CAMARADAS PARA LA REFLEXIÓN
POR LUISA MARIN
La Información Fragmentada, la clave del ejercicio del poder radica en la gestión de la información de la que se dispone.
La información es poder y mantener el monopolio de esa información significa mantener el monopolio del poder.
Por esa razón, en cualquier organización con estructura jerárquica, la información se encuentra fragmentada y estratificada.
A medida que ascendemos por los diferentes estratos de poder dentro de una estructura jerarquizada, descubrimos que cada nivel superior posee informaciones que los estratos inferiores desconocen por completo y que muchas veces, ni tan solo pueden llegar a imaginar.
Cuando un jefe da una orden a un subalterno, el subordinado está obligado a obedecer, sin saber exactamente qué conlleva, en toda su magnitud, el cumplimiento de la orden recibida. A su vez, ese jefe puede haber recibido la orden de un jefe superior a él, sin saber tampoco qué conllevará tal acción en realidad.Durante años, ésta élite se ha aprovechado del sistema actual en beneficio propio, con la colaboración necesaria de “lugartenientes” en los puestos de poder: líderes políticos, gobernantes o grandes empresarios, que han ejercido de fieles servidores de sus amos a cambio de pingües beneficios.
Pero llegado un momento determinado, estas élites deciden que el sistema actual es insostenible y planean un cambio radical: una revolución en la que un grupo de nuevos líderes, controlados secretamente por ellos, sustituirán a sus antiguos lugartenientes, con el fin de establecer el nuevo paradigma que ellos mismos han planeado.
¿Tendría alguna lógica que estas élites informaran a sus subalternos de sus auténticos planes?
¿Sería lógico que les confesaran a sus fieles lugartenientes que los líderes opositores que tratan de arrebatarles el poder también están controlados por ellos?
Si lo hicieran, los antiguos lugartenientes sabrían que sus amos pretenden sustituirlos por otros y sintiéndose traicionados, podrían dejar de colaborar e incluso perjudicar gravemente sus planes.
Así pues, revelar la verdad a los subordinados, no tendría ningún sentido desde un punto de vista práctico.
Resulta mucho más práctico permitir un enfrentamiento entre facciones diferentes.
POR LUISA MARIN
La Información Fragmentada, la clave del ejercicio del poder radica en la gestión de la información de la que se dispone.
La información es poder y mantener el monopolio de esa información significa mantener el monopolio del poder.
Por esa razón, en cualquier organización con estructura jerárquica, la información se encuentra fragmentada y estratificada.
A medida que ascendemos por los diferentes estratos de poder dentro de una estructura jerarquizada, descubrimos que cada nivel superior posee informaciones que los estratos inferiores desconocen por completo y que muchas veces, ni tan solo pueden llegar a imaginar.
Cuando un jefe da una orden a un subalterno, el subordinado está obligado a obedecer, sin saber exactamente qué conlleva, en toda su magnitud, el cumplimiento de la orden recibida. A su vez, ese jefe puede haber recibido la orden de un jefe superior a él, sin saber tampoco qué conllevará tal acción en realidad.Durante años, ésta élite se ha aprovechado del sistema actual en beneficio propio, con la colaboración necesaria de “lugartenientes” en los puestos de poder: líderes políticos, gobernantes o grandes empresarios, que han ejercido de fieles servidores de sus amos a cambio de pingües beneficios.
Pero llegado un momento determinado, estas élites deciden que el sistema actual es insostenible y planean un cambio radical: una revolución en la que un grupo de nuevos líderes, controlados secretamente por ellos, sustituirán a sus antiguos lugartenientes, con el fin de establecer el nuevo paradigma que ellos mismos han planeado.
¿Tendría alguna lógica que estas élites informaran a sus subalternos de sus auténticos planes?
¿Sería lógico que les confesaran a sus fieles lugartenientes que los líderes opositores que tratan de arrebatarles el poder también están controlados por ellos?
Si lo hicieran, los antiguos lugartenientes sabrían que sus amos pretenden sustituirlos por otros y sintiéndose traicionados, podrían dejar de colaborar e incluso perjudicar gravemente sus planes.
Así pues, revelar la verdad a los subordinados, no tendría ningún sentido desde un punto de vista práctico.
Resulta mucho más práctico permitir un enfrentamiento entre facciones diferentes.
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