jueves, 3 de abril de 2014

TERRORISMO FACISTA EN VENEZUELA. SEPA CÓMO SE DESARROLLA...



La táctica consiste en sembrar voceros que emitan cortos discursos, en sitios frecuentados y muy cotidianos para la ciudadanía.

Precisamos, en Venezuela, una nueva fase dentro de la intensa campaña de operaciones psicológicas del fascismo: Mercenarios emiten discursos en espacios públicos, para justificar sus crímenes.

La táctica consiste en sembrar voceros que emitan cortos discursos, en sitios frecuentados y muy cotidianos para la ciudadanía. Estos voceros se disfrazan de obreros, jóvenes, mujeres trabajadoras, madres, para enviar un mensaje de “humildad”, “esperanza”, “futuro”, “inocencia”, “pureza”, “necesidad de lucha”. Se busca una conexión emotiva entre el emisor y el receptor.

El mensaje, simple y muy emotivo, se transmite de forma natural y haciendo énfasis en eventos generadores de angustia, ira, nacionalismo, esperanza. Se trata de incentivar la participación del mayor número de personas posibles, en los ataques que los terroristas mantienen en 8 municipios del país. Estos voceros hacen énfasis en la necesidad de salir a la calle, para acabar con una dictadura.

La táctica es antigua y, lógicamente, se ha perfeccionado. En 1917 se activó, en Estados Unidos, una de las más grandes campañas de operaciones psicológicas en la historia de la humanidad. Con la creación del Comité de la Información Pública, se desplegó un contingente de voceros denominados Hombres de 4 Minutos. 75 mil estadounidenses emitieron 7,5 millones de discursos, delante de 315 millones de estadounidenses, en 5 mil 200 comunidades. El objetivo era justificar el ingreso de EEUU a la Guerra.

Cuatro minutos es el tiempo de concentración máxima de la mayoría de las personas. En Venezuela, los mercenarios utilizan plazas, estaciones del metro, cines, sitios de esparcimiento, supermercados, bancos, rutas del transporte público, colegios, liceos y universidades, para emitir mensajes subversivos, en medio de una simbología pacífica.

Los terroristas cometen actos criminales y, en sus discursos, culpan al Presidente Maduro. Dicen “basta ya”, como si fuese el gobierno el que esté incendiando las calles, o utilizando paramilitares.

Uno de los principios de la propaganda nazi establece que se le debe cargar al enemigo tus propios "errores o defectos". A este proceso se le denomina transposición. Actualmente podemos observar que se culpa al gobierno de las prácticas terroristas, o paramilitares, perpetradas por el antichavismo. Ellos salen a matar, y al mismo tiempo alegan que Maduro ordena los asesinatos. Aprovechan su poderío mediático para cambiar la realidad real. Los actos criminales que hagan estos mercenarios se le imputan al gobierno. La percepción, en la guerra de cuarta generación, es más tangible que la realidad real. Se inicia en Venezuela una campaña de operaciones psicológicas en un solo sentido: culpar al gobierno de las acciones terroristas, para llamar a la calle y justificar más ataques.

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