lunes, 9 de diciembre de 2019

VAMOS A CONTAR MENTIRAS

KLORIAMEL YEPEZ OLIVEROS

Ahora que vamos despacio, no sabemos dónde -ni aquí ni en ninguna parte del mundo- gracias a quien manipula la cónsola del control mundial, empecemos a contar mentiras, o en todo caso a repetirlas, pero eso sí, con musiquita para procesarlas mejor, cabalmente, que no queden rendijas donde asome ni una pizca de dudas.
La narrativa teológica, (es absolutamente avantgarde, decir narrativa para connotar  el discurso socio-bélico-político-histórico-estético), que a cualquiera le dé su maldita gana de acuñar con énfasis terrorista, a través de los medios y las redes y las nets, y los bits y los bips y las coins, y lo que sea que  cualquiera de esos numerosos emprendedores que andan por ahí,  le consiga utilidad y altísima rentabilidad para engatusarnos y engatusar a los otros; y a partir de allí andar todos perfectamente engatusados, olorosos a sardina fresca o a Piolín recién digerido; por cierto el nombre inglés de Piolín es Tweety, onomatopéyico trinar de canario, de red social en la cual quedar atrapados.
El dulce cepo con el cual sueñan, dormidos y despiertos, los difusores de delirios masificables, económicamente cuantificables, porcentualmente redituables en la Era del petróleo de esquisto y la marihuana química.
Continuemos con nuestra narrativa sobre la narrativa teológica: la teología no libera a nadie de nada, lo teológico es lo ideológico por excelencia, la narrativa sobre los dioses, la mitología por excelencia. Esta se remonta a los orígenes del hombre como ser pensante, diciente, dominante del resto de especies animales. Y de lo que  fuere.
El hombre omnívoro,  y por ello con un gran cerebro; careció de otra imagen para reflejar, por lo tanto construyó su imaginario en torno a él mismo por los siglos de los siglos. Así es como hizo a Dios y al Diablo a su imagen y semejanza; erigió su culto patriarcal a perpetuidad. No podía ser de otro modo. Adorándose a sí mismo lleva el macho humano, un montón de siglos. Para ello ha inventado efigies, cultos, religiones, iglesias, guerras, razas, ritos, enemigos, ejércitos, y el instrumento más útil de todos porque incluye el total de las argucias patriarcales para la dominación del mundo por parte del macho humano: el sicoanálisis. Trump resulta, a estas alturas, un monstruo no decodificable, una paradoja luego de dos milenios de evolución teologal, pero es así porque la teología no tiene solución de continuidad y el sicoanálisis tampoco, ni éste artículo que lo único que ofrece es un fin en sí mismo, y este fin se parece al cuento del gallo pelón pero con síntesis: ¿Una Universidad Teológica Evangélica para qué? ¿para apuntalar y expandir por Nuestra América el odio de clases racial, fascista, de Jeanine Añez y el Macho Camacho? FIN.

No hay comentarios:

  EL MUNDO CAMBIARÁ, EL CORONAVIRUS LO LOGRARÁ. Desde que el mundo es mundo, los imperios con sus monarquías y con apoyo de las religiones, ...