ONU: doble veto contra "cambio de régimen"
en Siria
Por
Victor M. Carriba
Naciones
Unidas, 5 feb (PL) La lucha diplomática sobre la crisis en Siria entra hoy en
una nueva fase tras fracasar una semana de aplastantes presiones de las
potencias occidentales para conseguir la salida del poder del presidente sirio,
Bashar al-Assad.
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Ese
objetivo estaba enmascarado en un proyecto de resolución que expresaba el apoyo
del Consejo de Seguridad a una propuesta de la Liga Árabe para que el mandatario sirio transfiriera
el gobierno como primer paso a elecciones y otras acciones.
La
maniobra fue cortada de cuajo por el doble veto impuesto este sábado por Rusia
y China al documento, discutido durante ocho días por los 15 miembros de ese
órgano y sometido a constantes modificaciones que derivaron en tres versiones
diferentes.
El
empuje de los occidentales, encabezados por Estados Unidos, Francia y Gran
Bretaña, forzó a una tensa sesión extraordinaria sabatina y a la realización de
la votación que concluyó con el rechazo del texto por 13 sufragios a favor y
dos en contra.
Washington,
París y Londres estuvieron acompañados en su voto por el resto de las
delegaciones integrantes del Consejo de Seguridad: Alemania, Portugal, India,
Colombia, Guatemala, Marruecos, Paquistán, Suráfrica, Togo y Azerbaiyán.
Al
explicar su oposición a la iniciativa, el embajador de Rusia ante la ONU , Vitaly Churkin, criticó
los intentos de algunos miembros del órgano que pretendían el cambio de régimen
en Siria.
El
texto constituía una mala señal hacia el conflicto y para los esfuerzos de
avanzar hacia una solución política, al no considerar que los grupos opositores
también son responsables de la violencia en ese país, precisó el diplomático.
En
ese sentido, indicó que los promotores de la resolución pretendían que el
gobierno sirio retirara sus fuerzas de forma unilateral y dejará el terreno
libre a los grupos armados de oposición.
Asimismo
criticó a "influyentes miembros de la comunidad internacional que desde el
principio de la crisis siria han estado socavando la posibilidad de una
solución política y exhortando a cambiar el régimen, azuzando a la oposición
contra las autoridades".
Por
su parte, el jefe de la representación de China, Li Baodong, respaldó las
propuestas de Rusia para enmendar el texto en discusión y lamentó que el
proyecto haya sido sometido a votación sin tenerlas en cuenta.
El
embajador de Beijing reiteró la necesidad de propiciar una solución política a
la crisis siria, a través del diálogo, para restaurar la estabilidad en ese
país.
La
idea de un cambio de régimen no contribuye a un arreglo, sino que complica la
situación en un Estado de gran importancia para la región del Medio Oriente,
subrayó.
Churkin
y Li también ejecutaron el veto que sus respectivos países impusieron en
octubre pasado a otro proyecto occidental dirigido contra el gobierno de
Damasco.
Luego
de la votación de ayer, el representante permanente de Siria ante la ONU , Bashar Jaafari, sostuvo
que los promotores del texto trataban de convertir a Naciones Unidas de un
instrumento creado para la paz en una herramienta para la guerra.
También
acusó a occidente y a algunos países árabes de financiar y apoyar a los grupos
armados opositores que tratan de derrocar al gobierno de Al-Assad.
Si
los responsables de esa situación dejan de instigar y financiar a esos terroristas,
Siria podrá resolver por sí misma la crisis a través de un diálogo político,
aseguró.
El
documento vetado por Rusia y China imponía seis demandas a las autoridades
sirias, entre ellas "la retirada de las fuerzas armadas y de seguridad de
las ciudades y pueblos y su regreso a los cuarteles".
También
pedía libre movimiento y pleno acceso para "todas las instituciones
relevantes de la Liga
Árabe y de la prensa internacional y árabe a todas partes en Siria para
determinar la verdad sobre la situación sobre el terreno y monitorear los
incidentes que ocurran".
Tras
el veto de Rusia y China, el secretario general de la ONU , Ban Ki-moon, tomó partido
al lado de los países que respaldaban la resolución rechazada y lamentó que el
Consejo de Seguridad haya sido incapaz de acordar el proyecto que apoyaba la Liga Árabe.
Consideró
que la no aprobación del texto "socava el papel de la ONU y de la comunidad
internacional cuando las autoridades sirias deben escuchar una voz unificada
que llama por el fin inmediato de su violencia contra el pueblo sirio".
El
Consejo de Seguridad ha perdido una oportunidad para "decidir una acción
unida que ayude a finalizar la crisis", insistió.
No
obstante, Moscú anunció ayer que su canciller, Serguei Lavrov, y el secretario
del Consejo Nacional de Seguridad, Nicolai Patrushev, viajarán el próximo
martes a Damasco para entrevistarse con el presidente Al-Assad.
Quizás
se trate del primer movimiento de una nueva batalla diplomática entre los
promotores de una solución política y los impulsores de un cambio de régimen en
ese país árabe como el ocurrido en Libia en octubre pasado.
rc/vc
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