A grandes males,
grandes remedios
Rafael Pompilio Santeliz
Como un ejercicio de
balance y autocrítica, hemos recogido algunas posibles causales de la pérdida
de base social en el proceso que vive Venezuela en el abril del 2013. No están discriminadas
jerárquicamente. Es un intento de síntesis de análisis diversos.
1.
Una clase media que teme
perder sus privilegios. Sigue atada a los viejos discursos de la cuarta
república y se mueve en una cuerda floja de acuerdo a las circunstancias que la
favorezcan y con sus imaginarios de ser como los ricos.
2.
La existencia de una tecno
burocracia matavotos y un funcionariato ineficaz, que actúa pragmáticamente y
sin afectos. No creen en el socialismo y obstaculiza la efectividad de la cosa
pública. Aún se mantienen algunas instituciones con una
pésima atención, mal trato o negligencia del servidor que allí labora.
3.
Los humildes no votaron
masivamente. Más del 20% de abstención. Posiblemente se identificaron, en un
principio, con lo participativo y protagónico del discurso, pero al resultar un
modelo tutoreado por intermediarios hubo un cierto desencanto.
4.
Pervivencia de una dirigencia
chavista dedicada a mantener su cuota de poder de manera acrítica y
disciplinada. Este tipo de dirigente no contrarrestó, ni creativa ni
ideológicamente, la campaña de la oposición.
5.
Influencia de factores de la
vida diaria del capitalismo per se: ineficacia, especulación, inflación, devaluación,
inseguridad, desabastecimiento, acaparamiento de empresarios apátridas,
sabotaje a los servicios. Un capitalismo de Estado incapaz de resolver y ocupar
el 7,6 % de desempleo y un 40,9 de economía informal. La insatisfacción de las
necesidades de los ciudadanos genera desconfianza.
6.
Nicolás Maduro no convenció
a todos los chavistas:
Mucho chavista que
sólo seguía al Comandante sintió que Maduro no era el relevo. Sintió que el
candidato del chavismo pasaba del luto a la fiesta electoral, creando una
sensación de inconsistencia para el futuro. No mantuvo la emoción en torno a la
figura de Chávez. Se sintió la improvisación en la puesta: arrancó como Chávez
y terminó como Maduro. La ambigüedad estaba que al utilizar la figura de Chávez
en exceso, la gente lo veía como despersonalizado. De
repente, se realizó un viraje resaltando demasiado la personalidad de Maduro,
que tocaba música folclórica, que bailaba salsa, y sin enfatizar en el Programa
de gobierno, como lo hacía Chávez. La gente comparaba, quería obras y saber de
proyectos. No simplemente rituales. Fue una campaña muy complicada para
el candidato, que aparecía con diferentes disfraces y posturas, a veces con un
estilo muy piti yanqui, imitando la farandulera Guerra de los sexos. Calcaba los mega discursos de
Chávez, sin tener la gracia narrativa ni la contundencia expositiva de él. No
hubo una estructura en su discurso que permaneciera en la campaña.
Otra apreciación, para
algunos, fue que Maduro mordió el peine y montó a Capriles en el ring
dedicándole mucha atención.
7.
El agotamiento y desgaste de
un modelo de desarrollo afianzado en el desarrollismo, el populismo, el
asistencialismo y el rentismo petrolero centralizado. Una izquierda que no
logra superar la concepción tradicional del progreso visto como crecimiento y “consumismo
de línea blanca” sin tocar la construcción de otro modelo de racionalidad
diferente a la lógica del mercado, creando y afianzando elementos de la
subjetividad socialista.
8.
Confiados en los continuos
triunfos pensaron que ya tenían un coroto imperdible. Implicó una dirección
basada en el reformismo y una actitud conservadora y acrítica de su actuación.
Tenían una excesiva confianza en la maquinaria partidista del PSUV.
9.
La ausencia física de Chávez
hizo que muchos cruzaran la acera. Nicolás Maduro era un clon sin carisma y lo
desdibujaron mucho por sus errores de “principiante”. La emotividad por la
muerte del Comandante fue decayendo. La popularidad de Maduro bajó a un record Guinness (Hay quienes hablan
de inoculación cibernética, con análisis matemáticos muy respetables) El hiperpresidencialismo del régimen político construido desde
1998 pesó mucho en este fenómeno. En todo caso, el desconcierto que emanaba de
la forzada inactividad de Chávez impactó fuertemente en la gestión de la cosa
pública, con el consecuente agravamiento de problemas ya existentes, tales como
la inflación impune de empresarios especuladores, la estampida del dólar, una
inoportuna devaluación del 47%, la paralizante burocratización y la inseguridad
ciudadana, para no mencionar sino algunos.
10.
Un porcentaje de
la base social chavista es clientelar y voluble. Apuesta al ganador o a quien
le ofrezca más. Con características de saltimbanqui, no creen en el proceso y
su actuar es de oportunismo y sobrevivencia.
11.
Las vivezas del equipo de
Capriles:
Supieron
utilizar el término “enchufados” logrando crear la sensación de exclusión en
quienes no se sienten beneficiados por la gestión gubernamental. Se afianzaron en HCR con una épica de
sacrificios y lograron conectar y responsabilizar a Maduro de los problemas del
país. Consiguieron crear una paranoia sobre la inseguridad apoyados en medias
verdades afianzadas con la guerra sucia. Lograron sembrar desconfianza a
nuestras instituciones en especial al CNE. Pesaron varios años en campaña
frente a 15 días de construcción de un liderazgo nacional en Maduro. Capriles subió
su tono hacia la confrontación y su proposición incluía el debate público de
los proyectos de país.
12.
El degaste de ver casi lo
mismo. Una juventud que sólo ha visto como Presidente a Chávez en 14 años. Es alienada
y muy permeada por los medios de comunicación y el consumismo.
13.
Hay vacíos. Un
partido que realmente cumpla las funciones de guía de una Revolución Popular. El
PUSV, partido policlasista, es una maquinaria electorera que ha sabido copiar
muy eficientemente el nauseabundo comportamiento de sus pares adecos y
copeyanos.
14.
En estos años
nunca se permitió que madurara otra contrafigura diferente a Chávez. Ha sido un modelo caudillista basado en el
verticalismo cubano. La formación de cuadros es otra tarea urgente. Hay que
hacer entender que la construcción del socialismo va más allá del caudillismo,
el mesianismo y que toda construcción revolucionaria debe afianzarse en la
autonomía de clase y la autogestión.
15.
Necesidad de
la superación del sectarismo: la Revolución debe ser construida por todos y con
la opinión de todos. Existe la necesidad
de una dirección más inclusiva y diversa, basada en una acertada política de
aliados y en programas regionales y nacionales que creen identificación real
del pueblo y los militantes que activan en el proyecto. Esto implica toda una
rearticulación de fuerzas democráticas y revolucionarias.
16.
Se siguió manteniendo la
estructura del Estado burgués y su juego leguleyo formal donde el poder popular
es solo representativo y no protagónico.
17.
Se continuó con
la retórica de un socialismo ficticio, inofensivo, inexistente. De ahí la
fuerte exhortación de Chávez a fortalecer los consejos comunales, la
socialización de la economía, la cultura y el poder. Comuna o nada, fue lo
último que inventó. Sin embargo, ha habido un gran retardo en implementar el
poder popular, con autonomía, desarrollo comunal, producción y defensa, bajo el
ideal patrio y la soberanía alimenticia, resuelta por el mismo pueblo.
18.
Como ocurrió en
Chile, la derecha y el imperialismo sabotearon el funcionamiento de la
economía, exasperando el ánimo de la población mediante el metódico
desabastecimiento de productos esenciales, los cortes de energía eléctrica, la
sospechosa actividad de grupos de paramilitares sembrando el terror en los
barrios populares y la persistente campaña de denuncias y agravios en contra de
Maduro, exagerada por medios de comunicación de masas, todo lo cual facilitó la
deserción de un contingente importante de votantes hacia el candidato opositor.
Hay quienes llegan a más y hablan de un guión macabro, que no
pueden probar: Magnicidio-Inoculación cibernética-Desconocimiento-Golpe
gota a gota-Invasión. Si así fuese, entonces pasaríamos a la etapa de los
grandes remedios: una revolución de verdad-verdad.
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