El ALBA aprobó una declaración a favor de la Argentina por Malvinas; apoyo de Chávez y Correa
“Debemos ir a cosas más contundentes”
La alianza de naciones sudamericanas y caribeñas destacó “la actitud constructiva” de la Argentina y pidió que el Reino Unido acepte negociar. Correa reclamó sanciones para “ese desubicado poder que pretende ser imperial en el siglo XXI”.
Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Hugo Chávez, en la cumbre realizada en Caracas.
La cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que culminó ayer en Venezuela, aprobó una declaración de los países sudamericanos y caribeños que la conforman en apoyo al reclamo de soberanía argentino sobre las Islas Malvinas. El ALBA destacó “la permanente actitud constructiva y la disposición del gobierno argentino para alcanzar una solución pacífica y definitiva al conflicto”, y abogó porque el Reino Unido reanude las negociaciones, tal como dispuso la ONU. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, propuso que se aprueben sanciones concretas al Estado británico: “Es momento de que América latina decida sanciones contra ese desubicado poder que pretende ser imperial y colonialista en el siglo XXI, creo que debemos ir a cosas más contundentes”, dijo. También fue claro el respaldo del presidente de Venezuela, Hugo Chávez: “Si al imperio británico se le ocurriera agredir militarmente a la Argentina, Argentina no estará sola”, dijo; y aclaró que su país no es una potencia, pero “algunos hierros tenemos y voluntad para enfrentar cualquier agresión imperialista”.
Invitado al encuentro por Chávez, el canciller Héctor Timerman consideró la decisión del ALBA como una “evidencia” de que “Malvinas es una causa de toda América latina y el Caribe”. Dijo que “Argentina no está sola, la que está sola es Gran Bretaña”.
Los integrantes del ALBA –Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas– y las autoridades de un grupo de países caribeños que participaron de la XI Cumbre como invitados –Granada, Haití, Santa Lucía y Surinam– adhirieron a un documento emitido en carácter especial con relación al conflicto diplomático por las Malvinas.
En ese documento, leído por Chávez durante la madrugada del domingo, expresaron su “más firme respaldo a la legítima reclamación de la República Argentina al derecho a su soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, y su apoyo a “la decisión de los países de la región de impedir en sus puertos el ingreso de naves con la bandera colonial impuesta sobre Malvinas”. Según dijo Timerman, las naciones caribeñas que participaron del encuentro se suman así al bloqueo marítimo a navíos con bandera del archipiélago, ya que el resto de las naciones enmarcadas en el ALBA ya habían adoptado la medida en el marco del Mercosur o la Unasur.
Días atrás, algunos de esos países, desde la Comunidad del Caribe (Caricom), habían compartido un encuentro con autoridades del Reino Unido y habían firmado una carta para “apoyar el principio y el derecho de autodeterminación de los pueblos, incluyendo los habitantes de las Malvinas”. El sábado, en Caracas, las autoridades de esas naciones mantuvieron encuentros bilaterales con Timerman.
La declaración del ALBA aboga, además, porque la Argentina y el Reino Unido “reanuden las negociaciones y encuentren una solución pacífica y definitiva a dicha disputa, de conformidad con los pronunciamientos pertinentes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)”. Insta a ambos Estados a abstenerse de “adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación”, y destaca la “permanente actitud constructiva y la disposición del gobierno argentino para alcanzar, por la vía de las negociaciones, una solución pacífica y definitiva a esta anacrónica situación colonial en suelo americano”.
Ante la aceptación argentina a negociar y el rechazo británico, el ecuatoriano Correa preguntó: “¿Por qué esta asimetría? Si algún país de América latina desobedeciera una resolución de la ONU, ¿cuántas sanciones ya no hubiera recibido?”, cuestionó. Chávez pidió a los ministros de Exteriores de la ALBA que estudien las posibilidades de generar sanciones concretas al Reino Unido, tal como propuso Correa, “sobre todo por la negativa al diálogo y además de la negativa al diálogo la amenaza militar”, dijo Chávez, que es “una cosa bien ridícula”. Y agregó que “si al imperio británico se le ocurriera agredir militarmente a Argentina, Argentina no estará sola”.
El canciller Timerman agradeció el apoyo recibido y calificó al encuentro como “muy positivo”: “Hubo posiciones muy claras de los países del ALBA y el Caribe respecto del apoyo al reclamo argentino”.
De canciller a canciller
El canciller Héctor Timerman acusó a Gran Bretaña de actuar “por encima del orden jurídico internacional y desoír las recomendaciones de la ONU y los llamados de los foros regionales a restablecer el diálogo con Argentina” por las Malvinas. Además consideró que “el envío de barcos de guerra, la presencia de un heredero real con uniforme militar y la explotación pesquera y de hidrocarburos inconsulta en mares argentinos aporta una escalada innecesaria de la disputa”. El gobierno británico restó importancia al arribo de fuerzas a la zona. “No hay nada provocativo en movimientos militares rutinarios. Y son totalmente rutinarios –sostuvo el canciller William Hague–. Resistiremos a los esfuerzos de la Argentina de subir la temperatura con todo esto.”
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