CHILE
Protestan miles de estudiantes contra reforma educativa en Chile
Miles de manifestantes participan en una marcha convocada por estudiantes chilenos hoy, jueves 9 de octubre de 2014, en demanda de una enseñanza pública gratuita y de calidad, tras manifestar su escepticismo frente a las reformas anunciadas por el Gobierno de Michelle Bachelet, en Santiago de Chile (Chile). EFE
Miles de estudiantes que exigen una educación gratuita y de calidad, protestaron en las calles de Santiago contra la reforma educativa de la presidenta chilena Michelle Bachelet
EFE - Varios miles de estudiantes chilenos se manifestaron hoy en Santiago paraprotestar contra la reforma educativa impulsada por la presidenta Michelle Bachelety anunciaron nuevas movilizaciones si sus propuestas no son consideradas en el proyecto final.
La movilización fue convocada por algunas agrupaciones de estudiantes de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que agrupa a las federaciones universitarias, y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES).
La protesta, sin embargo, fue menos multitudinaria que otras marchas que se han realizado y tuvo ausencias destacadas, como la de los estudiantes de la Universidad Católica y la Coordinadora Nacional Estudiantes Secundarios (CONES), que es la principal agrupación de alumnos de secundaria junto a la ACES.
Los manifestantes critican que la reforma impulsada por Bachelet se ha hecho sin tener en cuenta al movimiento estudiantil, que desde 2011 protesta en las calles para exigir una educación gratuita y de calidad.
El proyecto del Gobierno recoge estas demandas y en una primera etapa busca poner fin al lucro, a la selección de alumnos y al copago por parte de los padres en los colegios subvencionados, ejes que ya han sido aprobados en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados.
La reforma a la educación es una de las grandes promesas de Bachelet en su segundo mandato presidencial y ha sido blanco de fuertes críticas por parte de empresarios, la Iglesia católica, la oposición derechista y los mismos estudiantes.
"Durante este año el Gobierno no ha escuchado al movimiento social por la educación. Los proyectos de ley se han negociado entre los principales empresarios, la derecha y la Iglesia", dijo a Efe la portavoz de la ACES, Lorenza Soto.
La dirigente estudiantil avisó que las movilizaciones se repetirán a lo largo del segundo mandato presidencial de Bachelet, si el Ejecutivo no rectifica e introduce cambios que modifiquen el modelo educativo desde la raíz.
"Todos los años que vienen serán los años de la educación y por eso el movimiento social estará en la calle hasta que se consigan las demandas históricas del movimiento estudiantil", subrayó.
Soto también criticó de forma velada a las agrupaciones que no se sumaron a la manifestación de este jueves, como la CONES, y las acusó de defender "los intereses del Gobierno y no de los estudiantes".
Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y una de las caras más visibles del movimiento estudiantil, no quiso ahondar en la ausencia de sus compañeros pero subrayó que la gran presencia de alumnos de secundaria es una señal de que no están satisfechos con la reforma.
"Debe ser un llamado para las organizaciones de entender que los estudiantes están en la calle, quieren movilizarse y quieren mostrar su descontento frente a una reforma que no da cuenta de cambios estructurales", dijo Sepúlveda.
Takuri Tapia, dirigente de los estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), sostuvo que el Gobierno "mintió" al movimiento estudiantil al prometerle que sus propuestas iban a ser consideradas en la elaboración de la reforma.
"Hemos entendido que detrás de todo el juego electoral de la Nueva Mayoría (la coalición oficialista) hay intereses de los empresarios", añadió
Tapia aseguró que la reforma educativa se ha negociado "entre cuatro paredes", como sucedió, dijo, con la reforma tributaria, cuya tramitación fue posible por los contactos de última hora entre sectores oficialistas, de derecha y dirigentes empresariales.
Los manifestantes se congregaron en la céntrica Plaza Italia y recorrieron después la Alameda, la principal avenida de la capital chilena.
La marcha transcurrió de forma pacífica y en un ambiente festivo y culminó con un acto cultural en el centro de Santiago.
Al final de la manifestación, grupos aislados de manifestantes atacaron los escaparates de algunos comercios y se enfrentaron a la policía, que utilizó chorros de agua para dispersarlos.
La movilización fue convocada por algunas agrupaciones de estudiantes de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que agrupa a las federaciones universitarias, y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES).
La protesta, sin embargo, fue menos multitudinaria que otras marchas que se han realizado y tuvo ausencias destacadas, como la de los estudiantes de la Universidad Católica y la Coordinadora Nacional Estudiantes Secundarios (CONES), que es la principal agrupación de alumnos de secundaria junto a la ACES.
Los manifestantes critican que la reforma impulsada por Bachelet se ha hecho sin tener en cuenta al movimiento estudiantil, que desde 2011 protesta en las calles para exigir una educación gratuita y de calidad.
El proyecto del Gobierno recoge estas demandas y en una primera etapa busca poner fin al lucro, a la selección de alumnos y al copago por parte de los padres en los colegios subvencionados, ejes que ya han sido aprobados en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados.
La reforma a la educación es una de las grandes promesas de Bachelet en su segundo mandato presidencial y ha sido blanco de fuertes críticas por parte de empresarios, la Iglesia católica, la oposición derechista y los mismos estudiantes.
"Durante este año el Gobierno no ha escuchado al movimiento social por la educación. Los proyectos de ley se han negociado entre los principales empresarios, la derecha y la Iglesia", dijo a Efe la portavoz de la ACES, Lorenza Soto.
La dirigente estudiantil avisó que las movilizaciones se repetirán a lo largo del segundo mandato presidencial de Bachelet, si el Ejecutivo no rectifica e introduce cambios que modifiquen el modelo educativo desde la raíz.
"Todos los años que vienen serán los años de la educación y por eso el movimiento social estará en la calle hasta que se consigan las demandas históricas del movimiento estudiantil", subrayó.
Soto también criticó de forma velada a las agrupaciones que no se sumaron a la manifestación de este jueves, como la CONES, y las acusó de defender "los intereses del Gobierno y no de los estudiantes".
Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y una de las caras más visibles del movimiento estudiantil, no quiso ahondar en la ausencia de sus compañeros pero subrayó que la gran presencia de alumnos de secundaria es una señal de que no están satisfechos con la reforma.
"Debe ser un llamado para las organizaciones de entender que los estudiantes están en la calle, quieren movilizarse y quieren mostrar su descontento frente a una reforma que no da cuenta de cambios estructurales", dijo Sepúlveda.
Takuri Tapia, dirigente de los estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), sostuvo que el Gobierno "mintió" al movimiento estudiantil al prometerle que sus propuestas iban a ser consideradas en la elaboración de la reforma.
"Hemos entendido que detrás de todo el juego electoral de la Nueva Mayoría (la coalición oficialista) hay intereses de los empresarios", añadió
Tapia aseguró que la reforma educativa se ha negociado "entre cuatro paredes", como sucedió, dijo, con la reforma tributaria, cuya tramitación fue posible por los contactos de última hora entre sectores oficialistas, de derecha y dirigentes empresariales.
Los manifestantes se congregaron en la céntrica Plaza Italia y recorrieron después la Alameda, la principal avenida de la capital chilena.
La marcha transcurrió de forma pacífica y en un ambiente festivo y culminó con un acto cultural en el centro de Santiago.
Al final de la manifestación, grupos aislados de manifestantes atacaron los escaparates de algunos comercios y se enfrentaron a la policía, que utilizó chorros de agua para dispersarlos.
Incidentes en la sexta marcha de estudiantes chilenos para pedir mejoras en la reforma educativa
La manifestacIón convocada por dirigentes estudiantiles, organizaciones sociales y sindicales para exigir mejoras en los proyectos de educación impulsados por el gobierno de Michelle Bachelet y la creación de un Congreso Nacional de Educación para los Pueblos, reunió una baja cantidad de estudiantes, en comparación a otras marchas, y tuvo un final abrupto por los habituales incidentes aislados con encapuchados.
Los organizadores admiten que el quiebre en el movimiento estudiantil hizo que esta marcha convocara tan pocas personas, ya que ni la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES) ni la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) no se sumaron a la marcha por estar de acuerdo con la reforma que se está tramitando en el Senado.
Los manifestantes se reunieron a las 10 en la Plaza Italia, tradicional punto de partida de las protestas estudiantiles para partir desde allí en la sexta marcha por la educación pública, que fue autorizada por la Intendencia de Santiago y que terminaría en la tradicional plaza Echaurren con un acto cultural.
En los primeros momentos de la marcha hubo enfrentamientos entre estudiantes y carabineros quienes llegaron en un bus policial para controlar a los asistentes a mantenerse en la calzada autorizada para marchar.
Tras los enfrentamientos, el grupo mayor de estudiantes siguió avanzando por la vereda sur de la Alameda con grandes y coloridos carteles que decían: “A recuperar la educación de Chile”, “Escuchen a los estudiantes”, “Que la Nueva Mayoría se quite el disfraz que lleva puesto”, mientras que los cánticos se hacían escuchar en cada rincón de la marcha.
Los manifestantes pasaron frente al Palacio de La Moneda de manera pacífica con un gran operativo de Carabineros que resguardaba la calzada norte de la avenida Alameda.
Melissa Sepúlveda, dirigenta de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) dijo a la prensa que por las señales que han dado, el Ministerio de educación y la Presidenta "intentan maquillar el lucro en la educación" y agregó que "no hay voluntad política real ni el Gobierno ni en el Congreso de cambiar el sistema de enseñanza".
Por su parte, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (FEUSACH), Takuri Tapia, señaló que "ha pasado un año en el que se le ha mentido al movimiento, se dijo que íbamos a incidir en el proceso de cambio”, a su vez criticó a la Nueva Mayoría oficialista señalando que sigue teniendo mucho de la vieja Concertación chilena.
La marcha terminó en la Plaza Echaurren con un acto cultural que tuvo que ser adelantado por incidentes aislados ocasionados por encapuchados, que invariablemente provocan disturbios en cada marcha estudiantil.
Aún no hay cifras de la cantidad de manifestantes que asistieron a la marcha, ni de detenidos por los incidentes aislados.
Los manifestantes se reunieron a las 10 en la Plaza Italia, tradicional punto de partida de las protestas estudiantiles para partir desde allí en la sexta marcha por la educación pública, que fue autorizada por la Intendencia de Santiago y que terminaría en la tradicional plaza Echaurren con un acto cultural.
En los primeros momentos de la marcha hubo enfrentamientos entre estudiantes y carabineros quienes llegaron en un bus policial para controlar a los asistentes a mantenerse en la calzada autorizada para marchar.
Tras los enfrentamientos, el grupo mayor de estudiantes siguió avanzando por la vereda sur de la Alameda con grandes y coloridos carteles que decían: “A recuperar la educación de Chile”, “Escuchen a los estudiantes”, “Que la Nueva Mayoría se quite el disfraz que lleva puesto”, mientras que los cánticos se hacían escuchar en cada rincón de la marcha.
Los manifestantes pasaron frente al Palacio de La Moneda de manera pacífica con un gran operativo de Carabineros que resguardaba la calzada norte de la avenida Alameda.
Melissa Sepúlveda, dirigenta de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) dijo a la prensa que por las señales que han dado, el Ministerio de educación y la Presidenta "intentan maquillar el lucro en la educación" y agregó que "no hay voluntad política real ni el Gobierno ni en el Congreso de cambiar el sistema de enseñanza".
Por su parte, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (FEUSACH), Takuri Tapia, señaló que "ha pasado un año en el que se le ha mentido al movimiento, se dijo que íbamos a incidir en el proceso de cambio”, a su vez criticó a la Nueva Mayoría oficialista señalando que sigue teniendo mucho de la vieja Concertación chilena.
La marcha terminó en la Plaza Echaurren con un acto cultural que tuvo que ser adelantado por incidentes aislados ocasionados por encapuchados, que invariablemente provocan disturbios en cada marcha estudiantil.
Aún no hay cifras de la cantidad de manifestantes que asistieron a la marcha, ni de detenidos por los incidentes aislados.
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