domingo, 6 de octubre de 2013

El Legado de Chávez
Nelson Montiel Acosta
            El legado de Chávez consiste en la herencia política, ideológica, humanista y patriótica que nos dejó a los revolucionarios el comandante supremo Hugo Chávez Frías. En su trayectoria vital se empeñó en convertirse en un paradigma para enfrentar el capitalismo salvaje, sus tentaciones y sus agresiones  permanentes. Cuando nuestro comandante llegó al poder la burguesía putrefacta de este país le envió su corte de adulantes formado por los Otero, que hicieron su fortuna fundacional en el gobierno de los Monagas en el siglo diecinueve a la sombra del nepotismo político, apoderándose de  las mejores tierras del oriente del país. Allí estaban los Ramia, Los Miquelena, Los Quijadas y el converso de Alfredo Peña con la misión de enseñarle al teniente coronel el discreto encanto de la burguesía, así lo hicieron con Paez los miembros de la oligarquía conservadora que odiaban a Bolívar, con Guzmán Blanco los Matos y con Cipriano Castro los Mendoza. Chávez prefirió ser el vocero de la pobreza rural de este país y nunca ocultó su procedencia, sus tradiciones, sus preferencias culinarias, su familia, sus amigos; desde estas lealtades  construyó su arsenal simbólico para enfrentar a la burguesía apátrida, que reniega de sus orígenes, se avergüenza de haber nacido en este lado del continente. Para ser heredero del Legado de Chávez hay que ser leal a un pueblo que ha sido despreciado históricamente por esa burguesía apátrida.
            También fue tentado por los corruptos que le ofrecieron bienes para que asegurara su vida después que dejara de ser presidente, así lo hicieron con Pérez Jiménez sus adulantes, quienes le comenzaron a abrir cuentas en dólares en el exterior, a tentarlo con bienes, con lisonjas y éste  mordió el anzuelo, huyó con su avión cimbrado de riquezas el día que los gringos lo sacaron del poder. Chávez nos dio el ejemplo, ni siquiera aceptó su sueldo de presidente de la República, tenía su pensión de teniente coronel en la honrosa situación de retiro, cuyos fondos donó en varias oportunidades a instituciones de beneficio social, al final de su vida ni siquiera poseía casa de habitación, murió en la ley que nos legó Simón Bolívar.  Los corruptos, los ambiciosos y los adulantes jamás y nunca pudieran considerarse herederos del legado de Chávez.
            Nuestro comandante nos legó el empeño de la Constituyente de manera permanente, que nos permitiera abandonar cualquier tentación reductiva del poder como dominación de unos pocos. Antes de Chávez, en nuestro país una minoría ejercía el poder en todos sus ámbitos irrespetando los mandatos del pueblo. En ese sentido nuestro comandante nunca dio concesiones: Constituyente o nada. El poder Constituyente es la potencia del pueblo, el pueblo decide su destino, las instituciones son la viabilización de esa voluntad. Cuando un dirigente se atornilla en una institución y le pone su sello personal, entra en un proceso de corrupción política. Los que se aferran al poder por dominación no pueden ser considerados herederos del Legado de Chávez, así como quienes son elegidos y defraudan el mandato de un pueblo. Es necesario mandar obedeciendo al pueblo que es la voluntad originaria constituyente.
            El comandante Chávez nos legó la lucha por la inclusión sin excepciones de ningún tipo. Reivindicó nuestras comunidades indígenas originarias y afrodescendientes despreciadas y explotadas por la oligarquía racista. Visibilizó la sexodiversidad sin ambigüedades, sin menosprecio. Incluyó a las compatriotas con diversidad funcional que estaban invisibilizados con el concepto despectivo y lacerante de incapacitados. Le asignó sin discriminaciones sus merecidas pensiones a los adult@s mayores que cobraban miserias simbólicas en la cuarta república. Nos dejó una ley familiar de los trabajadores y trabajadoras que nos permite avanzar  hacia el poscapitalismo y se empeñó en dotar de viviendas dignas a l@s excluid@s del capitalismo. Lucho incansablemente contra la discriminación femenina, avanzando como nunca en la equidad de género, en el respeto de la condición femenina.  No son hereder@s del Legado de Chávez los que sean capaces de excluir a la gente por alguna condición. Todos nuestros esfuerzos deben ser orientados a revertir cualquier tipo de exclusión. Es un legado y un mandato para los revolucionari@s.
            También nos legó una ruta para consolidar nuestra conciencia revolucionaria en un esfuerzo de pedagogía política intensa, en sus discursos, en su prédica. Las rutas de la necesidad de dirigirnos a una sociedad poscapitalista enfrentando la lógica del capital, anteponiendo el valor de uso de nuestras necesidades al valor de cambio y a la mercantilización que le impone el capitalismo.  La necesidad de revertir las relaciones de producción del capital para ser trabajador@s libres  de la explotación alienante. En ese esfuerzo de síntesis de su pensamiento que está en el Plan de la Patria condensó sus propuestas para transitar los comienzos de este siglo. Conservar nuestra independencia como prioridad, sino somos independientes, descolonizados política, económica y culturalmente no podremos ser jamás libres y soberanos. Sino consolidamos el socialismo, que se expresa en el vivir bien de toda la gente, sino potenciamos nuestra economía en la región superando las vulnerabilidades en conjunto con nuestros aliados, tampoco podremos enfrentar la hegemonía imperialista, sino cambiamos  el relacionamiento unipolar capitaneado por los gringos, por relacionamiento multipolar con alianzas con los pueblos que adversan el modelo del capital, tampoco llegaremos a ninguna parte, sino cuidamos nuestro planeta de los excesos del capitalismo nuestro futuro será incierto y las guerras sucesivas serán por el agua, por el oxígeno, por la biodiversidad, por el verdor. Ese es el legado no basta vestirse de rojo y lanzar consignas se necesita tener conciencia y conducta revolucionaria para ser digno heredero del Legado de Chávez.
             El comandante Chávez consolidó un valor fundamental : el amor a la patria, descorriendo la historia que nos había sembrado la oligarquía durante siglos que la patria eran los ricos, la patria es la gente, es la patria grande latinoamericana y caribeña que heredamos del Legado de Simón Bolívar, ¡Padre la Patria Grande! . No es suficiente que nosotros logremos el buen vivir, el socialismo, la equidad si nuestros compatriotas de América Latina y el Caribe siguen aplastados por el imperialismo. Nos legó la doctrina de la Defensa Integral de la Patria, donde la corresponsabilidad de la defensa de la nación recae en todos sus habitantes y no solo en la fuerzas armadas, como era en la cuarte república. Pueblo alistado, pueblo entrenado, pueblo movilizado, pueblo en resistencia para la defensa de la patria en el más amplio concepto. El que no quiera a la patria, jamás y nunca podrá considerarse heredero del Legado de Chávez, porque luchó por la patria, por los excluidos de su patria hasta el último respiro.
            Para resumir quienes conspiren contra los intereses de la patria, quienes defrauden el pueblo que los elige para cumplir con sus mandatos desde sus cargos, los corruptos, los excluyentes están muy lejos de ser herederos del Legado del Comandante Chávez. Se necesita poseer una clara conciencia revolucionaria, un desprendimiento de las tentaciones del capital, un sentido del valor supremo de las luchas por la patria para considerarse digno heredero del patrimonio o Legado de Chávez

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