sábado, 4 de abril de 2020

Urge detener la agresión de Estado Unidos a Venezuela

TONY LÓPEZ R 

Desde hace muchos años, Estados Unidos, viene dirigiendo diversos planes de agresión política, diplomática y militar contra la Revolución Bolivariana de Venezuela, todos fracasados, primero contra el presidente Hugo Chávez, ahora contra Nicolás Maduro, con el propósito de instalar un gobierno afín a sus intereses económicos y políticos y apoderarse de los grandes recursos minero energético de este hermano país, ese es el verdadero objetivo de Donald Trump y sus compinches.
Hoy,  esa acción irracional, pero real, está en ejecución y solo un gran  movimiento de solidaridad de los pueblos, sus organizaciones políticas y de masas, un llamamiento continental, de los países del ALBA, CELAC, del Secretario General de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad y  gobiernos latinoamericanos como Argentina, México, Nicaragua, Cuba, el Caricom y los gobiernos y pueblos de Rusia, China, y otras organizaciones internacionales, deben pronunciarse  fuertemente  y hacer un llamado a repudiar la política intervencionista de Estados Unidos contra Venezuela.
El asunto no era ni Chávez, ni hoy es Maduro, ni mucho menos la democracia, el objetivo es eliminar la Revolución Bolivariana que llevó a los  venezolanos a lograr    la independencia y soberanía de Venezuela, recuperar  las riquezas de su  país y construir un modelo político, económico y social incluyente para su pueblo y no,  que Estados Unidos y las élites corruptas venezolanas, los exploten y el pueblo vuelva a la miseria y pobreza de la época de los gobiernos, que surgieron del vergonzoso pacto de Punto Fijo y no plegarse al modelo neoliberal, que con esta crisis de salud, muestra no solo su  desnaturalización humana, sino también su absoluto fracaso.
Si Trump está tan preocupado por la democracia en la región, porque utilizó a la OEA y al mercenario Luis Almagro y a su embajada en La Paz, en dirigir y apoyar el golpe de estado fascista en Bolivia. Porque apoya los crímenes y violaciones de los derechos humanos en Colombia, Chile, Bolivia y Brasil, donde reinan verdaderas dictaduras, con máscaras de democracias.
Si se trata de combatir el narcotráfico, porque utiliza al presidente Iván Duque y a su protegido Álvaro Uribe Vélez, cuando es desde Colombia donde se produce toneladas de cocaína que trafican los carteles colombianos hacia Estados Unidos.  Son esos carteles de la droga de los narco-paramilitares, los que, con sectores de la oposición venezolana, desarrollan desde hace años acciones terroristas en Venezuela y fueron los que entrenaron a las guarimbas de sectores violentos y delincuenciales de Primero Justicia y Voluntad Popular participaron en los hechos del 2014 y del 2017, 2018 y 2019 causando más de un centenar de muertos. Todas las protestas fracasaron el pueblo les dio fuerte respuesta.
¿Porque no le exige a Duque, que elimine a los carteles de la droga? Como se conoce los carteles de Los Rastrojos, Urabeños, Águilas Negras, Cartel del Golfo, y paramilitares, se utilizan para asesinar a líderes y lideresas sociales y a ex combatientes de los FARC, en Colombia, esos Carteles colombianos son los que ingresan, toneladas de droga en Estados Unidos, es público y la DEA conoce al detalle, que esa cocaína se exporta a Guatemala y México por la costa pacífica rumbo a Estados Unidos.
Trump parece que olvidó, que, en enero de este año, públicamente regaño al presidente Duque, porque Colombia presentaba una creciente siembra de Coca, y que llegaba, según él, a más de 250 mil hectáreas. Señor Trump, no es Venezuela donde se produce Coca y usted lo sabe muy bien, no es Maduro, es Duque el que usted regañó, quien tiene que acabar con los cultivos ilícitos.
Es público, probado y   denunciado, los nexos de Juan Guaidó con el Cartel de los Rastrojos y con el ex general venezolano Clever Alcalá Cordones, quien rebeló a la prensa colombiana sus acciones terroristas contra el gobierno de Maduro, desde territorio colombiano y que el dinero en la compra de armas y la orden la recibió de Guaidó.  Por cierto, muy sospechoso que luego de su denuncia, Alcalá Cordones, se entregó a la DEA en Bogotá y en menos de 24 horas viajó en un avión de la DEA a Estado Unidos, cuando debió ser juzgado por la Justicia colombiana, porque fue en territorio colombiano, donde este señor, cometió el delito de contrabando de armas, para realizar acciones terroristas en Venezuela. Que burla y en qué papel deja Duque a la Justicia Colombiana.
Este gesto del gobierno colombiano muestra, que estamos ante un plan muy bien concebido por Estados Unidos, y del cual es cómplice el presidente Duque, para justificar, con las declaraciones del comprobado narcotraficante Alcalá Cordones, sustanciar la acusación contra Maduro y legitimar la acusación del Fiscal norteamericano, que acompañará con otras mentiras y montajes que respalden la intervención militar en Venezuela. Este miserable show lo hacen aprovechando que la opinión pública mundial y los gobiernos están enfrascados en combatir la pandemia, incluido el venezolano y el pueblo estadounidense.
Para llegar a la conclusión de que se encuentra en ejecución acelerada una intervención militar en Venezuela, aunque algunos analistas lo desestiman, tómese en cuenta algunos elementos que marcan ese derrotero y no olvidar que los gobiernos estadounidenses, cuando tienen una crisis política interna acuden a acciones intervencionista en el exterior, para desviar la atención del pueblo norteamericano y más aún en época electoral.
La decisión de desplegar una fuerza militar marítima del Comando Sur, que ya había anunciado el Almirante Craig Faller el 11 de marzo pasado, para defender la democracia en América Latina y combatir el narcotráfico y frenar la influencia de Rusia y China, alrededor de Venezuela, incluido portaaviones, es sumamente peligrosa.
Tener presente, los sucesos narrados arriba y el ataque del Crucero portugués, a un navío de la armada venezolana, hundiéndolo y huyendo hacia Curazao y cuál es el argumento del Capitán de este buque, que no ha permitido a las autoridades de dicha isla ingresar al barco. ¿Que esconde dicho Capitán? Será una banda de mercenarios que tenía el objetivo de desembarcar en las costas venezolanas como denunció el presidente Maduro. Este accidente o acción deliberada, debe ser aclarada por la autoridad portuguesa y de esta isla, que es una colonia holandesa.
Espero que el gobierno de Trump, reflexiones y no tome una mala decisión,  tengo la impresión que está haciendo un mal cálculo,  al considerar que con la crisis mundial por la Pandemia del virus Covid -19, y el combate que el gobierno venezolano está llevando a cabo contra la pandemia, apoyado por sus Fuerzas Militares, los hace más débiles y que esa acción de ellos, es un paseo y en horas o en días derroca al gobierno bolivariano, y ese será un trofeo para ganar las elecciones. Se equivoca Trump, una intervención en Venezuela, puede llevarlo a una catástrofe, política, económica y militar de incalculables proporciones.  Hay que evitar a toda costa esta agresión.
Desplegar  las Fuerzas Navales del Comando Sur en el mar caribe y  cercar las aguas  adyacentes a las costas Venezolanas, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, acusando al presidente  Nicolás Maduro, de ser el jefe del cartel de la droga y   en alianza con el comandante de la insurgente FARC-EP  (Segunda Marquetalia) Iván Márquez, desde que se encontraba en la Habana, en la Mesa de diálogo de paz, y  durante esos cinco años, que duraron las conversaciones, ingresaron miles de toneladas de cocaína  en Estados Unidos. Es una mentira tan grande, como decir que las pirámides de Egipto se encuentran enclavadas en La Habana.
Sí el gobierno de Barack Obama y el de Donald Trump, tenían esa información, porque no la denunciaron y tomaron medidas legales, e informaron al gobierno cubano, cuando incluso se habían establecido relaciones diplomáticas, dicen que las mentiras tienen las patas cortas, mientras más tratan de buscar la justificación intervencionista, más se ponen en evidencia sus falsedades.
El ex vicesecretario General de las Naciones Unidas, y Jefe de la Oficina para el control de la drogas, Pino Arlacchii, en declaraciones para Telesur y otras agencias, desde Italia, precisó que Estado Unidos y su gobierno, es consciente que Venezuela, no tiene nada que ver con el tema de narcotráfico, que la DEA lo sabe y que no tiene ninguna prueba fehaciente, de la complicidad de funcionarios gubernamentales venezolanos vinculados al narcotráfico.
Es evidente que estamos en presencia de un nuevo montaje del Gobierno de Estados Unidos para respaldar con falsedades una intervención militar en Venezuela, nada diferente a cuando el gobierno de George W Bush y su Secretario de Estado Colin Powers, afirmó en el Consejo de Seguridad, que Irak, poseía armas biológicas de destrucción masivas, toda una mentira para justificar la criminal invasión que ha provocado y aún, provoca miles y miles de muerto y la destrucción de ese país. Similar método mentiroso utilizó contra Libia y ahora se ven los resultados, miles de muertos y destruido el país.
Miles de muertos, venezolanos, latinoamericanos incluido norteamericanos, será lo que puede provocar una intervención militar en Venezuela, sí el señor Trump, continúa con su política de agredir a Venezuela, será su Vietnam, y no descarten que la respuesta de los pueblos latinoamericanos, será responder a los gobiernos que apoyen semejante aventura, Colombia será el primer país, que sufrirá los embates de está guerra, que se extenderá como llama ardiente, a Ecuador, Bolivia Chile y Brasil. No les quepa dudas a nadie, que el conflicto se regionaliza.
Es por eso, que es hora de que todos nuestros pueblos, y que el Foro de Sao Pablo, llame a sus miembros, a las  organizaciones sociales y políticas, e inicien, en medio de esta desgraciada pandemia, acciones de protesta y solidaridad con Venezuela, repudiar los planes demenciales de Donald Trump, Mike Pompeo, Craig Faller, Iván Duque y Jair Bolsonaro,  y tratar de impedir que un nuevo holocausto  inunden de luto, dolor y pena a nuestros pueblos, por los miserables apetitos  económicos  y de poder del imperialismo yanqui.
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.

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