LETRA VEGUERA/
La hora
loca
Federico Ruiz Tirado
Cuando
este artículo esté impreso y circulando
en las páginas virtuales, vagando en las calles, quién sabe en qué estado
estará el amasijo de violencia anidado en algunos lugares de Venezuela –porque
si, como a esta hora en la que escribo, por ejemplo, los habitantes de Cabudare
en el estado Lara continuaran para entonces en el apartheid
que en el municipio demarcan las barricadas
fascistas que Henri Falcón o el alcalde Barrera han impuesto, con ayuda de los
medios privados para sembrar el terror psicológico y la matriz de una Guerra de
Cien Días, que impediría el acceso de la gente a la ciudad de Barquisimeto-,
entonces el título de esta crónica habría que cambiarlo, por sentido común, por
algo así como: “¿Quién es el verdugo?”.
Ciertamente
se han invocado muchas hipótesis, ideas, creencias y hasta investigaciones para
escribir sobre lo que está ocurriendo desde el 12-F, día que MCM, LLópez y
Ledezma anunciaron que “había que hacer arder cada rincón del país”. Fue un
brote anunciado, como la lechina o el sarampión, que comienza con cierta
piquiña. Y para mí, cosa que es como una suerte de drama mientras busco orilla en
el sueño, es que existe –o existía- una caricatura de conciencia sobre la
intencionalidad política de esas siniestras palabras. Hasta que por fin provocaron
el incendio, y un muerto trae otro muerto y la cosa deja de ser un circo para
convertirse en una tragedia de 24 horas.
Chévere:
se entregó. Diosdado lo custodió, y será asunto de estado, de política crucigramática,
no sólo saber lo que va a ocurrir con este "ejemplar" del fascismo
que es atleta, ama los perros, persigue a los chavistas, nada el Orinoco, iza su voz sobre la
estatua de Martí, no le jala bolas a nadie porque es hijo de petroleros (por lo
tanto se financia su guerra con la ayuda del sector financiero del país), controla
paramilitares, sino también (por pura curiosidad) en qué términos hablaron Diosdado y él mientras lo llevó en su
auto al sitio de "reclusión".
¿Se tutearon, se cruzaron palabras, es
"detenido" de cuidado? Se entrega, para sentirse protegido por el
gobierno que pretende tumbar? ¿Para qué -y sobre todo quién- abre un paréntesis
táctico? No olvidemos que un notable de la MUD dijo que HCR debe separarse de López
porque éste tiene una agenda violenta, personal y no entiende los aciertos del
gobierno. Aunque eso importe poco, vale decir que, aun preso, López se apartó de HCR y de la MUD para
posicionar su nombre, su agenda, su proyecto violento.
¿En manos de quién está
la agenda del golpe suave?
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