Con mis ladrones no te metas
Mariadela Linares
20/10/13 - www.aporrea.org/contraloria/Mariadela Linares
La cruzada anticorrupción tiene mucho de fantasía porque nunca estaremos seguros de si caerán todos los que son, ni si son todos los que están. Mientras funcione la solidaridad automática como una forma de proteger los flancos débiles por donde se pueda colar el enemigo, jamás lograremos que la justicia haga lo suyo. Hay que reconocerle a Maduro que, primero, puso el tema sobre la mesa, y, segundo, comienzan a entrar reos a las rejas. No es cualquier cosa encarcelar a un ex gobernador ni apresar a un alcalde en ejercicio. Se requiere guáramo para destapar ollas podridas en un país en el que vivimos en un eterno proceso electoral.
Sin embargo, el asunto tiene que profundizarse aún más. Ciertamente, han caído algunos altos ejecutivos de empresas y organismos del Estado. Pero uno se queda con la sensación de que sólo estamos viendo la cresta de las olas y que la resaca interior es mayor aún. Basta citar un ejemplo: las subastas del Sicad no han logrado frenar el mercado negro de dólares. Nos falta entendimiento para comprender cómo es que el bolívar se ha devaluado tanto. Alguien ha hecho muy mal su trabajo y muchos se han beneficiado con billetes verdes. ¿De quiénes son las fulanas empresas de maletín? La oposición tiene un rabo de paja tan grande que no ha dicho nada sobre las acciones concretas tomadas contra los jerarcas presos. Uno se pregunta si temerán salir salpicados en los chanchullos que se descubran en lo adelante. Agua bendita no son; eso es seguro. La corrupción no tiene color de cuello en Venezuela. De la blanca a la amarilla y a la roja, al final, la miasma es la misma y huele igual. La bancada de la derecha cierra filas en torno a los suyos, mientras los valencianos protestan la detención de su alcalde. Los de la MUD callan cuando se les toca el tema y reaccionan airados ante las acusaciones presidenciales. Un video ocasionó que un diputado de PJ fuera apartado de la campaña de HCR y un audio le devolvió la credibilidad de su gente. ¿Y dónde están los reales? ¿Es que no hubo delito? Ese es un solo ejemplo, el más pendejo si al cabo vamos. Aquí hace falta un sacudón, y serán los chavistas de abajo los que terminarán estremeciendo las estructuras. |
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