domingo, 5 de abril de 2020

Cotorreando con Cristo, en cuarentena.

Rafael Pompilio Santeliz.
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Es con el único que he hablado, animadamente, en estos días santos.
Le dije que algunos de sus planteamiento habían sido muy esperanzadores en las fantasías necesarias. Y eso de sentirse vigilado y protegido, por un ser sobrenatural, donde quiera que uno esté, con ese don de ubicuidad, da seguridad al creyente. A veces quisiera serlo.
Y ahí, como por picarle la lengua, le pregunté del por qué había permitido tantas muertes por el coronavirus.
- Es que son muchos. Me contestó parco.
Luego se fajó a hablar:
- Yo cuando me desaparecí hice cursos de faquir en La India, por eso me salvé de vaina. Lástima que la gente, permeada por el discurso interesado del Imperio Romano, lo interpretó como la resurrección de los muertos, hasta hoy, y siguen creyendo que un esqueleto renace.
Y así muchas vainas que no son, como el poner la otra mejilla, la caridad como limosna que hace perdonar pecados, el pensar que el paraíso está en el mundo del más allá y no aquí y ahora.
Las religiones pregonan la conformidad y ven la pobreza como un bien imperecedero, porque "de los pobres es el Reino de los cielos". Todo eso son pamplinas para que nada cambie.
La iglesia romana nunca admitió la lucha de clases ni a la propiedad privada como la causante de la desigualdad.(yo cuando hablo de hacer Iglesia me refiero a hacer reuniones de iguales para liberarse)
Esa paz que dicen que pregonaba, con una Palestina, invadida por el Imperio Romano es otra falacia, había que luchar y expulsarlos. Igual que la paz, es el tan trillado "amor al projimo", uno ama en concreto. No es un amor abstracto, él debe llegar a ser históricamente eficaz. No se puede amar a un explotador, por ejemplo .
Y así muchas vainas. Los mismos Mandamientos, que no son más que controles sociales, hechos por las élites para mantener sus privilegios. Inculcando meas culpas y autolaceraciones a transgresores que sólo buscan la justicia o un mejor vivir.
Por suerte la Teología de la liberación a puesto muchas cosas en su lugar. Su condena es una condena a mí mismo. Me dijo, mientras seguía su perolata, aún sangrante.
La opción por los pobres, cuya ética es la solidaridad, de respeto por el otro, no es amando al patrón. La pobreza es inhumana, una indignación ética, eso no agrada a papa dios. Eso más bien debe incitar a la acción que a la "contemplación".
- Debe haber una unidad entre la historia de la Salvación y la historia de la resistencia- me confesó enfático.
Y ahí, oyéndolo, me animé más y le di casquillo. Qué más, cuente a ver.
- Lo mío es un Evangelio que busca transformar la realidad. Rescatar el sentido originario del término Mesías como el Salvador de la opresión. Ah, pero el Mesías es el Pueblo mismo, como fuente de los misterios. Y fuera de "castigos y penitencias". No hay que entenderme tan literalmente, con esos horizontes escatológicos sembrados por la reacción y curitas pederastras: Ese Reino es una Nueva sociedad, no de Dios, si no de ustedes mismos, los pobres, los preferidos de Dios. Si lo quieres ver como el marxista que eres, es una opción por el proletariado.
- Ajá, pero aparte de la retórica, teorízame. Cuál es la metodología preferencial?
Y me dijo, más circunspecto:
- Elaborar un proyecto histórico a la luz del Evangelio. Un Proyecto de liberación, de vida, ese que aflora, más o menos, en los poetas y patriarcas, que buscando esperanzar a un pueblo oprimido escribieron el Antiguo Testamento, los pobres de Yahvé y los vividos por mí en las Bienaventuranzas. Digo, como punto de partida y de inspiración. Eso es aquí y ahora. Hoy, la tuya, es una sociedad muy confusa, turbulenta y cambiante para mí. Eso le toca a ustedes. Busquen poetas e intelectuales, ellos ayudan y acompañan al pueblo mismo, fuente primaria del saber.
- Yo simplemente les doy algunas opciones: Justicia, igualdad, solidaridad, rebelión contra lo inhumano, cambio social, Revolución. Todo opuesto al dios de la muerte: el Mercado. Pero cuidaito con mezclarlo con el Socialismo. Eso es Dios y Diablo juntos.
Yo veo es a un Dios vivo, por la vida, tomando partido por los oprimidos.
Ahí me animé más y le saqué una carterita de Cocuy, para aflojarle la lengua. Y le dije, este Cocuy hace pensar. Nosotros hemos perdido como la brújula para construir eso que dices. Cómo ves tú la liberación?
Carraspeó, acostumbrado a beber vino consagrado, y me contestó:
- La liberación es una vieja aspiración de los oprimidos que los opone a las clases opresoras y pueblos opulentos que quieren vuestras riquezas. De tal forma que ustedes deberían hacer un proyecto que una la liberación nacional y el socialismo, al unísono. Teológicamente creemos que se debe concebir la historia como un proceso de liberación del hombre. (Y de la mujer, perdón) Estos asumen conscientemente su destino, construido por ellos, claro, no por divinidades, y así, entre teoría y práctica, van ensanchando el horizonte de los cambios sociales que desean. Es como perseguir la utopía, pero logrando cosas concretas que permitan seguir soñando.
- Para nosotros es como liberar al humano del pecado. Es un vivir en común-unión con la fraternidad viviente.
Debe ser una Liberación integral y trascendente, a la vez que libera del pecado estructural (raíz de la alienación social y personal) lo libera del pecado personal: base de todas las servidumbres, conformismos, individualismos y todos esos lastres, que hasta refranes tienen, en sus cabezas formadas por el egoísmo y que hay que descolonizar.
La liberación será sin martirios, sin crucifixiones de clases, por la vida sabrosa. No poniendo la otra mejilla, ni la paz vergonzante, ni pactos con supuestos aliados opresores, ni con la doble moral que tienen algunos que se dicen cristianos, que piden el perdón para seguir pecando. No será la caridad la que forjará la Nueva sociedad y menos darle tanticos a nuevas burguesías. Never! Al César, no le daremos nada!.
Ya me parecía que se estaba prendiendo por lo vehemente y alegórico, cuando le pregunté por la fe, y como para cuquiarlo le dije antes que contestara: El que vive de fe, muere de esperanza, que tú crees?
- Hay que convertir la fe en ciencia, hijo mío. Me dijo ante mi asombro. Si acaso hay que vivirla a través del compromiso de creer en los pobres, como el gran motor de la historia. Sobre todo, en los trabajadores. Ella no es un depósito de verdades, apenas un primer escalón, eso de creer en Mesías salvadores. Sólo el pueblo salva al pueblo. Es una identificación con algunas cosas que dije en mi tiempo. La fe, es como una búsqueda incesante de caminos emancipadores para la realización del Amor. Que no creo que me lo cuestiones, o sí?
- Bueh, le murmuré, es relativo. Nada es absoluto, ni sagrado, ni eterno. Todo cambia. Tus postulados como la paz y el amor fueron utilizados por las Cruzadas, la inquisición, la conquista, asociados a la guerra. La elección en América fue: Espada o cruz. Nunca se habló de paz.
- Ah, tú me hablas de shalom, la paz de los cristianos originarios. Ella tenía su fundamento en la dignidad, la paz interna y externa, tan necesaria, el deseo de compartir la vida y las cosas con los demás. Ella estaba fundada la justicia y atentaba contra el orden imperante. No hay paz sin justicia. Lo que hayan hecho los imperios escapa a mi incumbencia. La iglesia feudal para esos tiempos era propietaria de tierras y hombres. Su visión religiosa era enajenada y de un fundamentalismo, fermento del orden. Hay que hacer, hoy, un magisterio paralelo, la Iglesia de los pobres.
- Tu me hablas mucho de los pobres, qué es eso que llaman "Pobreza evangélica"?
- Es una actitud de apertura a una vida sencilla, sobria y austera. Anti-mercado. Apartada de la tentación y la codicia. Su práctica es una mejor distribución del pan. Implica aceptar sus consecuencias, ser como los pobres y sus valores, con curas obreros, o guerrilleros como Camilo Torres. Es un criterio político unido a la lucha de clases.
- Y tú qué opinas del misticismo. Esa gente que se la pasa contemplando al cielo. Una espiritualidad que espera y espera tu llegada?
- Lo he leido en los grafittis. "Cristo viene, y viene arrecho." Jaja. Bueno, como te dije, como es un Dios de la vida, la contemplación no es con Dios en sí mismo, ese amor contemplativo es hacia la historia, y debe generar protesta, rebeldía y utopías. Es una unión con el Jesús liberador, víctima del Imperio. Eso exige una conversión radical de nosotros mismos: pensar, sentir y vivir como Cristo presente en el hombre despojado. Una autonegacion para afirmarse con el Hombre nuevo. En una izquierda que es una fuerza del pueblo o el pueblo mismo.
- Ajá, pero eso se parece a mí, que soy marxista.
- Es que el socialismo es democracia revolucionaria, participación, calidad humana y relación de justicia, solidaridad e igualdad. Desde que la Teología de liberación planteó que Dios era el hombre, se acabó el peo con los marxistas. Hombre y naturaleza son una unidad. Y pecado mortal es el capitalismo. La auténtica espiritualidad vendrá con el socialismo. Enfatizó el pana Cristo. Amigo mío arrechamente ...y no es por los tragos.
Ahí, con eso último, nos amigamos más, y empezamos a echarnos palos, fondo blanco. Y ya prendidos empezamos a echar vainas, chistes de doble sentido. Le pregunté si conocía el significado del diminutivo Pepe, utilizado mucho en España. Al negarlo le expliqué: es que a los José les dicen Pepe, PP, por Padre Putativo. Y se echó a reír. Igual, ya íntimos, y en el aquí, entre nos, me confesó las delicias de su inolvidable Magdalena.
Hebreos, ya al anochecer, enfilamos a la reflexión poética.
- Eso de hacerse poeta, junto al hombre y sus imaginarios, fue una gran audacia tuya. Le dije.
Cómo el amor abarca, tan inmenso, lo indecible, y tu paz sirve para el estallido.
Cómo hiciste de la esperanza, sueños abrazados a las alas de la vida. Cómo desafiaste al Imperio, inventándote Rey.
- Además, continué, cómo no recordar la traición de los mil rostros de los hambrientos, y cómo los perdonaste, porque en el perdón también hay venganza. Cómo seguiste solo, hacia la nada, muriendo con vida y cuando volviste los de antes ya no eran. Y tu inmacules impedía el abrazo. Porque en todo desandar se encuentra parte de una mentira. Habría que borrar los caminos del regreso para no escalar vanamente el abismo, el de los apáticos, los alienados que lo crean.
- Coño, mi pana, has sido el sujeto de una mentira, construida por 2020 años, por intereses no originarios, le dije, pensando que me estaba botando con estas reflexiones.
Cuando lo miré buscando su aprobación y su aplauso, Cristo dormía.
Y tan tan, sefiní.

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