FARC, ELN, M19: no son letras. No son, ni fueron forajidos. No andan de paseo y no son narcos ni terroristas
Javier Del Valle Monagas Maita (*)
Estas cosas hay que decirlas para enfrentar la desinformación y la criminalización de la resistencia popular, en palabras sencillas y comprensibles. Quienes piensen que vivir en medio de una selva es un paseo y un lujo turístico, les aconsejo que se vayan a cualquier parque nacional, con las cosas elementales nada más y acampen tan solo por una semana, nada más… Luego me cuentan.
En una sociedad en la cual la elite que gobierna, no tiene escrúpulos, es sanguinaria e indolente. Las mayorías solo tienen dos alternativas: someterse o rebelarse. Cuando un pueblo es asesinado, encarcelado, perseguido, torturado, desplazado, diezmados sus líderes naturales, criminalizadas sus protestas, y condenados las mayorías de sus hijos a vivir en la pobreza, sin derechos a salud educación vivienda, empleos dignos, alimentación básica y tierra para trabaja. Entonces a ese pueblo le están cerrando todas las puertas posibles para existir. Es así cuando el derecho legitimo, natural y lógico de rebelarse cobra vigencia extrema.
Es el caso que las guerrillas en Colombia nacen como un mecanismo de defensa y auto conservación de los derechos del pueblo a una vida digna. Lo de la avaricia y maldad de la oligarquía colombiana no es algo nuevo. Esa es una enfermedad que nace antes del estado independiente mismo, pero que se refuerza y adquiere poder a partir de la traición de Santander y de postrarse de rodillas ante el amo anglosajón de la nación mercenaria del norte, por cuotas y limosnas de poder. Alguien con su sentido común y su libre albedrio sano, podrá detallar como en Colombia todo lo que sea riquezas y propiedades valiosas son de la oligarquía exclusivamente. Las cosas que por circunstancias o casualidades toman algo de valor, esa oligarquía, inventa leyes, crímenes, falsos positivos, lo que sea para ponerle la mano. Así se inventan el narco tráfico, los paramilitares, y cuanta cochina maña sea posible. Hasta el punto que los presidentes gobiernan para esas minorías y para ellos nada más. Vean por ejemplo el caso reciente de Álvaro Uribe Vélez, como se posesionó de millones de hectáreas de tierras de excelente calidad, después de asesinar, desplazar y encarcelar campesinos e indígenas. Miren como sus hijos, florecieron en negocios avalados e impulsados desde el poder del narco padre Uribe desde la presidencia.
Después del asesinato de Eliecer Gaitán, la oligarquía colombiana arreció sus apetencias y fortaleció sus instintos criminales. Así se abrió el camino para que, parte de ese pueblo perseguido, y acosado se organizara de la única manera posible de sobre vivir y pelear por sus derechos, inclusive para defender sus vidas. Así nace la guerrilla.
En los días presentes, esa situación no ha cambiado mucho. Pero el clamor popular y los buenos deseos de ese maltratado pueblo, piden y exigen que cesen las condiciones agresivas para que haya paz. No se trata que las honorables guerrillas legítimas, cesen en su lucha. No, se trata que las condiciones que generaron el nacimiento de esa guerrilla desaparezcan. Que la represión, persecución, despojo y asesinato del pueblo se acabe, que la libertad, la verdadera democracia y los derechos del pueblo sean respetados. Siendo así, con esas garantías, se puede negociar. Pero no podemos hacer a un lado nuestra memoria. ¿Recuerdan los resultados de las negociaciones de paz con otras organizaciones? ¿Recuerdan la cacería que se desató contra los militantes y lideres del m19? solo por nombrar un acuerdo.
La oligarquía dispone de todos los medios de comunicación. De su manejo exclusivo. Mediante la pervertida manipulación de los medios, ha demonizado y desprestigiado la noble y gloriosa lucha del pueblo colombiano y la vanguardia guerrillera. De esa forma los acusa de los delitos y crímenes que cometen: su ejército regular, sus paramilitares, sus policías. Es tanta la bajeza y entreguismo de esa cochina oligarquía, que hasta el territorio colombiano le fue entregado al imperialismo sionista y hoy es una nación ocupada, donde por ley, los malayos asesinos gringos pueden hacer lo que sea y no recibir ninguna sanción. Cosa que ha derivado en violaciones de niñas, mujeres, asesinatos de inocentes. Sin que exista pena alguna para los forajidos yanquis
Deseo la paz para Colombia. Quien en su sano juicio no, pero cuidado con la paz que estén ofertando esa oligarquía y su amo sionista, tengo mis dudas, pero deseo equivocarme y pensar que un soplo de decencia tocó a esa malvada oligarquía sanguinaria.
Como en todo ritmo, las corcheas, las fusas y semifusas se deben organizar en el pentagrama, a veces se cuelan o a veces se escapan medias notas, que rompen la armonía. Así, puede estar pasando con ese acuerdo de paz en Colombia ¿Y si lo que se quiere es neutralizar por otra vía - por que por la guerra no han podido hacerlo - a las guerrillas, para luego ir a la meta de provocar una guerra contra Venezuela? ¿Recuerdan aquella tesis del demoniaco senador yanqui, Paul Coverdell? “¡Para controlar a Venezuela es necesario ocupar militarmente a Colombia!”
Sigo insistiendo: Santos no ha cambiado en nada desde aquella invasión y asesinato de estudiantes y guerrilleros dormidos en un campamento en Ecuador. Él solo obedece a una nueva estrategia ordenada desde la casa blanca. Los sionistas yanquis necesitan una punta de lanza dentro del movimiento reordenador y liberador de nuestro continente sur Abya Yala. Es decir un nuevo Santander que sirva para romper el nuevo congreso anfictiónico en nacientes.
La vida del guerrillero es una vida muy dura, penosa y dolorosa, pero es una vida digna. La vida de rodillas y en opresión, es algo menos que un martirio. Ojala y los hermanos de las FARC, ELN, logren la meta de poder vivir en libertad, con dignidad, al lado de sus familiares, amigos y del pueblo. Quien lea estas notas ha de saber que estos dignas mujeres y hombres no luchan por algo personal u particular, ellos representan todos los anhelos de respeto, libertad, igualdad y dignidad de todos y cada uno de nosotros las mayorías populares. No crean en la propaganda interesada y mentirosa de la oligarquía, el imperio y sus agentes. Solo piensen un poco en el sacrificio de vivir años en una selva. Defendiéndose de los caníbales capitalistas oligarcas y pro yanquis que lo quieren devorar todo. Piensen que esa noble gente quisiera también tener un hogar, una familia, ver crecer a sus hijos, nietos, a su lado. Con todos los derechos garantizados. Piensen que Marulanda fue es y será humano. Que Cano, Mono Jojoy y todos esos y, esas nobles personas que cayeron en combate por defender a su pueblo. También soñaron y sueñan con una vida de paz y libertad.
Viva la guerrilla, viva la paz verdadera para Colombia y para el mundo.
(*) Abogado Bolivariano
Facebook: Javier Del Valle Monagas
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