Jeanpier Anaya
aluvion.analisis@gmail.com
En guerra, la destrucción cumple
la función de disminuir las capacidades del enemigo para resistir o contrarrestar
un ataque, no solamente se demuelen las capacidades “físicas” o “materiales”
sino también la fortaleza psicológica del contrincante para mantenerse en la
contienda.
La exposición a imágenes catastróficas advierte a lo atacados:
Una pancarta de “Misión Cumplida” sobre las ruinas de Bagdad intentaba mostrar
una victoria imaginaria y prevenir a enemigos potenciales.
En la guerra de cuarta
generación se gana en la mente del enemigo. Se bombardean cerebros para
hacerlos caer en desesperación, y perder toda esperanza, deseando que la
salvación venga “del cielo” en forma de bombarderos. El Asesinato de campesinos
endilgado al gobierno por los medios de comunicación paraguayos desembocó en un juicio expreso que
destituyó al Presidente que reivindicó a los campesinos. Un aluvión de noticias
sobre una “violenta represión”, justificaron la persecución, linchamiento y exposición
del cadáver de Gadaffi en un centro comercial el día que Hillary Clinton
Aterrizó en Trípoli.
Los medios de comunicación
que inventaron una represión a una marcha que no llegó a Miraflores para
justificar un golpe de estado, que llamaron al sabotaje petrolero, y que no han
podido ganar una elección en 14 años, hoy bombardean con las imágenes más
impactantes sobre cualquier acontecimiento: puentes caídos, cárceles
levantadas, autobuses chocados y la “explotación” exacerbada del accidente en
Amuay, en una clara intención de sembrar la idea de un gobierno “fallido”.
Aunque sabemos que la realidad es todo lo contrario, la repetición de una
mentira la convierte en algo digerible. La derecha prepara el terreno para
pedir una salvación que venga “del cielo” y el candidato que hoy anda con una
gorra tricolor, utilizará otra de 13 barras y el sobrino octavo del libertador continuará
su trabajo de intentar restaurar la situación neocolonial previa a 1998.
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