Andar y defensa de cangrejo
JM. Rodríguez
Es
redundante y también alborotador de nuestra revolución democrática popular (y
para cualquier otro tipo de régimen pactado por la vía electoral) hablar de
coexistencia. Ella es obvia pues, con la Constitución Bolivariana, todo
régimen, sea socialista o capitalista, estará siempre sometido a ese escrutinio.
Tal
coexistencia se confirma en el lenguaje tradicional de la polémica política: ¡ustedes, capitalistas, para detener la
vía al socialismo, tendrán que derrotarnos electoralmente! O dicho
desde el lado de la derecha: ¡su
intento de pulverizar la democracia burguesa, que hemos construido durante
doscientos años, la derrotaremos en las urnas!
Digo esto
porque, luego de los días de perros de la derecha sediciosa, he escuchado al
equipo de gobierno, hablar, con evidente angustia, de la
construcción de un modelo de coexistencia. Y lo digo porque no puedo apartar de mi
mente que ese bonito eufemismo actúa como velo púdico que oculta lo que suena,
demasiado, a armisticio.
Y la
síntesis de un armisticio, continuando con las formas exclamativas, es: ¡si tú no atacas yo no avanzaré! Eso
contraría aquello que Chávez siempre le gritó a la derecha: ¡si vienen con violencia iremos más a
fondo! El clarín de llamado al combate acaba de ser sustituido por un
sofisma que alardea con “el triunfo de la paz”.
Es la
Constitución la que tiene establecido el conjunto de normas que permite la
coexistencia de la diversidad (política, económica, cultural, social o de
genero), cualquiera que sea. No necesitamos un modelo de coexistencia alternativo
o complementario, ni de ninguno de sus sinónimos: cohabitación, convivencia,
acuerdo, negociación o reconciliación.
El camino, en medio de
la crisis severa que atravesamos, tiene tres canales: 1. Acabar con la impunidad 2. Facilitar
la continuidad de la actividad productiva privada. 3. Soltar las riendas que frenan
la constitución de las comunas como poder
territorial y productivo. Es decir, asumir que la economía es de la sociedad, del Estado sólo la planificación y
el control.
No hay comentarios:
Publicar un comentario