Tambièn los àrboles la historia del humano tejen
Será esta vez en el siglo dieciocho de nuestra era, cuando se repite una sorprendente eclosión sobre estos saberes, el salto botánico aportado por Carlos Linneo (Suecia, 1707-1778).
Descubrió este acucioso científico -¡por fin!- el único método cabal de clasificación del reino vegetal con base a una sistematización de los órganos sexuales de las plantas. Entendió así mismo Linneo –al manejar la pluralidad de especimenes venidos de disímiles partes del planeta- la importancia de los árboles en el fortalecimiento de la dinámica de las relaciones de las sociedades humanas. Parte de estas investigaciones integran dos de sus grandes obras rotuladasSistemas de la naturaleza, Fundamentos de botánica. Pero ¿Cómo tejen los árboles la historia del humanus?
He aquí un ejemplo ofrecido por el mismo Linneo: Cuando sobre su mesa en el laboratorio, para su estudio, le obsequiaron una rama de guayabo –con sus hojas, sus flores, sus frutas- procedentes de las selváticas planicies del Orinoco, el botánico se admiro por lo apetitosa de su fruta, el penetrante aroma, su gustoso colorido más por sobre todo sus abundantes semillitas: este ultimo detalle trajo de inmediato a su memori a otra fruta originaria de las tierras mediterráneas de África, la granada.
un árbol
que mi escudo lleve un árbol,
que sea mi referencia totèmica,
un àrbol,
que se nos conozca
por defensores de algún árbol,
vale la huelga
la marcha
la excomunión
por un árbol.
en mi lecho final
por aquel árbol de guayabas
en el potrero del universo.
Y mi revolución será siempre
guayaba color árbol.”
ay caramba
no te olvides del pasado.
De un amor que se ha querido
ay caramba
siempre le queda el guayabo.”
Por Lubio Cardozo. Eco-Poeta y ensayista venezolano.
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