HORA DE CAMBIOS

Jerónimo Carrera en Óptica Mundial

Tribuna Popular TP – OPINIÓN/Jerónimo Carrera.- No todos los días son iguales, eso es algo que lo podemos día a día comprobar. Pero cuando se habla de meses y años, y con el transcurrir del tiempo, hacer tal cosa nos resulta mucho menos fácil. Sin embargo, siempre hay casos excepcionales, que permanecen en la memoria no sólo individual sino en la colectiva. Y esto es lo que nos sucede, sin duda, a los venezolanos, con el mes de enero del año 1958.

Pero como también ocurre con tales casos, sobre lo sucedido en ese memorable capítulo de la historia de Venezuela hay muchas versiones, no solamente diversas sino por lo general contradictorias. Lo cual no es sorprendente, pues no se puede hablar de la Historia, en singular, ya que sobre cualquier hecho siempre hay historias, en plural. Cosa de fácil comprobación en estos días acá en nuestro país.

Para empezar, se habla de un día, en singular, “el 23 de Enero”. Lo cual significa sintetizar en ese día toda una serie de jornadas que ese mes de enero, con hechos entrelazados e inseparables, dieron al fin la huída de un acobardado dictador. Hecho que realmente ocurrió en el transcurso de la noche entre el 22 y 23 de enero.

De todos modos, lo importante es tomar en cuenta que se trataba de un gobierno dictatorial montado acá por Estados Unidos, al terminar la II Guerra Mundial con una Unión Soviética victoriosa y prestigiosos partidos comunistas en numerosos países. En Venezuela, ese tipo de gobierno fue montado por el imperialismo yanqui en 1948 y duró diez años, presidido primero por Carlos Delgado Chalbaud y luego por Marcos Pérez Jiménez, ambos militares.

Durante esa década se cometieron toda clase de crímenes, hasta que los mismos imperialistas yanquis –como lo han hecho tantas veces con dictadores a su servicio en otros países- decidieron que era hora de un cambio. Esto no significa ignorar toda la heroica resistencia de nuestro pueblo en esa década, que nunca se dejó engañar por las “Semanas de la Patria”, ni por las numerosas obras públicas, en verdad deslumbrantes.

Pero de lo que no se habla mucho actualmente, con toda la atención que en estos días se le brinda en TV, radio y prensa a ese episodio histórico, es del papel de singular importancia que tuvo en todo ese tiempo el Partido Comunista de Venezuela. La verdad es que el PCV se había quedado casi solo en la lucha contra la dictadura, puesto que los dirigentes de Acción Democrática y COPEI hicieron lo mismo de lo que antes ya hicieron los de URD: se marcharon fuera del país.

Como modesto militante del PCV, aunque ya con casi doce años de activa militancia, pude yo seguir muy de cerca el curso de la lucha de aquellos años bajo la clandestinidad. Conocí personalmente a sus actores, y tengo la convicción de que allí actuaron tanto héroes como villanos, tal como en los dramas teatrales. De todos modos, opino que en todo el siglo XX venezolano, visto objetivamente, no se ha montado acá ninguna otra obra que le sea comparable.

SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE BOLIVIA

Este reciente martes 24, en la sede del CELARG, que recuerda al gran novelista venezolano Rómulo Gallegos, tuve el agrado de ver y oír, por la invitación de nuestros camaradas bolivianos residentes en Venezuela, y de la embajada de ese país hermano, a un magnífico acto folklórico, de danza y canto, en representación de sus diversas etnias.

Desde los tiempos cuando las dictaduras militares en Bolivia nos dieron la oportunidad, nunca olvidada, de tener aquí por varios años de su exilio al recordado gran folklorista Nilo Soruco, se ha mantenido activo este grupo de camaradas bolivianos, y especialmente me permito mencionar a la camarada Yolanda Soruco, brindándonos estos excelentes actos.

HOMENAJE A LA MEMORIA DEL GRAN JOSÉ MARTÍ

En estos días de finales de enero, en Caracas se han celebrado un buen número de actos recordatorios de JOSÉ MARTÍ, que igualmente son expresiones actuales de la hermandad cubano-venezolana, cada día más vigorosa y se puede decir que indispensable ante las amenazas que los imperialistas yanquis lanzan contra ambos pueblos.

Pero quiero referirme en particular, esta vez, al magnífico acto que tuvo lugar en la Casa de Nuestra América José Martí, en Caracas, al atardecer del martes 24, para presentar el libro que lleva por título la palabra Martiamérica, muy expresiva de su contenido, y de la cual es autor un conocido intelectual venezolano. Ese autor es amigo de la revolución cubana desde sus inicios, sin altibajos. Me refiero a nuestro querido gran camarada RAMÓN LOSADA ALDANA.

Pues bien, en este acto además de llevar la palabra el autor de la obra, también escuchamos una buena intervención del profesor José Antonio Egido, muy aplaudida. Y pudimos disfrutar de música cubana, gracias a la participación de jóvenes músicos cubanos ahora de visita en Venezuela. Todo esto significó un gran éxito para los organizadores, no hay duda, y para reforzar nuestra admiración por MARTÍ