El salario digno Vs desigualdad y depauperización salarial
( pobreza laboral y pandemia )
La pobreza laboral es una problemática que afecta a todos los trabajadores y trabajadoras que no cuentan con los ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas a pesar de contar con un trabajo formal. Esta situación perjudica principalmente a los jóvenes, ya que el ingreso promedio que percibe este sector de la población se encuentra por debajo de la línea de bienestar en la mayoría de los casos, esto dificulta el aumento de su calidad de vida e impide el crecimiento económico del país. La pobreza humana, queremos ubicarnos en el plano de explicación que considera a la pobreza como la falta de ingresos suficientes que impide a las familias satisfacer sus necesidades básicas, como alimentación, vestido, vivienda, salud y educación, así como su influencia limitante en el proceso de aprendizaje de conocimientos y habilidades que conducen al desarrollo del ser humano. En esta concepción es donde actualmente están inmersos los diferentes programas gubernamentales que buscan mitigar la pobreza, y donde se generan los nuevos ajustes que tratan de hacer más eficientes las políticas públicas para disminuir este problema social en el medio rural y urbano.
Es necesario señalar que este intento por contrarrestar la pobreza de ingreso aún es insuficiente, y provoca que sea menos posible alcanzar el florecimiento humano, si primero no se satisfacen las necesidades básicas de cada persona, para después pensar en una realización de forma íntegra y esencial del ser humano. Al hablar del salario digno debemos partir de la premisa que constitucionalmente el Estado Venezolano, es definido como un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, Art. 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en lo sucesivo CRBV, y dentro de lo social se encuentran inmersas las relaciones laborales y todas las instituciones que las rigen tanto en el sector público como en el sector privado.Es por este carácter social que al desarrollarse los derechos sociales en el Art. 91 de la CRBV, se le otorga rango constitucional al salario, estableciéndose que el mismo debe ser digno, inembargable y mínimo vital. Contextualizando esto en las relaciones laborales actuales, se puede decir que salario digno y salario mínimo vital no siempre están alineados, pues por salario mínimo debe entenderse la remuneración que es suficiente para que el trabajador y su grupo familiar vivan con dignidad, esto es que puedan cubrir sus necesidades básicas tanto materiales, sociales e intelectuales, lo que significa compra de bienes y servicios, acceder a esparcimiento o turismo, y poder costear actividades de desarrollo intelectual que impliquen una inversión económica.
Salario mínimo vital es una garantía que tienen los trabajadores tanto del sector público como del sector privado que el Estado Venezolano ajustará anualmente su remuneración tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica, siguiendo el procedimiento y forma establecido en la Ley, es decir, el salario mínimo vital, es manejado única y exclusivamente por el Estado Venezolano (Art. 111 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras).Este manejo se encuentra concentrado en el Ejecutivo Nacional, el cual podrá vía decreto presidencial aumentar el salario y tomar las medidas que estime necesarias para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores.A tal efecto podrá hacer consultas y oír opiniones de las distintas organizaciones sindicales, decretar aumentos por categoría de trabajadores, por regiones geográficas, por ramas de actividad e incluso acordar que los aumentos de salario puedan imputarse a tres meses antes de la vigencia del decreto y a los convenidos para ser ejecutados dentro de los tres meses posteriores a la vigencia del decreto.Sin embargo, es una realidad absoluta que las relaciones laborales son bilaterales –empleador-trabajador- y que el Estado es un tercero garante que solo debería intervenir para establecer condiciones mínimas o equilibrar diferencias muy marcadas, por lo que en definitiva hoy en día la realidad económica y social permite que los actores principales de las relaciones laborales nos reinventemos y creemos un abanico de nuevas formas de remuneración laboral o compensaciones adaptadas a este nuevo contexto, que incluso pueden ir acompañadas por una modificación de la jornada de trabajo o de la clásica de prestación de servicio, pasando de presencial a virtual. La crisis , el bloqueo económico ha perjudicado las rentas salariales No solo se reduce el salario real sino que también lo hace el monetario para el conjunto de los trabajadores. Ello implica una importante pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.Pero, ¿cuáles han sido las causas de esta evolución salarial? Es obvio que el retroceso de la actividad económica y la reducción de la inflación desde el inicio de la crisis han influido. Pero, sobre todo, porque el deterioro de la actividad económica ha ido acompañado de una importante destrucción de empleo (casi 3,2 millones desde el inicio de la crisis) y de un fortísimo aumento del paro por el covid 19 o pandemia (más de 3,6 millones de personas paradas más), lo que ha supuesto una merma de la capacidad negociadora de los trabajadores y de sus representantes sindicales.La pandemia del COVID-19 marca una tendencia clara dentro las empresas privadas venezolanas: los sueldos congelados. Ni aumentos salariales individuales, ni bonificaciones extras por productividad, ni mucho menos incrementos para la plantilla completa de trabajadores. Todo aquello que suene a ajuste salarial en las compañías privadas parece en pausa desde mediados de marzo pasado, cuando empezó la cuarentena nacional para prevenir los contagios del nuevo coronavirus.“En estos cinco meses de la pandemia, incluyendo el mes julio, la mayoría de las empresas no efectuaron ninguna estrategia de incremento salarial. Una de las leyes universales no escritas que rigen la buena salud de toda economía es que los salarios no pueden ser aumentados si no hay un incremento de la tasa de productividad laboral y, consecuentemente, un aumento de la producción y los servicios disponibles para el consumo.Todo aumento de la masa de dinero en circulación eleva la demanda de bienes y servicios. Si mayores salarios no van de la mano de más producción nacional y más importaciones de alimentos y bienes de consumo, forzosamente sobreviene la inflación, los precios se disparan y en breve tiempo devoran por completo los aumentos de salarios. creando un caos económico.
El trabajo, hecho social, debe gozar de la protección del Estado. Los derechos laborales son irrenunciables. Toda acción que implique renuncia o menoscabo de estos derechos es nulo de nulidad absoluta. Según nuestra constitución el Estado debe garantizar un salario mínimo vital ajustado cada año, uno de los parámetros es la canasta básica, considerando que el 95% de los venezolanos somos asalariados.
Un salario mínimo insoslayable permite garantizar el proyecto de justicia social, núcleo de un proyecto nacionalista y soberanista, opuesto a la violenta acumulación del capital que disminuye y fracciona los trabajadores.
Si algún derecho ha sido afectado en esta guerra sin cuartel ha sido percibir un salario digno. La revolución está obligada constitucionalmente a garantizar un régimen de justicia salarial alejado de las prácticas de hiperexplotación capitalista, a proteger los ingresos de los trabajadores venezolanos.
El primer impulso para recuperar la revolución debe comenzar con la justicia salarial, aislar a los que asumen que el salario ajustado a la canasta básica es inadecuado para los “equilibrios macroecónomicos”, receta con tufo neoliberal, así como garantizar niveles de consumo e intercambios con salarios adecuados y justos que nos protejan de la bomba de destrucción social de la hiperinflación.
No podemos bajo ninguna circunstancia permitir que los poderes salvajes del capitalismo derroten nuestro modelo social ni seguir perdiendo tiempo en programas de ajustes inadecuados e inconstitucionales, actuemos a favor de quienes hoy son los más afectados en esta guerra criminal, y su derecho irrenunciable a un salario vital y justo, garante de condiciones materiales, morales, espirituales e intelectuales de autovaloración ciudadana. Estas pequeñas derrotas conducen a la entropía política
Venezuela fue según Maria Alejandra Díaz una sustracción, cuando la clase trabajadora y los ciudadanos, a través de la concreción constituyente, se empoderaron de la soberanía sobre las riquezas en una acción, expresada en su justa y equitativa redistribución, política salarial progresiva y digna. Evitar que el salario se siga convirtiendo en sal y agua es obligatorio para nuestro Estado democrático, Social de Derecho y de Justicia.
¿Cuál es el principal deber del revolucionario? “¡Trabajar!”) DEJEMOS a un lados las discusiones estériles
Es necesario señalar que este intento por contrarrestar la pobreza de ingreso aún es insuficiente, y provoca que sea menos posible alcanzar el florecimiento humano, si primero no se satisfacen las necesidades básicas de cada persona, para después pensar en una realización de forma íntegra y esencial del ser humano. Al hablar del salario digno debemos partir de la premisa que constitucionalmente el Estado Venezolano, es definido como un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, Art. 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en lo sucesivo CRBV, y dentro de lo social se encuentran inmersas las relaciones laborales y todas las instituciones que las rigen tanto en el sector público como en el sector privado.Es por este carácter social que al desarrollarse los derechos sociales en el Art. 91 de la CRBV, se le otorga rango constitucional al salario, estableciéndose que el mismo debe ser digno, inembargable y mínimo vital. Contextualizando esto en las relaciones laborales actuales, se puede decir que salario digno y salario mínimo vital no siempre están alineados, pues por salario mínimo debe entenderse la remuneración que es suficiente para que el trabajador y su grupo familiar vivan con dignidad, esto es que puedan cubrir sus necesidades básicas tanto materiales, sociales e intelectuales, lo que significa compra de bienes y servicios, acceder a esparcimiento o turismo, y poder costear actividades de desarrollo intelectual que impliquen una inversión económica.
Salario mínimo vital es una garantía que tienen los trabajadores tanto del sector público como del sector privado que el Estado Venezolano ajustará anualmente su remuneración tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica, siguiendo el procedimiento y forma establecido en la Ley, es decir, el salario mínimo vital, es manejado única y exclusivamente por el Estado Venezolano (Art. 111 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras).Este manejo se encuentra concentrado en el Ejecutivo Nacional, el cual podrá vía decreto presidencial aumentar el salario y tomar las medidas que estime necesarias para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores.A tal efecto podrá hacer consultas y oír opiniones de las distintas organizaciones sindicales, decretar aumentos por categoría de trabajadores, por regiones geográficas, por ramas de actividad e incluso acordar que los aumentos de salario puedan imputarse a tres meses antes de la vigencia del decreto y a los convenidos para ser ejecutados dentro de los tres meses posteriores a la vigencia del decreto.Sin embargo, es una realidad absoluta que las relaciones laborales son bilaterales –empleador-trabajador- y que el Estado es un tercero garante que solo debería intervenir para establecer condiciones mínimas o equilibrar diferencias muy marcadas, por lo que en definitiva hoy en día la realidad económica y social permite que los actores principales de las relaciones laborales nos reinventemos y creemos un abanico de nuevas formas de remuneración laboral o compensaciones adaptadas a este nuevo contexto, que incluso pueden ir acompañadas por una modificación de la jornada de trabajo o de la clásica de prestación de servicio, pasando de presencial a virtual. La crisis , el bloqueo económico ha perjudicado las rentas salariales No solo se reduce el salario real sino que también lo hace el monetario para el conjunto de los trabajadores. Ello implica una importante pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.Pero, ¿cuáles han sido las causas de esta evolución salarial? Es obvio que el retroceso de la actividad económica y la reducción de la inflación desde el inicio de la crisis han influido. Pero, sobre todo, porque el deterioro de la actividad económica ha ido acompañado de una importante destrucción de empleo (casi 3,2 millones desde el inicio de la crisis) y de un fortísimo aumento del paro por el covid 19 o pandemia (más de 3,6 millones de personas paradas más), lo que ha supuesto una merma de la capacidad negociadora de los trabajadores y de sus representantes sindicales.La pandemia del COVID-19 marca una tendencia clara dentro las empresas privadas venezolanas: los sueldos congelados. Ni aumentos salariales individuales, ni bonificaciones extras por productividad, ni mucho menos incrementos para la plantilla completa de trabajadores. Todo aquello que suene a ajuste salarial en las compañías privadas parece en pausa desde mediados de marzo pasado, cuando empezó la cuarentena nacional para prevenir los contagios del nuevo coronavirus.“En estos cinco meses de la pandemia, incluyendo el mes julio, la mayoría de las empresas no efectuaron ninguna estrategia de incremento salarial. Una de las leyes universales no escritas que rigen la buena salud de toda economía es que los salarios no pueden ser aumentados si no hay un incremento de la tasa de productividad laboral y, consecuentemente, un aumento de la producción y los servicios disponibles para el consumo.Todo aumento de la masa de dinero en circulación eleva la demanda de bienes y servicios. Si mayores salarios no van de la mano de más producción nacional y más importaciones de alimentos y bienes de consumo, forzosamente sobreviene la inflación, los precios se disparan y en breve tiempo devoran por completo los aumentos de salarios. creando un caos económico.
El trabajo, hecho social, debe gozar de la protección del Estado. Los derechos laborales son irrenunciables. Toda acción que implique renuncia o menoscabo de estos derechos es nulo de nulidad absoluta. Según nuestra constitución el Estado debe garantizar un salario mínimo vital ajustado cada año, uno de los parámetros es la canasta básica, considerando que el 95% de los venezolanos somos asalariados.
Un salario mínimo insoslayable permite garantizar el proyecto de justicia social, núcleo de un proyecto nacionalista y soberanista, opuesto a la violenta acumulación del capital que disminuye y fracciona los trabajadores.
Si algún derecho ha sido afectado en esta guerra sin cuartel ha sido percibir un salario digno. La revolución está obligada constitucionalmente a garantizar un régimen de justicia salarial alejado de las prácticas de hiperexplotación capitalista, a proteger los ingresos de los trabajadores venezolanos.
El primer impulso para recuperar la revolución debe comenzar con la justicia salarial, aislar a los que asumen que el salario ajustado a la canasta básica es inadecuado para los “equilibrios macroecónomicos”, receta con tufo neoliberal, así como garantizar niveles de consumo e intercambios con salarios adecuados y justos que nos protejan de la bomba de destrucción social de la hiperinflación.
No podemos bajo ninguna circunstancia permitir que los poderes salvajes del capitalismo derroten nuestro modelo social ni seguir perdiendo tiempo en programas de ajustes inadecuados e inconstitucionales, actuemos a favor de quienes hoy son los más afectados en esta guerra criminal, y su derecho irrenunciable a un salario vital y justo, garante de condiciones materiales, morales, espirituales e intelectuales de autovaloración ciudadana. Estas pequeñas derrotas conducen a la entropía política
Venezuela fue según Maria Alejandra Díaz una sustracción, cuando la clase trabajadora y los ciudadanos, a través de la concreción constituyente, se empoderaron de la soberanía sobre las riquezas en una acción, expresada en su justa y equitativa redistribución, política salarial progresiva y digna. Evitar que el salario se siga convirtiendo en sal y agua es obligatorio para nuestro Estado democrático, Social de Derecho y de Justicia.
¿Cuál es el principal deber del revolucionario? “¡Trabajar!”) DEJEMOS a un lados las discusiones estériles
Si queremos un futuro mejor para nuestra familia, si queremos tener más casas, más fábricas, más caminos, más ropa, más zapatos, más alimentos, más pescado, más carne, más aves, más huevos, más leche, más arroz, más frIjoles, más de todos esos artículos, más que la Bolsa CLAP ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a esperar que lo produzcan para nosotros? ¡Eso lo tenemos que producir nosotros!
Si queremos más, ¿qué necesitamos? ¡Trabajar!
Si queremos más, ¿qué necesitamos? ¡Trabajar!
La actitud de los obreros frente al trabajo. El trabajo no es un castigo, el trabajo es una función honrosa y digna para cada hombre y para cada mujer. El trabajo creador, el trabajo que no es víctima de la explotación, el trabajo para beneficio del trabajador y para beneficio del pueblo, es la función más honrosa que puede tener el hombre.
El pan que se come no sabrá agradable si no es pan que se gana con el trabajo; el pan más agradable es el pan que se gana con el trabajo.
Por eso, el trabajo es lo que distingue al hombre de los animales, porque los animales viven de lo que les da la naturaleza; el hombre vive de lo que produce, en lucha, transformando a la naturaleza, explotando a la naturaleza, y todo el desarrollo del hombre fue impulsado por el trabajo. ¡El trabajo ha sido el gran maestro de la humanidad, el gran propulsor de la humanidad! y por eso el hombre domina cada vez más la naturaleza, gracias a la experiencia que fue adquiriendo a través de miles de años. Y el hombre llegará a producir tanto cuanto necesita para vivir decorosamente y nuestra Revolución debe ayudará a nuestro pueblo a tener satisfechas todas sus necesidades, cuando nuestro pueblo sea un pueblo de trabajadores, cuando nuestro pueblo tenga las máquinas y las industrias suficientes y no la burguesía parasitaria especulativa , cuando nuestro pueblo tenga la capacitación técnica necesaria con CPT , Sindicatos, Federaciones y Centrales de Trabajadores, Trabajadoras Clasista .
Hay que luchar contra todos esos errores, luchar contra el burocratismo,y la Corrupción e Investigar siempre dónde están las fallas de organización. Y es deber de las masas luchar porque se trabaje y porque se rinda, porque la única solución a nuestras necesidades, la única solución a nuestras escaseces, es nuestro trabajo.,
Por eso, el trabajo es lo que distingue al hombre de los animales, porque los animales viven de lo que les da la naturaleza; el hombre vive de lo que produce, en lucha, transformando a la naturaleza, explotando a la naturaleza, y todo el desarrollo del hombre fue impulsado por el trabajo. ¡El trabajo ha sido el gran maestro de la humanidad, el gran propulsor de la humanidad! y por eso el hombre domina cada vez más la naturaleza, gracias a la experiencia que fue adquiriendo a través de miles de años. Y el hombre llegará a producir tanto cuanto necesita para vivir decorosamente y nuestra Revolución debe ayudará a nuestro pueblo a tener satisfechas todas sus necesidades, cuando nuestro pueblo sea un pueblo de trabajadores, cuando nuestro pueblo tenga las máquinas y las industrias suficientes y no la burguesía parasitaria especulativa , cuando nuestro pueblo tenga la capacitación técnica necesaria con CPT , Sindicatos, Federaciones y Centrales de Trabajadores, Trabajadoras Clasista .
Hay que luchar contra todos esos errores, luchar contra el burocratismo,y la Corrupción e Investigar siempre dónde están las fallas de organización. Y es deber de las masas luchar porque se trabaje y porque se rinda, porque la única solución a nuestras necesidades, la única solución a nuestras escaseces, es nuestro trabajo.,
Nuestro pueblo tendrá todo lo que sea capaz de producir; lo que seamos capaces de producir no nos lo quitará nadie, lo que seamos capaces de producir será para nosotros, lo que seamos capaces de producir será lo que tengamos. Y no tendremos lo que en nuestra tierra , lo que con nuestros recursos naturales si no somos capaces de producir.
Hoy lo más que se puede hacer es repartir bien lo que tenemos; pero no podemos repartir lo que no tenemos. antes ese terrible y criminal bloqueo.
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