Tulio Monsalve: Macri; Guerra a Venezuela
Sin duda Macri fue el ganador de la contienda por la Presidencia argentina. Cristina lo reconoce, así demuestra su honorabilidad y talante democrático.
Gana, pero aún no ha sido capaz de descubrir cuál será su línea política en materia económica. Únicamente que habrá un solo dólar, falta saber para quién será.
Sí encubre que su nutriente ideológica es la frivolidad y sus globitos de colores. Hace juego de palabras cuando balbucea sobre sus promesas para apoyar políticas sociales qué instauró el socialismo, e igual que los de aquí, pretenderá mantenerlas sin creatividad alguna.
Surge en nosotros la duda sobre cómo podrá defenderlas. En Argentina como en Venezuela, puede faltar el champú, pero la capacidad de movilización y concreción de pensamiento socialista comprometido en partidos en plena ebullición, y con la gente de la calle para defender sus derechos y esperanzas, es producto que hasta se exporta.
Macri, hasta hoy, todo lo esconde, menos su odio hacia Venezuela. Promete la bobería de pretender sacar a Venezuela de Mercosur y aplicar la desprestigiada Carta Democrática. Ya lo regañaron por esa primera metida de pata.
Donde no le falta fuelle es moviendo sus agresiones contra nuestro país, a él como a muchos de aquí aún le duele la fuerza que llevó el chavismo a toda América Latina.
Tanto, que hasta el mismo W. Bush sufriera su notable fuerza, pues al tratar de imponer el Alca en Mar del Plata recibió hace 10 años un trancazo y lo mandaron “ALCArajo”. Cachetada que aún está marcada en el rostro de la gente de la derecha. Símbolo de soberanía que se propone vengar Macri.
Duro para un ser de la derecha convivir con la insignia de quien fue el autor de haber motivado, animado y apoyado para que surgiera esa onda expansiva de gobiernos socialistas en nuestro continente: los Kirchner, Argentina; Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rouseff, Brasil; Rafael Correa, Ecuador; Evo Morales, Bolivia; José Pepe Mujica, Uruguay; Daniel Ortega, Nicaragua, además a darle fuelle a Pablo Iglesias en España y Alexis Tsipras en Grecia y al inglés Jeremy Corbyn y muchos otros que han usufructuado de esta ola que fue mundial en este período.
Eso explica la picazón que le producimos los venezolanos de izquierda a Macri. Que nos odia como antes Menem odiaba a Cuba, y ver la misma derecha y su mismo periódico La Nación empujando una guerra contra Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario