Poder corrupto Vs poder pendejo
Autor: Antonio José Rivera
Las revoluciones, deben caracterizarse por modificar o destruir, lo establecido, lo enraizado dentro del sistema como factor perturbador de los valores esenciales del hombre como son el trabajo, la seguridad sobre la vida, salud y educación, unido a la libertad de expresarse libremente. Un revolucionario no es otra cosa que un analista de lo malo del “status quo” ,de lo opresivo para la felicidad del individuo y en ese rol debe asumir con CRITERIO PROPIO en cada instancia la denuncia como medio para llamar la atención sobre lo dañino en el ambiente (administrativo,social,político,comunicacional,etc) . En este sentido si comparamos este proceso “bolivariano” con lo revolucionario, llegaremos a la triste conclusión de estar en una farsa, donde todo se traduce en promesas pero en la práctica las cosas siguen tan iguales al pasado con más fuerza que nunca. En este trascurrir se destaca la CORRUPCION ADMINISTRATIVA como hecho contra revolucionario e inmoral, condenable en cualquier momento y que ahora corrobora una situación particular pues demuestra la presencia de un hombre ávido de bienes materiales impermeable a los principios más elementales para un revolucionario como es la honradez en la función pública y el respeto por los Fondos Monetarios con destino a las necesidades del pueblo. La clase “política-revolucionaria” no se ocupa de este flagelo y por el contrario parece estimular con alabanzas y confianza a quienes se han lucrado desde la trinchera del delito y a la vez ocurre todo lo contrario contra quienes se conducen con probidad en el ejercicio de sus funciones.
Lo más terrible de esta conducta malsana es su consecuencia sobre el hombre común que extraño a este “aparataje criminal” recibe la contundencia de la poderosa maquinaria de los corruptos, quienes esquilman vejan y humillan al Juan Pendejo, repitiendo la misma historia de siglos con el agravante de que ahora le han quitado el derecho al pataleo pues lo acusan de cosas terribles si se enfrenta con el valor necesario( revolucionario) y deja al descubierto la mentira de los supuestos revolucionarios del Siglo XXI. Es triturado por la horda burocrática y lanzado al cementerio del olvido cuando se trata de pedir derechos establecidos que son enarbolados por estos mismos amos de la administración pública cuando les conviene para atrapar simpatías y seguir engordando los abusos desde el Poder absoluto apoyado además en la fuerza de las armas. El poder corrupto, no discrimina. Igual va contra la salud de los más jóvenes como puede escarbar en el bolsillo miserable de un anciano. No tiene sentido de humanidad y todo lo percibe con el rasero del valor monetario de sus acciones. ¡Cuánto tienes¡ ¡Cuánto vales¡ Si Juan Pendejo abrumado por la estafa permanente irrumpe contra el opresor ,no lleva para nada las de lograr el objetivo y con certeza será repelido en sus deseos por el aparato burocrático muy eficiente a la hora de maltratarlo. Quizás en un nuevo amanecer el hombre obstinado difundirá el evangelio de los indignados para dar apoyo a sus necesidades espirituales y materiales y expulsara del Poder Político a los traficantes de esperanzas sin futuro, para lograr en una realidad un mundo mejor.
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