domingo, 2 de agosto de 2020


Tocuyanos recuerdan el terremoto ocurrido hace 70 años. Todo fue incertidumbre y dolor por la ciudad caída


Lo ocurrido el 3 de agosto de 1950 en El Tocuyo fue una catástrofe, pero no son pocos los que consideran que la mayor tragedia fue la política del concreto que impuso la dictadura de Marco Pérez Jiménez. El gobierno nacional trajo un grupo de inmigrantes de Italia, España y  Portugal para que se encargaran de levantar las casas provisionales para alojar a la población que le pusieron como nombre las barracas de Miraflores.
Estaban construidas por láminas de zinc y de cartón piedra. Allí fue alojado parte del pueblo que vio nacer a esta ciudad. Ya gran parte de la ciudadanía se había marchado para las ciudades vecinas donde tenían familiares cercanos.
Lo anterior lo dijo el profesor Orlando Mendoza Peraza, al ser consultado sobre los 70 años del terremoto de El Tocuyo, que causó la muerte de 15 personas y destruyó las casas coloniales- hoy apenas quedan vestigios- junto a la mayoría de los templos que dieron tanto renombre e identificación a la ciudad.


Para 1950 existían los templos: La Concepción, San Francisco, Santo Domingo, Santa Ana, San Juan y La Balvanera. Belén templo y antiguo hospital real de El Tocuyo, construido el 18 de abril de 1625, el primero de Venezuela- ya estaba convertido en ruinas, mencionó.
Esa ciudad hermosa de Egidio Montesinos, de Lisandro Alvarado, Pio Tamayo, José Gil Fortoul, Roberto Montesinos, se prestaba a cumplir en 1945 su cuatricentenario, festejos, movimientos culturales se programaban. Todo el pueblo estaba en la celebración. Cinco años después de aquel grandioso acontecimiento, un día soleado, alumbrado por el sol que sale por el cerro el campano y de las aguas cantarinas de su río siente un movimiento telúrico. A las 5: y 45 ahí se caía la piedra angular del siglo XVI.
Explica Orlando Mendoza Peraza, que él vivió esa experiencia-nunca el pueblo se imaginaba esa hecatombe. La gente estaba tranquila aquella tarde del 3 de agosto de 1950. Salían de su trabajo y la costumbre de la cultura española se tomaba de cuatro a cinco de la tarde una taza de café con leche, acompañada de su acemita con toda la familia. De repente se sintió un movimiento fuerte, tenebroso que destruía a la ciudad fundadora de ciudades.
Esas viejas casonas de estirpe señorial con los jardines olorosos a jazmines y a reseda caían doblegadas por el movimiento telúrico. Aquel reloj que adornaba la torre de la bella iglesia de San Francisco se vino abajo y ya no daba las horas que pasaban al compás del tiempo. Sus siete templos unos destruidos y otros semi- destruidos, por eso ya no se podía decir: El Tocuyo Ciudad de los Siete Templos. Cabe destacar que esa tarde, en Quibor se realizaban los actos de su héroe Florencio Jiménez. Allí estaba el gobernador del estado Lara, el doctor Carlos Felices Cardot, quien con sus directores se vino rápidamente a El Tocuyo para observar lo que sucedió, relata, Mendoza.


Para la época se constituyó una junta pro-reconstrucción de El Tocuyo, presidida por el doctor José Rafael Colmenares Peraza, que cinco años antes había presidido la junta cuatricentenaria de la ciudad. La misma comenzó a luchar por levantar el pueblo colonial. Pero también se comentaba que había mucha gente aprovechándose del terremoto para obtener riquezas. Igualmente ingenieros y personal que tenían sus camiones no fueron utilizados para botar los escombros que las máquinas sacaban. La Junta envió cartas al gobierno nacional denunciando la situación pero  les hicieron caso omiso a la petición.
                Destacó Orlando Mendoza Peraza: Hoy a 70 años del terremoto de haber sufrido las embestidas del movimiento telúrico de 1.950, En El Tocuyo no tengamos a la ciudad con buen servicio de agua conducida a través de tuberías para sus barrios. Su Central hoy Pio Tamayo está en quiebra, ya no vemos sus chimenea echando humo hacía el firmamento ni menos su azúcar. Se ha ofrecido en múltiples oportunidades una Zona Industrial, pero eso se fue al olvido. Se prometió una Universidad, El Tocuyo fue pionero de la educación y la cultura por el Colegio La Concordia de don Egidio Montesinos y escasamente de esa casa de estudios superiores ofrecida solo tiene una escuela agroindustrial. También convertir al hospital de esta ciudad de tipo I  a tipo II para albergar a los enfermos del municipio y de otros lugares circunvecinos y eso se quedó en puro cuento, resaltó Orlando Mendoza Peraza.
Texto y fotos: Pedro Timaure

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