miércoles, 3 de junio de 2015

Néstor Francia/Análisis de Entorno: Entorpecer el diálogo con Estados Unidos

– Continúa el análisis de los objetivos de las marchas del sábado

– Venezuela como Estado fallido, un propósito de vieja data

– Pastrana y la “dictadura” en Venezuela

– El “dolor” de Quiroga

– El Club de Madrid y la cantaleta de improperios

– La preocupación de Martin Schulz

– La intervención, el objetivo más peligroso y condenable

– Tintori clama por la injerencia

– Entorpecer el diálogo con Estados Unidos

– No confiar en el imperialismo “ni tantito así”

– La denuncia de Antonov

– Petras y la política de palo y zanahoria

– El “escenario libio” en Venezuela

– “Huelga de hambre”: mantenerla o suspenderla a conveniencia

En nuestro Análisis de ayer asentamos que para la derecha radical nacional e internacional el montaje de las manifestaciones del pasado sábado se trató sobre todo de una operación mediática. Y nos referimos a los objetivos de esta operación: retomar la competencia por el liderazgo opositor frente al sector electoralista; moralizar a la base social del fascismo; proyectar una imagen internacional de fortaleza y de liderazgo; continuar la tarea de estigmatización del Gobierno venezolano como el de un Estado fallido, dictatorial, violador de los “derechos humanos”, corrupto, y vinculado al terrorismo y al narcotráfico; y contribuir al establecimiento de un escenario que justifique en el presente y a futuro la injerencia, y en última instancia la intervención imperialista en cualquier modalidad. De los tres primeros objetivos hablamos en ese Análisis de ayer. Hoy nos toca comentar los dos restantes.
En cuanto a la estigmatización del venezolano como un Estado fallido, no es más que la continuación de un propósito que la derecha nacional e internacional se trae entre manos desde hace varios años. Ya ayer vimos como el pasquín pro imperialista Diario de las Américas definía al Gobierno de Maduro como una dictadura. Así pues, el tratamiento noticioso en torno a reos como López, Ceballos y Ledezma obvia las verdaderas causas por las cuales se les procesa e intenta definirlos como “presos políticos” o “presos de conciencia” que son castigados por ser “disidentes” y oponerse al Gobierno. Esto hay que vincularlo a todas las acciones que se ha adelantado para ligar a funcionarios venezolanos a delitos de narcotráfico y terrorismo sin aportar ningún tipo de pruebas, que tienen como más reciente manifestación la campaña difamatoria contra Diosdado Cabello, e igualmente a todas las invectivas sobre supuestas violaciones consuetudinarias de derechos humanos en Venezuela.
Directamente vinculada con todo el montaje mediático de las manifestaciones del sábado, está la declaración del pasado viernes hecha por el derechista Andrés Pastrana, en la que aseveró, después de no permitírsele que montara el show de la visita a López, que “Queda demostrado que lo que hay en Venezuela es una dictadura” . Y el otro mensajero neoliberal, Jorge Quiroga, afirmó que “Hoy duele ver que no nos dejan ingresar a ver a un hombre que está sin alimentos, sin comida, como buena parte del pueblo venezolanos por la catástrofe económica; que está sin atención médica”. Simultáneamente, reaparece el Club de Madrid con un comunicado lleno de infamias contra nuestro Gobierno. En efecto, la llamada Iniciativa Democrática de España y las Américas, tutelada por Aznar y todo lo peor de la ultraderecha española, repite la conocida cantaleta de improperios y calumnias sobre el “régimen” venezolano, esta vez relacionándolos con la manipulación organizada en torno a los “presos políticos”.
Por otro lado, están las declaraciones del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, en las que expresó su “preocupación” por la situación económica y política de nuestro país, precisamente cuando se aproxima la realización de la cumbre de la Unión Europea y la CELAC, a efectuarse los días 10 y 11 de junio en Bruselas. Dijo Schulz que “Para nosotros, no lo vamos a ocultar aquí, Venezuela es un motivo de seria preocupación… el país va cada vez peor” (tanto en el ámbito económico como en el social), y que “la polarización política aumenta diariamente”
Pero en realidad el objetivo fascista que nos resulta más peligroso y condenable es el de contribuir a crear el escenario para justificar una intervención foránea en Venezuela, que es a lo que apunta la señalada estigmatización de nuestro Estado.
Precisamente, en la mencionada declaración de la llamada Iniciativa Democrática para las Américas se afirma que “Hacemos un llamado a la opinión pública internacional y la de nuestros países, a nuestros respectivos gobiernos y en general a las organizaciones internacionales encargadas de ofrecer su tutela a las víctimas de derechos humanos y de asegurar la democracia como derecho de los pueblos que los gobiernos han de respetar, a fin de que se mantengan vigilantes”.
En esta misma línea, vemos como Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López, llamó igualmente a la injerencia extranjera cuando, irrespetuosamente, interpeló a las mandatarias de Brasil, Chile y Argentina para que se pronuncien sobre el conflicto político en nuestro país: “Son tres mujeres latinoamericanas; vengan como hermanas a ayudarnos… Quiero dirigirme a Dilma Rousseff para que se pronuncie, así como a Michelle Bachelet. Usted es mujer, ayúdenos, venga con nosotros. Y por último a Cristina Kirchner, también pronúnciese por lo que está ocurriendo en Venezuela”
En este momento parece estarse dando un acercamiento positivo entre Venezuela y Estados Unidos. Precisamente el presidente Maduro ha dicho que espera que este diálogo no sea saboteado por terroristas venezolanos o por la ultraderecha de Estados Unidos. Lo cierto es que uno de los objetivos expresos de la ultraderecha del patio es entorpecer ese diálogo para alimentar la posibilidad de una intervención imperial en el futuro.
De todas formas, no hay que confiarse en absoluto de las tales políticas de diálogo de Estados Unidos con Cuba y ahora con Venezuela, pues es claro que su estrategia de dominación sigue siendo la misma. Esa desconfianza ha sido señalada recientemente por Fidel Castro, seguramente recordando aquel aserto del Che en las Naciones Unidas, en el sentido de que no se puede confiar en el imperialismo “ni tantito así”.
En torno a esto es bueno asentar que el pasado sábado el viceministro de Defensa de Rusia Anatoli Antonov denunció que Estados Unidos planea artillar los submarinos nucleares con armas supersónicas en la estrategia de un golpe relámpago global. Antonov se basó en informes del consorcio ruso Almaz-Antei, del complejo militar industrial, que advierte sobre las posibilidades de Estados Unidos para contar hacia 2020 con aparatos supersónicos en ataques aéreos y espaciales.
También el conocido analista estadounidense James Petras alerta sobre las reales intenciones de Estados Unidos hacia nuestro subcontinente. En medios académicos de Estados Unidos se comenta que ese país perdió batallas por el poder en varios países de América Latina, por lo que se prepara para intervenir en la región y mantener, o incluso aumentar su influencia, con base en una política de “palo y zanahoria”.
Según Petras “La política de palo y zanahoria de Washington se basa en una combinación de políticas reformistas hacia algunas formaciones políticas, mientras trabaja para derrocar a gobiernos y movimientos políticos con la fuerza y la intervención militar”. Petras recuerda que esta doctrina fue empleada durante el gobierno de Kennedy luego de la Revolución Cubana, cuando ofrecía a los países latinoamericanos programas de ayuda económica, préstamos e inversión, pero al mismo tiempo aumentaba su presencia militar y maniobras militares conjuntas con sus aliados en la región.
Para Petras, la apertura hacia Cuba es parte de una estrategia más amplia de una nueva forma de intervención política, y hace hincapié en el reciente envío de más de 280 marines a Centroamérica, cuya verdadera misión no está clara.
En todo caso, la ultraderecha fascista seguirá en su empeño de crear las condiciones para que se desate en Venezuela un conflicto político de grandes dimensiones, que incluya formas extendidas de violencia que justifiquen un “escenario libio en Venezuela”. Ignoramos cuáles son los desarrollos inmediatos previstos por los fascistas. Por lo pronto continúa la “huelga de hambre”, que es una carta que podrían mantener para acicatear la conspiración o retirar de la mesa a conveniencia si lo consideran pertinente, sobre todo si los planes subversivos se ven imposibilitados o postergados.

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