lunes, 14 de noviembre de 2011

Chávez: esas encuestas opositoras son una trampa
Por: Apolo Martín 

"Los perros están ladrando, vuesa excelencia Don Quixote". "Es señal de que cabalgamos, Sancho". "No, vuesa excelencia, están ladrando para otro lado". "Mala señal es, Sancho, mala señal es". De un tiempo para acá, todas aquellas encuestadoras que siempre daban de perdedor al presidente, ahora lo exaltan, lo ponen por las nubes, y los medios que escondían los datos favorables a él y esparcían a los cuatro vientos los negativos, ahora se dan a la tarea de entrevistar frecuentemente a los coordinadores de esas encuestadoras, para que le digan a todo el mundo cómo es que Chávez es considerado un hombre preocupado y ocupado por su pueblo, un hombre sensible, amable, buen jefe de estado, un líder carismático... demasiado bueno para ser verdad, si consideramos que, como dijo un gran filósofo, perro huevero ni que le quemen la trompa. La oligarquía mediática no quiere a un zambo en miraflores, no quiere socialismo, no desea ver a los pobres en el Teresa Carreño; tampoco quiere compartir a partes iguales la renta petrolera, ni ceder espacios que siempre usufructuaron; remedando a Churchil, prefieren ver al Diablo en el poder que al arañero de Sabaneta. Entonces, ¿Por qué tanta propaganda a esas encuestas, que de paso son tramposas, pues donde deben poner un 60 ó más, ponen un tímido 50?

Es sencillo, y están logrando su plan: el sistema nacional de medos públicos, y con él un grupo de connotados periodistas, baluartes de la resistencia al avasallante poder privado, como Mario Siva, Pérez Pirela, Tania Díaz y otros, se han dado a la tarea de esparcir los resultados de esas encuestadoras cada vez que publican una, con lo cual las están cohonestando, le están devolviendo la credibilidad que habían perdido gracias a su sinvergüenzura; ya los amigos y simpatizantes de Chávez comenzamos a verlas como que ahora si tomaron el carril de la ética. ¿Y qué sucederá luego? Para el año electoral, supongamos que sube alarmantemente el número de secuestros, los asesinatos sin ton ni son; supongamos que haya colapsos en el metro, que se caiga algún avión, que choquen otros trenes, que suba alarmantemente el precio de muchos artículos, que hayan apagones y más apagones... ¿Será que es imposible que suceda, o ya se ha venido presentando todo esto? Si lo unimos a marchas con algún muerto incluido, al cierre de avenidas y calles, tenemos la excusa para que el presidente vuelva a "bajar" nuevamente al 35%, mientras Capriles o Pérez se ponen cabeza a cabeza o pasan poco antes de octubre, y entonces las elecciones serán calificadas de fraude, tanto nacional como internacionalmente. Recuerden que a ellos les importa poco la opinión nacional. Quieren, sí, que el próximo gobierno de Chávez nazca con plomo en el ala.

El imperio no trabaja sólo a corto o mediano plazo, lo suyo es ir trabando, desgastando, mordiendo aquí y allá. Mientras más difusión les demos a sus antes moribundas encuestas, les insuflamos vida, las devolvemos a la palestra. Si ya teníamos un enemigo menos, ¿Para qué resucitarlo? Dejémoslas montar su show en otra parte, pero no les prestemos nuestros escenarios para que confundan a más de uno.


apolomartin@hotmail.com

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