USA tira la piedra y esconde la mano
Víctor Manuel Ramos
Los Estados Unidos es como la gatita de María Ramos: tira la piedra y esconde la mano. Desde su fundación, los dirigentes de esa nación, enarbolaron una constitución en la que se aseguran, mucho antes que los franceses con su Revolución, los derechos humanos. Pero en la práctica, tales derechos solo surtieron efectos para los blancos ricos que poblaban esa nación vecina, porque los blancos siguieron siendo objetos de atropello y los negros siguieron sometidos a la esclavitud, segregados hasta que vinieron muchas muertes, incluida la de Martin Luther King, para que fueran reconocidos como verdaderos ciudadanos norteamericanos. También, los fundadores de Los Estados Unidos cimentaron su país con un mandato mesiánico: Dios les ha escogido para dirigir al mundo; y, consecuentes con esa concepción, sus andanzas no se han limitado a la intervención y el atropello a los pueblos de América Latina, sino a otros del resto del mundo (Vietnam, Irak, Afganistán, Libia, etc.)
Por eso, igualmente, ahora se han convertido en el juez que vigila todos los desmanes de los gobierno del mundo, inventándolos en donde le conviene que los haya para justificar su presencia interventora y haciéndose los santandereanos de Jalisco en donde la arbitrariedad les abona a sus intereses hegemónicos. Veamos.
Invadieron Vietnam para sostener la partición del país y apoderarse de la parte del sur, en donde colocaron una tiranía sanguinaria sujeta a los mandatos gringos. Invadieron Irak, con el falso pretexto de que ese país tenía un arsenal de armas de destrucción masiva. Al final resultó que la intervención causó más destrucción y que las armas no aparecieron por ningún lado, quedando al descubierto la mentira que ha costado miles de muertos iraquíes y de jóvenes norteamericanos. Invadieron Libia y destruyeron su régimen con el pretexto de defender las vidas de los habitantes de ese país, sin embargo los bombardeos indiscriminados en contra de ese país provocaron muchísimas muertes. Están en Afganistán, totalmente derrotados, con el pretexto de combatir el terrorismo.
Ahora tienen el ojo puesto en Irán y en Siria. Han intervenido descaradamente en la política Siria, armando a los grupos opositores para provocar una situación que de nuevo les permita la intervención, para deshacerse de vecinos incómodos. Y con Irán, parece que va a ocurrir lo mismo: lo tienen en la mirilla porque, supuestamente ese país está en el proceso de fabricar una bomba atómica, olvidándose que los únicos que han causados dos terribles tragedias por el uso de las armas nucleares han sido, precisamente, Los Estados Unidos en Hiroshima y Nagasaki.
En estos momentos están arremetiendo en contra de Nicaragua, quieren hacer aparecer, a como dé lugar, las elecciones en las que Daniel Ortega salió victorioso, tal como lo anunciaban las encuestas. Y Chávez, Correa, Fernández y Evo siguen siendo piedras en sus zapatos, por el solo hecho de que conducen a sus países por vías independientes de los deseos de Norteamérica.
Sin embargo, no han dicho nada del hecho de que los militares egipcios quieran quedarse con el real del mandado, burlándose de los objetivos de la revolución que sacó del poder al tirano Mubarak. Los militares están masacrando a los egipcios que han vuelto nuevamente a las calles para exigir la salida de los militares del poder y su enjuiciamiento. Los Estados Unidos no han convocado al Consejo de Seguridad, no han puesto en pie de alerta a la OTAN, no han dicho esta boca es mía, mientras los muertos se multiplican en Egipto.
Tienen en el territorio de la Florida, bajo protección del gobierno, al terrorista Luis Posada Carriles, enjuiciado en Venezuela, desde donde se fugo de la cárcel, por haber hecho volar, en pleno vuelo, un avión cubano lleno de muchachos deportistas; mientras mantienen en la cárcel, injustamente, a los cubanos que se encargaban de informarse acerca de los actos terroristas que los exiliados cubanos planificaban para ejecutarlos en el territorio cubano.
Para los Estados Unidos es inadmisible que algún país piense en tener sus propias bombas atómicas, por eso su enemistad con Irán, pero ha permitido a Israel, que es el azote de la zona del Medio Oriente, que tenga su propio arsenal atómico. Lo ideal sería promover la destrucción total de todos los arsenales nucleares.
Pero lo que llama más la atención en estos momentos es la persistencia con que quiere desfigurar el triunfo de Daniel Ortega en Nicaragua. Para los norteamericanos esas elecciones son fraudulentas porque no ganaron los candidatos que ellos financiaron y auparon. Y, es justamente, por estas razones que repito, los gringos tiran la piedra y esconden la mano, porque nadie podrá olvidar las elecciones mentirosas mediante las cuales se ungió a George Bush como presidente de los Estados Unidos, burlando la voluntad del pueblo de ese país que votó mayoritariamente por Albert Gore, mediante el fraude en el Estado de Florida, fraude que fue orquestado por Jeb Bush, gobernador de Florida y hermano del candidato Bush. Y qué dijeron estos jueces mundiales del robo que el actual Presidente de México hizo de las elecciones que había ganado López Obrador.
Pregonan la defensa de los derechos humanos pero los violan en su propio territorio o en donde hacen ocupación violenta, tal es el caso de Irak, Afganistán y Guantánamo.
Y en Honduras, condenaron de mentirijillas del golpe de Estado en contra de Zelaya, pero ahora, gracias a Wikileaks sabemos que los norteamericanos estuvieron, en todo momento tras el pustsh.
En resumen, Los Estados Unidos no tienen autoridad para seguirse considerando el juez supremo del mundo. Tienen una doble moral que es propia de sus aspiraciones hegemónicas, de sus delirios de ser, algún día, los dueños del orbe.
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