País paralelo
Por: Raúl Bracho Julián
Goebles fue un infeliz. Su adulación
a la perversión hitleriana lo convirtió en un dios de la mentira. Maquilló la
información, la falseó y creó un método para hacer de la mentira la creencia de
sus sometidos. Su fétida herencia fue comprada por los emperadores para usarla
sin piedad.
Venezuela es hoy el epicentro de su decálogo maldito.
No puedo dejar de sentir dolor ante sus víctimas, los dejó sin patria, les desdibujó la realidad y les sembró el terror, el desasosiego y la depresión.
La manipulación mediática hace que realmente crean que se hizo fraude, que Chávez fue un tirano dictador, que Nicolás Maduro no es el presidente legítimo, que es colombiano, que el país no existe, que el papel de culo es más importante que la Patria. Su sistema de creencia está afectado por una terrible maquinaria del engaño. Viven sobre espejismos. No son capaces ni tan siquiera de mirar con objetividad eso que ellos defienden: el imperio mismo. El Imperio está en quiebra, no tiene ni como pagar la nómina, pero sigue siendo su meca, su sueño, su falso concepto de lo que debe ser.
El desabastecimiento es culpa del gobierno, no de los oligarcas que esconden la mercancía en una política de agresión económica. La guerra económica que será derrotada no podrá infectar ni derrotar la Revolución. Pero ellos nadan en su infiernito de papel periódico, Se ahogan, sufren, siguen creyendo que vamos hacia una catástrofe.
Nicolás Maduro convoca a Venezuela a una cruzada contra la corrupción, pero ellos no se dan por aludidos, defienden a los corruptos, los idolatran y defienden.
Han faltado productos, es verdad, pero que alguien me diga: ¿Le ha faltado poder adquisitivo al pueblo? Aquí, producto de la ansiedad creada por la zozobra, la mayoría de los hogares tienen ya sus reservas, decenas de rollos de papel toilette, cajas de huevos, harina pan, azúcar, etc, etc.
Esta Venezuela que cuando empezó la revolución tenía que alimentar a sus hijos con perrarina, hoy ha crecido tanto, que ha podido soportar esta embestida apátrida de los empresarios traidores y aún tienen el descaro de decir que estamos peor.
Las 500.000 viviendas otorgadas al pueblo más humilde, las universidades en las que ahora si se puede acceder a los saberes, los CDI, que siempre están hasta los tequeteques, los mercales, nada de eso existe para estos pobres infelices que solo repiten como loros lo que les dicen los fascistas.
No hay un pasaje para ningún vuelo, aun a pesar de que las aerolíneas subieron sus precios más del 300%, pero ellos dicen que estamos mal, que no se puede ni viajar.
La corrupción es el último refugio de los que desvalijaron este país durante 40 años, ellos han seguido robando junto a los nuevos corruptos vestidos de rojo, por eso les da la pálida cuando se pide la habilitante. Nicolás Maduro, está crecido. El pueblo de a pie si lo entiende y lo va a acompañar.
La habilitante será aprobada, las elecciones del 8D serán una contundente victoria, la victoria traerá la fuerza de Chávez en el corazón de los que nos quedamos con la patria, pero ellos, los que viven la Venezuela virtual, la patria paralela, dirán que de nuevo les hicimos trampa y saldrán, como borregos a descargar su arrechera, cuando los mande de nuevo Capriles, luego cuando lo encarcelemos dirán que somos un régimen, que Nicolás es un dictador y seguirán su vida de llanto entre mentiras.
¡Chávez vive, la Patria sigue!
Venezuela es hoy el epicentro de su decálogo maldito.
No puedo dejar de sentir dolor ante sus víctimas, los dejó sin patria, les desdibujó la realidad y les sembró el terror, el desasosiego y la depresión.
La manipulación mediática hace que realmente crean que se hizo fraude, que Chávez fue un tirano dictador, que Nicolás Maduro no es el presidente legítimo, que es colombiano, que el país no existe, que el papel de culo es más importante que la Patria. Su sistema de creencia está afectado por una terrible maquinaria del engaño. Viven sobre espejismos. No son capaces ni tan siquiera de mirar con objetividad eso que ellos defienden: el imperio mismo. El Imperio está en quiebra, no tiene ni como pagar la nómina, pero sigue siendo su meca, su sueño, su falso concepto de lo que debe ser.
El desabastecimiento es culpa del gobierno, no de los oligarcas que esconden la mercancía en una política de agresión económica. La guerra económica que será derrotada no podrá infectar ni derrotar la Revolución. Pero ellos nadan en su infiernito de papel periódico, Se ahogan, sufren, siguen creyendo que vamos hacia una catástrofe.
Nicolás Maduro convoca a Venezuela a una cruzada contra la corrupción, pero ellos no se dan por aludidos, defienden a los corruptos, los idolatran y defienden.
Han faltado productos, es verdad, pero que alguien me diga: ¿Le ha faltado poder adquisitivo al pueblo? Aquí, producto de la ansiedad creada por la zozobra, la mayoría de los hogares tienen ya sus reservas, decenas de rollos de papel toilette, cajas de huevos, harina pan, azúcar, etc, etc.
Esta Venezuela que cuando empezó la revolución tenía que alimentar a sus hijos con perrarina, hoy ha crecido tanto, que ha podido soportar esta embestida apátrida de los empresarios traidores y aún tienen el descaro de decir que estamos peor.
Las 500.000 viviendas otorgadas al pueblo más humilde, las universidades en las que ahora si se puede acceder a los saberes, los CDI, que siempre están hasta los tequeteques, los mercales, nada de eso existe para estos pobres infelices que solo repiten como loros lo que les dicen los fascistas.
No hay un pasaje para ningún vuelo, aun a pesar de que las aerolíneas subieron sus precios más del 300%, pero ellos dicen que estamos mal, que no se puede ni viajar.
La corrupción es el último refugio de los que desvalijaron este país durante 40 años, ellos han seguido robando junto a los nuevos corruptos vestidos de rojo, por eso les da la pálida cuando se pide la habilitante. Nicolás Maduro, está crecido. El pueblo de a pie si lo entiende y lo va a acompañar.
La habilitante será aprobada, las elecciones del 8D serán una contundente victoria, la victoria traerá la fuerza de Chávez en el corazón de los que nos quedamos con la patria, pero ellos, los que viven la Venezuela virtual, la patria paralela, dirán que de nuevo les hicimos trampa y saldrán, como borregos a descargar su arrechera, cuando los mande de nuevo Capriles, luego cuando lo encarcelemos dirán que somos un régimen, que Nicolás es un dictador y seguirán su vida de llanto entre mentiras.
¡Chávez vive, la Patria sigue!
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