con un perfil determinado, se postulan varios nombres, y un grupo, un comité, toma la decisión…Ojalá, si la Revolución madura, ese debe ser el método.” Mussolini y Franco han de estar en algún rincón riéndose del método “post-burgués” del revolucionario Cabello.
La actuación golpista de Cabello en el proceso de traspaso de poder revela nuevamente su vocación antidemocrática y manipulador que no sólo ha practicado desde 1999, sino que formuló en el Diario de Caracas en marzo del año pasado explícitamente. “Elecciones internas” son “un método burgués” que deben ser superadas en el PSUV por “la cooptación, que consiste en que, dado un cargo con un perfil determinado, se postulan varios nombres, y un grupo, un comité, toma la decisión…Ojalá, si la Revolución madura, ese debe ser el método.” Mussolini y Franco han de estar en algún rincón riéndose del método “post-burgués” del revolucionario Cabello.
Cabello parece pensar que este momento de “madurez” ha llegado y que le toca a su grupo, “tomar la decisión” sobre la transición a la fase post-Chávez. No entendió que Chávez lo tenía plenamente identificado y que, por eso, escogió el formato de mensaje televisivo a la nación, para tenerla como testigo entero de su última voluntad política: no entregar a los chulos de la Revolución Bolivariana su proyecto de vida. Enhorabuena, Comandante
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