REFLEXIONES INGENUAS.
“PAÑITOS DE AGUA CALIENTE”
A veces uno se pregunta, en medio de
este mundo surrealista que estamos viviendo, si es que uno padece de algún tipo
de desorden mental, o es que la realidad funciona como una caja de sorpresas en
donde lo inimaginable tiene cabida.
Venezuela está al borde de un sacudón,
de un nuevo 27F. Este acontecimiento viene siendo anunciado desde hace un
tiempo para acá. Los E.U. lo presentan como parte de la estrategia para tumbar
al gobierno del Pte. Maduro y para ello tienen preparados grupos que van a
funcionar como operadores, como agitadores, como saqueadores ocasionando
muertos, heridos, incendios, destrucción
para justificar una operación militar por parte del imperio y acabar,
justificadamente, con la institucionalidad, con el gobierno venezolano, y así
apoderarse de las riquezas de la nación e imponer un régimen adepto a sus
políticas imperiales,
Sin embargo, no es menos cierto que
las desacertadas políticas económicas del gobierno (por no decir ausentes)
vienen impactando, de manera letal, en
la población venezolana. El aumento de precio del dólar en forma anárquica sin
ninguna razón aparente, la inflación descomunal, desabastecimiento,
acaparamiento, falta de control en la producción, etc. han desembocado en una
tímida pero importante acción del pueblo que ha salido a saquear los
abastecimientos para proveerse de la comida y productos que están fuera del
alcance de sus bolsillos.
Dos cosas son importantes de destacar: La primera, el mismo presidente
Nicolás Maduro ha reconocido que el gobierno ha desatendido las acciones que
garanticen el control, seguimiento,
supervisión, corrección, ajuste y penalización tanto de la producción,
abastecimiento y comercialización de los productos de primera necesidad y de
consumo diario. Segundo, ha permitido la
especulación cambiaria que impacta negativamente en los procesos de
elaboración, comercialización de la producción nacional.
Sin embargo, no es menos
cierto que las desacertadas políticas económicas del gobierno (por no decir
ausentes) vienen impactando, de manera
letal, en la población venezolana. El aumento de precio del dólar en forma
anárquica sin ninguna razón aparente, la inflación descomunal,
desabastecimiento, acaparamiento, falta de control en la producción, etc. han
desembocado en una tímida pero importante acción del pueblo que ha salido a
saquear los abastecimientos para proveerse de la comida y productos que están
fuera del alcance de sus bolsillos.
Importante sería formular las siguientes
observaciones: Primero, el gabinete económico tiene más dos años funcionando,
pero desde el año l7 venimos afrontando una guerra económica cuyas
características no han variado, salvo el endurecimiento del embargo petrolero
Segundo, dicho gabinete ha recibido sugerencias, proyectos, propuestas por
parte de los sectores populares y factores revolucionarios, los cuales han sido
desdeñados, desoídos, lo cual ha hecho
que haya permanecido la misma situación anterior que cada día se hace insostenible, con los
efector perniciosos que apuntan a un estallido social,
Si hay denuncias graves de la
complicidad de miembros del gabinete económico con empresas involucradas en
acaparamiento, desabastecimiento, aumento de precios desmedidos...
Si se comenta que el control
cambiario perjudica a las ganancias de los miembros del gabinete económico y
sus agentes ya que afecta sus ingresos provenientes de la complicidad con los
empresarios que se lucran y auspician el aumento desmedido del dólar.
Es imposible que el Pte. Nicolás
Maduro desconozca esta realidad.
Entonces viene la más
importante. ¿Por qué carajo el Presidente Maduro insiste en mantener dicho
gabinete si ha demostrado hasta la saciedad su incapacidad, ineficiencia,
complicidad con los empresarios, con el aumento criminal del dólar, ser
hambreadores del pueblo? Es como quien
coloca a zamuro a cuidar carne.
Las heridas profundas que está
padeciendo la sociedad venezolana no se curan con pañitos calientes.
O el Presidente Maduro se pone las
pilas y cambia de urgencia a los ministros de la economía, controla la
especulación cambiaria, el desabastecimiento, el alto precio de los alimentos,
incorpora al pueblo a la participación protagónica y participativa en la
planificación de la producción, comercialización, abastecimiento y venta a
puertas de mercados, abastos, almacenes, o los efectos están a la vista de
todos, o el proyecto bolivariano socialista desaparece.
Para luego es tarde.
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