enviado por FEDERICO RUIZ T.
La PRIMICIA de
Carlos Blanco
Carlos
Blanco quizás no sea el escribidor más representativo de esta derecha prolija y
sugerente que dispara a la multitud y a la dirigencia bolivariana. Pero
esa carta aval que ostenta de columnista
en El Universal semanalmente, le
confiere, sin embargo, la condición de “agente” antichavista, aunque de algún
modo foráneo (por el hecho de percibir sus dádivas directamente desde USA e ir a Florida a cobrar por sus servicios
prestados como empleado de una corporación con el sello Rockefeller, el
industrial que según el pequeño Larousse “intuyó el futuro del petroleo”.
Blanco es de la fauna ex-izquierdista de Carlos Raúl Hernández, Teochoro,
Américo Martín y otros con menor “suerte” -como Pablo Medina o Puerta Aponte-
que al tirar la moneda en suelo adecopeyano, salieron premiados con asesorías a
CAP, a la CVG, con cargos propios de la
Agenda fondomonoteratista de los tiempos
del segundo reinado de CAP o Caldera y no dejaron nada en la vitrina de
su pasado “histórico”: apenas unos libros escritos en equipo, unas carteras
rimbombantes (Ministro de Planificación, Ministro para la Descentralización,
para la Reforma, etc) y una caterva de pendejos exmasistas y exmiristas que aún
creen que sus “ensayos” constituyen una nueva identidad intelectual si lo
comparan con Yongo o el ampuloso de Ramón Guillermo Aveledo (en ausencia de
Canache Mata).
Véamos:
el Sr. Blanco arranca su última proclama con esta parábasis, en el entendido de
que los espectadores no somos nosotros (como lo sería en un sentido griego),
sino la Fuerza Armada Bolivariana: “Hoy el problema no es Chávez sino
Nicolás Maduro. Chávez renunció de hecho aunque tenía derechos; Maduro no tiene
derechos y debería renunciar”
Su
disertación sobre la ausencia del Presiente Chávez lo encharca en un lenguaje
escatológico mimetizado seguramente de las catilinarias de Nelson Bocaranda, a
quien cita, para decir, como si se tratara de un satírico, que no era por causa
de “las células locas” (o sea el cáncer) que muchos de ellos querían ver
aniquilado a Chávez, sino “por otro tipo de derrota”. ¿A cuál derrota se
refiere Sr Blanco? ¿A la electoral? Sabemos que no. A usted no le lucen los
eufemismos: ya sabemos que gana en dólares.
Dice Blanco: “Ni siquiera las fotos resuelven la cuestión. El problema hoy es la
usurpación que hace Maduro del poder; él es quien debe renunciar a ese vaivén
en que es a ratos Vicepresidente, a ratos Presidente; nunca Comandante en Jefe
de la FAN y siempre comisario político del PSUV.”
“Hay
que tener cuidado con las fotos”, parece decir Blanco. La credibilidad de las
fotos mostradas por el gobierno para Carlos Blanco y otros, como Nelson
Bocaranda, que casi regaña a Capriles para que se calle acerca de su veracidad,
es un dato equivalente a la revolución catastral, al rayo que cayó en el
vaticano, porque con ellas entra en el territorio perfecto del susurro, del
corre ve y dile a la Fuerza Armada Bolivariana, de la conspiración abierta,
diciendo que “Maduro no tiene la capacidad constitucional ni institucional para
ejercer la suplencia de Chávez”, sino que además, el Comandante está
inhabilitado frente a las FANB, ya que no hay Comandante en Jefe y por lo tanto
sólo tenemos “vacío de poder” y crisis, la palabra predilecta de esta gente que
no puede hablar de la realidad de otro modo sino adjetivando el caos, la
deriva, etc.
Y
lo dice así, con el estilo que revela su condición humana, su odio, “... por eso la insistencia de los mandos
militares en ver, con esos ojos vidriosos, opacos, legañosos y marciales que se
han de comer los gusanos, a su Comandante en Jefe”
Lo
demás de su artículo son vocablos de su reencarnación en la miseria humana, en
su calva brillante de aceites, de sus ojos conjurados por la necedad, por la
malevolencia.
“ Lo
indicado sería un entendimiento nacional que permita que esta fase de la
transición, si no puede ser suave, sea al menos controlable”.
Así
termina el llamado a las FANB. El antiguo izquierdista prócer de la Reforma y
la descentralización de CAP, no es tan aventurado porque al fin y al cabo es un
turista en lo que fue su país. Más lagañosas serán sus nalgas, Sr. Blanco!
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