sábado, 11 de abril de 2020

LEALES CON TUPAMARO...
Tupamaro (Venezuela) - Wikipedia, la enciclopedia libre

Toda organización ya sea clandestina o legal tiene unos estatutos o reglamentos por el cual se rige para mantener su disciplina interna, con distintos mecanismos de dirección que deben ser respetados por sus integrantes.
La militancia se direcciona por esos estatutos consensuados o no. Esto es necesario implementarlo para así, impedir que el liberalismo, indisciplina, anarquía y liderazgo individual se imponga y anarquice la organización.
Existe una máxima Dirección Nacional la cual direcciona la línea a seguir que nace de un profundo análisis de la coyuntura internacional y nacional para poder aplicar la táctica a seguir por el Partido, sin perder el objetivo estratégico.
No existen direcciones individuales en los estados, es una sola línea general que está vinculada al proyecto político de dicha organización. En el caso de Tupamaro nos propusimos la construcción de un Partido de cuadros donde nos convirtiéramos en una referencia político-organizativa en la construcción del poder dual, y lo que denominamos: La nueva hegemonía del poder, expresada en las organizaciones autónomas de clase.
No podemos convertir el Partido en electoralista porque no es nuestra misión, se perdería la esencia del Partido como intelectual colectivo. Lo electoral es meramente táctico, pero comenzamos a observar cómo se venían incorporando compañeros que, ni siquiera conocían los estatutos de Tupamaro y comenzaban a utilizarlos, únicamente, para lo electoral. Pero nunca se propusieron educarlos para convertirlos en cuadros, deficiencia que hoy tiene la Revolución Venezolana. Comenzó a operar la política clientelar y más en estos momentos de crisis dónde mucha gente le vende su vida al diablo para sobrevivir, nunca criticaría a este tipo de persona, pero sí hay que ser severos con esa supuesta dirigencia que está matando los liderazgos por temor a ser desplazados, y, es ahí en donde comienzan a operar las dádivas, el regalo, el amasar egos, se utiliza muchas veces el martirio para provocar lástima, heridas al supuesto honor, pero todo esto se hace para mantener su dominio sobre el otro.
Y así comienza a operar la política revisionista de una clase media ansiosa de poder para comenzar a marcar las supuestas diferencias que los separan del partido. Esto lo hemos comenzado a ver dentro de Tupamaro, y aquellos compañeros que hoy se encuentran debatiendo han podido comprobar la carencia de planteamientos políticos para defender una determina posición. Quien asume la descalificación, la violencia desmedida, falta de respeto, chantaje, represión es porque no tiene la razón y debe recurrir a estos métodos altamente repudiados.
Desde Tupamaro le hemos hecho un seguimiento muy puntual a esta situación y bien ha servido esta cuarentena para hacer reflexiones y para la discusión sana entre los iguales.
Entendernos la gran deficiencia que existe en un pequeño grupo con ansias de poder que, aún no han entendido que hoy puedo ser Ministro, pero mañana no. El utilizar una responsabilidad de gobierno para reprimir a tus compañeros de lucha, es grave. Entonces uno se pregunta: ¿Y mañana cuando ya no tengas esa responsabilidad, ¿qué harás? ¿En qué te convertirás?
Hemos visto a muchos asumiendo ministerios, gobernaciones, alcaldías y luego desaparecen de la escena política o se pasan al bando enemigo. Los que actúan de esa manera dentro del Partido, les aseguro camaradas, que harán tienda aparte. Sin proyecto revolucionario, no hay revolución.
El Proyecto Tupamaro se mantendrá en el tiempo porque fue diseñado por nosotros (con muchos años de estudio, debate y discusión), es como decir: «tiene derecho de autor y no puede ser plagiado».
Hay muchas desviaciones que son necesarias debatir. En nuestros estatutos (por ningún lado) se habla de los bloques con responsables. Léase bien: «En ninguno de los artículos de los Estatutos de Tupamaro». Esta aberración fue creada como mecanismo de control de aparato, pero esto ya tenía tiempo preparándose como planteamiento divisionista y, para prueba, un botón.
Nos preguntamos, ¿estos supuestos "jefes" de qué lado están? Se nota el desconocimiento que tienen acerca de la vida partidista, ya que nunca la dirección política Nacional aprobó la conformación de estos bloques.
El único permisivo fue el del Secretario General de esta Organización, a quien se le hizo el planteamiento para llevar esa discusión un secretariado, pero el grupo divisionista ya tenían sus planes e impidió que se desarrollara una importante discusión en esa dirección. Pero no hay mal que por bien no venga, porque eso conllevó a que aceleraran los planes y cometieran todos los errores que vienen cometiendo. Se han creído supremasistas; sabemos que detrás de ellos está quien siempre ha jugado a la fractura y división; sabemos que hay mucho dinero invertido, vean ustedes cómo ha cambiado la vida de este pequeño grupo, investiguen camaradas para que no se dejen engañar; vean bien a quiénes llaman compañeros y a quienes quieren convencerlos con una bolsa de comida (típico de la política adeca).
A estás personas los espera el infierno. Quienes asumen política represiva botando a camaradas de su fuente de trabajo no son dignos de llamarse Tupamaro y si a la legalidad vamos, hay algunos que se dicen ser Secretario General de algún estado y ni siquiera son militantes inscrito como tal, y esto lo vamos a demostrar.
Las desviaciones dentro del Partido deben comenzar a discutirse con fuerza, las ideas erróneas debe ser debatidas; hay una pieza importante en la lucha revolucionaria que debemos asumir con fuerza: «contra el liberalismo» del viejo y cariñoso Mao. Hagamos grande la discusión por encima del individualismo.
Nos despedimos hoy con una frase en tiempo de semana Santa: «Cristo los ama». Haz tu propia reflexión y vamos a abrirnos al debate creador. Hay que ser duros sin perder jamás la ternura.
Venceremos.

¡Leales siempre, traidores nunca!

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