Que María Corina me devuelva las flores que le lancé...
Por: Ildegar Gil
¡Qué broma contigo María Corina! Me defraudas. Lo digo a corazón abierto. Estoy herido en pulmón propio. ¿Cómo que por qué? No te hagas la desentendida: ¿quiénes, desde la izquierda, han tenido la valentía que tuve al reconocerte que algo bueno tenías que tener, cuando sin tapujos te explayaste con esa locura del capitalismo popular, ah? No olvides que los más célebres, inteligentes e influyentes estudiosos de la economía política encima te cayeron, pero yo no Mari Cori. Yo no. Yo dije por este mismo medio que si algo bueno tenías era tu sinceridad. “¿Qué es lo bueno de que nos diga esto?: que despeja –ella solita– cualquier duda que algún inocente haya albergado sobre sus intenciones como –hipotética– presidenta de la República” publicamos el 17 de octubre (www.ciudadccs.info/?p=221992).
¿Viste? ¿Viste que no miento? No supiste valorar mi izquierdosa franqueza, chica. Tan mal la valoraste, que ahora te dio por hacer de la mentira (¿nunca lo habías hecho verdad?) un audaz instrumento para ganar espacio en los medios privados y también en los estatales. Unos te destacan por decir que en la parroquia 23 de Enero te dispararon a mansalva y otros lo hacen por desmentirte. ¡Perdón!, por difundir tu telefónica confesión en la que hasta tu mami te toma por la oreja reprendiéndote así: ¡“cómo pueden inventar eso”! Ojo Mari: no lo estoy inventando yo. Así quedó reflejado en las páginas de la historia hace apenas una semana.
¿Sabes? (como dicen los sifrinos), en el 23 de Enero hay gente pareja trabajadora, como no dudo que la haya también en acomodados sectores del este. No me extraña que haya uno que otro disociado empistolado como los hay parejamente allí también pero ¿sabes? (y que me perdonen los sifrinos, otra vez) el 23 huele a pueblo porque es eso: pueblo na’ má.
Cuando gustes echamos una trotaíta por la Zona F hasta la redoma y cruzamos pa’ la Zona E. Lo más que puede ocurrir es que algún perrito realengo intente mordernos las batatas pero de resto, ¿sabes? (me puse en la mala con los sifrinos) no saldremos agraviados. Y como estoy molesto, mejor me devuelves las flores que aquel mal día osé lanzarte.
ildegargil@gmail.com
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