Planificada invasión militar a Venezuela: ¿Puede el Gobierno de Trudeau abordar públicamente este tema el jueves 20 de agosto?
Una publicación oficial venezolana de esta semana presenta varios tuits del diplomático veterano Samuel Moncada, embajador venezolano ante Naciones Unidas. Ésos van dirigidos al Gobierno y a la prensa canadiense para su consideración.
“Trump arranca fase superior de agresión contra Venezuela. La campaña de “máxima presión” va más allá del terrorismo económico y pasa a la dimensión militar. Buscan la “sorpresa de octubre” en sus elecciones [presidenciales del 4 de noviembre]. En Venezuela debemos prepararnos para la provocación en ciernes”.
“Trump sabe que invasión a Venezuela debe ser indirecta, con uso de Ejército de Colombia como mano de obra desechable. Una “fuerza multinacional de estabilización para la transición”, es el término que usa la propaganda. Vean al Almirante Faller hablando como jefe de la invasión [Craig Faller, comandante del Comando Sur de Estados Unidos]:”
“Propaganda de guerra en EEUU afirma que su objetivo es la democracia en Venezuela. La verdad es más siniestra y mortal: eliminando al presidente Maduro sigue la invasión a Venezuela para destruir las fuerzas militares y políticas patriotas. Venezuela será convertida en colonia.”
“Senador Menéndez [miembro de alto rango del Partido Demócrata del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos] ya anuncia que Venezuela debe ser invadida por fuerza multinacional luego de la transición porque es un “espacio sin gobierno” peligroso para EEUU. El problema no es Maduro, el problema es Venezuela que debe ser reducida por la fuerza militar.”
“El agente de los servicios de inteligencia de EEUU para la invasión, Iván Simonovis, pide públicamente ataque multinacional a Venezuela usando la excusa de Colombia [narcotráfico] y los órganos de propaganda de Washington. Están desesperados porque creen que la oportunidad se les escapa.”
Incluso el Washington Examiner confirma que se está planeando una invasión militar multinacional:
“El centro de las actividades ilícitas del régimen de Maduro son Cuba, Rusia, y cada vez más Irán”, dijo Faller [Comandante del Comando Sur de Estados Unidos] en una discusión virtual del Consejo Atlántico (Atlantic Council) el jueves [13 de agosto de 2020], describiendo actividades que incluyen la extracción ilegal de oro y la evasión de sanciones... En abril, el presidente Trump autorizó a Faller para iniciar un mayor esfuerzo de lucha contra los narcóticos en todo el Caribe y el Pacífico oriental (...) en un esfuerzo multinacional futuro para estabilizar a Venezuela, dijo Gunson, mientras que las fuerzas militares de Estados Unidos no son bienvenidas, SOUTHCOM tiene mucho que ofrecer a un gobierno de transición. Philip Gunson es reportero de Caracas para el Grupo Internacional de Crisis (International Crisis Group).
Ahora vamos a asociar algunos puntos. ¿Es esta la “sorpresa electoral de octubre” del Gobierno de Estados Unidos? El 18 de agosto, el presidente Trump dijo que Biden “... llevaría a Estados Unidos a convertirse en una ‘Venezuela a gran escala.’” Algo para reflexionar.
Sin embargo, no sería ésta la primera vez que se intente una invasión militar utilizando a un tercer Estado como Colombia.
“El 3 de mayo, funcionarios venezolanos anunciaron que las fuerzas de seguridad habían capturado varias lanchas rápidas y algunas de ellas a bordo, cerca de la ciudad costera de La Guaira. Se cree que esto se originó en las proximidades de Colombia. El Gobierno inicialmente dijo que ocho de los participantes habían sido asesinados, aun cuando los informes posteriores revisaron el número a seis. Más de una docena de los presuntos autores fueron capturados, entre ellos dos ‘ex soldados de Operaciones Especiales’ de Estados Unidos.”
Los cerebros incluyen a dos ex Boinas Verdes Especiales de Estados Unidos, capturados en Venezuela. Un tercero, el canado-estadounidense Jordan Goudreau, con sede en la Florida, es un ex Boina Verde estadounidense que dirige a Silvercorp USA, una firma de seguridad privada con sede en la Florida. Tiene lazos muy estrechos con Trump.
Incluso el Washington Post tuvo que admitir que “Maduro obtuvo un punto” cuando acusó a Estados Unidos de estar detrás de la frustrada invasión marítima militar de mayo: “... dado que las imágenes en las redes sociales parecían mostrar una serie de insurrectos detenidos, incluyendo a dos ex soldados de Operaciones Especiales de Estados Unidos, Maduro puede obtener un punto”.
Si bien el Gobierno de Trudeau afirma que es partidario de una “solución pacífica” para Venezuela, no condenó la invasión marítima militar dirigida por Estados Unidos, en mayo de 2020. No obstante, en el contexto del apoyo del Gobierno de Trudeau a la política de cambio de régimen de Trump en Venezuela por cualquier medio que fuese necesario, y su papel principal a través del Grupo de Lima, el silencio del primer ministro canadiense es aquiescente.
Más aún, desde entonces, el Gobierno de Trudeau sufrió la derrota del 17 de junio en su intento por obtener un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Una de las principales razones de esta pérdida es el hecho de que muchos observan que su Gobierno está alineado con la política exterior de Trump. Una segunda razón de importancia está claramente asociada al alarde que hace Ottawa de la Carta de las Naciones Unidas y a sus principios de no injerencia en los asuntos internos de otros países, como Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, es reconocido por la ONU.
La conferencia en línea de este jueves 20 de agosto a las 17H00 (hora del este de Montreal) con el Ministro venezolano de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, se ha convertido en un importante foro público más allá de nuestras expectativas. Se espera la presencia de algunos medios de comunicación. Solicito al primer ministro Trudeau que inscriba a un representante suyo a la Conferencia y que explique al público la postura del Gobierno de Canadá acerca de la actual amenaza militar contra Venezuela, y por qué Canadá permanece en silencio ante la abortada aventura militar de mayo, actualmente conocida −tanto por amigos como por enemigos− como la “Bahía de los Cochinillos”.
De hecho, toda la política canadiense hacia Venezuela deber ser revisada. Esta es una oportunidad para discutir con el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela. A fin de prevenir una posible escalada de la violencia y evitar el derramamiento de sangre en Venezuela y, de hecho, en la región, ¿no debería considerarse esta oportunidad de diálogo, en lugar de arrastrar más a Canadá hacia el fango de la irreflexiva política exterior de Trump?
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