Seguimos con la reflexión necesaria.
El problema de la legalidad tiene muchas aristas que son necesarias dilucidar cuando no se tiene conocimiento del derecho, en el anterior escrito habíamos dicho que Tupamaro se rige por una serie de postulados que se inscribe dentro de una organización con características distintas a cualquier partido político, sin embargo en el tiempo vino desfigurando su escencia por intereses individuales de un pequeño sector que ha jugado a la división apelando a la política mas cochina como la que han jugado opositores que se autoproclaman de cualquier cosa que se les ocurra y buscan darle legalidad a su acción política, en un estado de derecho y de justicia hay que saber actuar y nosotros como Tupamaro hemos actuado de acuerdo al marco jurídico ya que fuimos de manera consciente a la lucha por una constituyente que lograra una nueva constitución como la que hoy tenemos pero quisimos ir más allá cuando planteamos el partido como intelectual colectivo, pero nuestras leyes son muy claras en la conformación de los partidos políticos, tienen que tener unos series de requisitos de ley y debemos cumplirlo, teníamos unos estatutos básicos como requerimiento del CNE pero producto de las marcadas actitudes divisionistas de un pequeño sector, había la necesidad de hacer unos nuevos estatutos que le sirviera la mesa a los golpistas, con esos estatutos comenzó a operar este pequeño sector que subestimó a la mayoría de los camaradas que hacíamos vida activa en Tupamaro, comenzaron a hacerse de recursos para poder operar e ir comprando conciencias para tener un supuesto grupo de apoyo no entendiendo la política revolucionaria que profesa Tupamaro, lo vieron como un partido más en busca de beneficios y prebendas, partido de aparato para poder negociar puestos y prebendas, obviaron la legalidad y creyeron que en el secretariado del 2020 estaban dadas las condiciones para el zarpazo final, los camaradas que fueron a ese secretariado pudieron haberse dado cuenta y de hecho causó mucho malestar que el señor Hipólito y William Benavides hayan hecho tamaño despliegue policial y de individuos de mala calaña armados hasta los dientes amedrentado y atemorizado a compañeros en una actividad política de nuestra organización, esto ha causado mucha indignación y ha quedado para la historia muy bien documentada, la justificación era que estaban amenazados no sabemos por quién ya que el propio secretario general quien había sido objeto de varios atentados se sentía seguro con sus propios compañeros, este alarde de prepotencia y autosuficiencia no logró el objetivo que se habían planteado y continuaron buscando mecanismos para facturar y dividir, no lo pudieron lograr a pesar de la política del chantaje, intimidación y falta de respeto a los camaradas, el secretario general le pidió al resto de la dirección Nacional no responder ni caer en provocaciones pero si documentar y filmar como grabar todo para posterior discusión necesaria.
El problema de la legalidad tiene muchas aristas que son necesarias dilucidar cuando no se tiene conocimiento del derecho, en el anterior escrito habíamos dicho que Tupamaro se rige por una serie de postulados que se inscribe dentro de una organización con características distintas a cualquier partido político, sin embargo en el tiempo vino desfigurando su escencia por intereses individuales de un pequeño sector que ha jugado a la división apelando a la política mas cochina como la que han jugado opositores que se autoproclaman de cualquier cosa que se les ocurra y buscan darle legalidad a su acción política, en un estado de derecho y de justicia hay que saber actuar y nosotros como Tupamaro hemos actuado de acuerdo al marco jurídico ya que fuimos de manera consciente a la lucha por una constituyente que lograra una nueva constitución como la que hoy tenemos pero quisimos ir más allá cuando planteamos el partido como intelectual colectivo, pero nuestras leyes son muy claras en la conformación de los partidos políticos, tienen que tener unos series de requisitos de ley y debemos cumplirlo, teníamos unos estatutos básicos como requerimiento del CNE pero producto de las marcadas actitudes divisionistas de un pequeño sector, había la necesidad de hacer unos nuevos estatutos que le sirviera la mesa a los golpistas, con esos estatutos comenzó a operar este pequeño sector que subestimó a la mayoría de los camaradas que hacíamos vida activa en Tupamaro, comenzaron a hacerse de recursos para poder operar e ir comprando conciencias para tener un supuesto grupo de apoyo no entendiendo la política revolucionaria que profesa Tupamaro, lo vieron como un partido más en busca de beneficios y prebendas, partido de aparato para poder negociar puestos y prebendas, obviaron la legalidad y creyeron que en el secretariado del 2020 estaban dadas las condiciones para el zarpazo final, los camaradas que fueron a ese secretariado pudieron haberse dado cuenta y de hecho causó mucho malestar que el señor Hipólito y William Benavides hayan hecho tamaño despliegue policial y de individuos de mala calaña armados hasta los dientes amedrentado y atemorizado a compañeros en una actividad política de nuestra organización, esto ha causado mucha indignación y ha quedado para la historia muy bien documentada, la justificación era que estaban amenazados no sabemos por quién ya que el propio secretario general quien había sido objeto de varios atentados se sentía seguro con sus propios compañeros, este alarde de prepotencia y autosuficiencia no logró el objetivo que se habían planteado y continuaron buscando mecanismos para facturar y dividir, no lo pudieron lograr a pesar de la política del chantaje, intimidación y falta de respeto a los camaradas, el secretario general le pidió al resto de la dirección Nacional no responder ni caer en provocaciones pero si documentar y filmar como grabar todo para posterior discusión necesaria.
Dentro del marco de la legalidad se aprobaron todos los puntos de la agenda y así quedó reflejado, pero este pequeño grupo continuó con sus planes y la dirección Nacional les hizo una convocatoria para aclarar algunos puntos y ponerse de acuerdo para introducir el escrito asambleario al CNE como se hizo, había sí que ponerse de acuerdo para lo que significaba la ratificación, estos compañeros entre gallos y media noche, sin informar absolutamente nada se fueron al TSJ saltándose todas las instancias para buscar un reconocimiento que el partido en pleno no les dió y como partido serio tenemos todas las grabaciones y actas firmadas por los 23 Estados y el Distrito Capital, pero el recurrir a un organismo que merece todo nuestro respeto por la calidad y cualidad de sus integrantes no es allí donde deben dirimirse esas diferencias propias para hacerla dentro del partido, no entendieron que existen unos estatutos con vigencia que ordena un contrato social entre sus integrantes, existe un CNE que regula inclusive la vida y existencia de los partidos políticos y resulta que en el CNE existe un acta de asamblea del 2015 donde fueron aprobados los nuevos estatutos y la DNO y DNA y es allí que se rigen las instituciones y el propio CNE, legalmente como a este pequeño grupo le gusta. Entonces podemos observar como la ratificación legalmente pasa por ir al 2015, allí hay un conjunto de actores que no son los que están, William Benavides de acuerdo a la legalidad no es el Secretario de Organización, está usurpando un cargo que nadie le ha dado, y así pasa con otros compañeros y compañeras que hoy se autoproclaman. Este es el problema cuando se recurre a la legalidad porque tienes que someterte a ella, los estatutos son muy claros y en su artículo veinte numeral 8 señala las atribuciones del secretario general: Designar y remover a los miembros de la Dirección Nacional e integrantes de cualquier instancia del partido que no esté cumpliendo con la normativa interna y tenga algún procedimiento disciplinario temporal o permanente o causa por las leyes ordinarias, hasta los momentos no he hecho valer los estatutos para disciplinar la vida interna ya que era más importante saber quiénes seguían la aberración que ese sector estaba impulsando y que le responde al resto de los compañeros aquellos que firmaron la ratificación y hoy salen con un yo no fui ¿cómo van a dirigir un partido individuos sin ética y moral revolucionaria? ¿Cómo podemos creer a quien se vende por un cargo o un pedazo de pan? por eso siempre me acuerdo de Cristo y la traición de Judas. Hay otras cosas que todavía quisiera reflexionar, pero tendremos tiempo para la misma, este mensaje es mas para la militancia confundida que para los actores que ya tienen su posición tomada y construirán un partido a su imagen y semejanza, pero muy lejos de Tupamaro.
¡Leales siempre!... Traidores Nunca. Venceremos...
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