Dulce bellum inexpertis
‘Dulce es la guerra para quien no la conoce’. La Venezuela actual no sabe de guerra. Por fortuna. No siempre fue así. En la de Independencia y en la Federal los ejércitos no se combatían para derrotarse sino para exterminarse.
La contra sifrina cree que guerra es hacer fogatas de campamentos vacacionales, tragando cupcakes, divirtiéndose a peñonazos chateando por Zello. Las patotas de alta cilindrada tiran sus motos cuando se ven repelidas por la autoridad y huyen valientemente. También hay mercenarios entrenados, como en Libia, Siria, Ucrania… No está seguro ni el excelentísimo señor Embajador de los Estados Unidos de América, asesinado en su consulado en Bengasi, Libia. Y al Comandante Leopoldo no lo han matado de vaina. Cada grupo arma su hueste para protegerse del vecino. Olvida la insulina, amiga diabética, porque en la guerra actual no se respeta ni la salud, en las guarimbas apedrean ambulancias y agreden escuelas, que ni en la Segunda Guerra Mundial, la más destructiva de la historia inhumana, en que se lanzaron hasta bombas atómicas.
Ahora se ataca lo que sea, Cantv, Corpoelec, metrobuses con gente dentro, bancos, VTV, autos particulares hasta con emergencias y si una señora pide por clemencia que la dejen pasar con una calamidad médica, le largan: «¡Deja el show piazo e loca!». Y falsifican imágenes del modo más estruendosamente barato y chapucero. Dicen que el gobierno infiltra las guarimbas para derrocarse y luego piden la libertad de los infiltrados. Abisma la inteligencia de «la gente decente y pensante de este país».
Si nos invaden olvida hilo dental playero, parrilla dominguera, discoteca, whisky, tacón y minifalda. Los bombardeos humanitarios demolerán puentes, autopistas; devastaron el Parque Carabobo, porque ya la avanzadilla guarimbera de la invasión empezó. Sembrarán uranio empobrecido para que te dé cáncer y tengas bebés deformes durante 4.700.000.000 de años, como en Irak. Nos darán envidia los muertos. El patio de tu casa regado de pedacitos de tu bebé. Sí, es duro, pero es mi deber advertirlo a los idiotas que tramitan una invasión.
Vida cotidiana en Libia, Siria, Irak, Afganistán, como algunos mentecatos aquí se lo ruegan a Obama. Busca en Google. La guerra es dulce, ¿verdad, gafo?
La contra sifrina cree que guerra es hacer fogatas de campamentos vacacionales, tragando cupcakes, divirtiéndose a peñonazos chateando por Zello. Las patotas de alta cilindrada tiran sus motos cuando se ven repelidas por la autoridad y huyen valientemente. También hay mercenarios entrenados, como en Libia, Siria, Ucrania… No está seguro ni el excelentísimo señor Embajador de los Estados Unidos de América, asesinado en su consulado en Bengasi, Libia. Y al Comandante Leopoldo no lo han matado de vaina. Cada grupo arma su hueste para protegerse del vecino. Olvida la insulina, amiga diabética, porque en la guerra actual no se respeta ni la salud, en las guarimbas apedrean ambulancias y agreden escuelas, que ni en la Segunda Guerra Mundial, la más destructiva de la historia inhumana, en que se lanzaron hasta bombas atómicas.
Ahora se ataca lo que sea, Cantv, Corpoelec, metrobuses con gente dentro, bancos, VTV, autos particulares hasta con emergencias y si una señora pide por clemencia que la dejen pasar con una calamidad médica, le largan: «¡Deja el show piazo e loca!». Y falsifican imágenes del modo más estruendosamente barato y chapucero. Dicen que el gobierno infiltra las guarimbas para derrocarse y luego piden la libertad de los infiltrados. Abisma la inteligencia de «la gente decente y pensante de este país».
Si nos invaden olvida hilo dental playero, parrilla dominguera, discoteca, whisky, tacón y minifalda. Los bombardeos humanitarios demolerán puentes, autopistas; devastaron el Parque Carabobo, porque ya la avanzadilla guarimbera de la invasión empezó. Sembrarán uranio empobrecido para que te dé cáncer y tengas bebés deformes durante 4.700.000.000 de años, como en Irak. Nos darán envidia los muertos. El patio de tu casa regado de pedacitos de tu bebé. Sí, es duro, pero es mi deber advertirlo a los idiotas que tramitan una invasión.
Vida cotidiana en Libia, Siria, Irak, Afganistán, como algunos mentecatos aquí se lo ruegan a Obama. Busca en Google. La guerra es dulce, ¿verdad, gafo?
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