Estudiantes de Iguala no fueron quemados
> Expertos independientes de la CIDH descartaron el informe de la Fiscalía que asegura que los cadáveres fueron incinerados
A 20 días de que se cumpla el primer aniversario de la matanza y desaparición de 43 estudiantes normalistas de Iguala, la polémica verdad histórica de los hechos que aseguró la Fiscalía mexicana en enero se tambalea.
Ayer, el Grupo Interdisciplinar de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aseguró en rueda de prensa que “los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula”, según lo reseña el diario El Mundo.
Según ha explicado Francisco Cox, uno de los responsables de la CIDH, el perito peruano José Torero acudió el pasado 12 de julio al basurero de Cocula y, tras evaluar el lugar, concluyó que para incinerar a los estudiantes debían haber sido usados “30.100 kilogramos de madera, 13.330 kilogramos de neumáticos y un incendio de 60 horas de duración”.
Como según los testimonios, ninguna de esas condiciones se dieron en el basurero, los expertos concluyen que no fue posible que fueran allí incinerados.
Además, según los peritos, ese incendio habría provocado llamas de siete metros de alto y el humo hubiera alcanzado los 300 metros de altura.
“La llama se tendría que haber inclinado hacia el basurero, encendiendo todo el plástico de un lugar más bien seco que debería haber generado un incendio forestal que arrasara con toda la zona”, aseguró el experto Cox.
También señaló como incongruente el testimonio de uno de los supuestos participantes en el incendio que habría vertido más combustible en las llamas para que no se apagara.
“Es imposible en un incendio de esa magnitud acercarse sin una traje especial. A 4 o 16 kilowatts, tras arder durante seis horas todo, uno no puede acercarse sin haberse quemado vivo”.
Por último, la CIDH explicó que sus informes están avalados en pruebas científicas, declaraciones en los expedientes judiciales y documentos desclasificados.
FAMILIAS RECHAZABAN EL INFORME
Desde luego, lo que sí supone un incendio descomunal es la afirmación de los peritos independientes sobre todo el proceso.
Desde el primer momento, los familiares de los estudiantes rechazaron el informe que presentó el pasado 27 de enero el entonces procurador general, el hoy destituido, Jesús Murillo Karam.
El fiscal aseguraba que todos los jóvenes fueron ejecutados e incinerados en el basurero de Cocula.
Según el argumento de la Fiscalía, la combustión fue tan devastadora que de los restos humanos que se han entregado a la Universidad de Innsbruck, en Austria, para que intentara encontrar huellas de ADN, solo habían permitido identificar a uno de los 43 estudiantes desaparecidos.
Ya entonces, familiares y asociaciones evidenciaron que un fuego de esa magnitud no podía provocarse durante horas sin que nadie se apercibiera y, recordaron además, que aquella noche hubo una fuerte lluvia en toda la zona.
No hay un solo testigo de los alrededores que confirme haber visto un incendio en esas horas.
LA HIPÓTESIS DEL NARCOTRÁFICO
En el informe de más de 400 páginas se solicita al Gobierno mexicano investigar el traslado de droga como posible móvil. “El negocio que se mueve en la ciudad de Iguala podría explicar la reacción extremadamente violenta y el carácter masivo del ataque”. Los peritos sugieren que los hechos pudieron producirse debido a que los normalistas interfirieron sin saberlo con una operación de tráfico de drogas al utilizar un autobús que estaba siendo usado para el traslado de estupefacientes.
Por su parte, la fiscal de México y responsable de la investigación, Arely Gómez, compareció ante los medios para asumir la “necesidad absoluta” de un nuevo peritaje de la zona donde supuestamente fueron quemados.
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