miércoles, 4 de diciembre de 2019

RESUMEN DE OPINIÓN 
EDITORIAL:…Hoy la oposición venezolana olvida (…) se dividen, se atacan y se lanzan contra sí con una furia que nadie entiende. ¿Acaso somos tan malos, tan intransigentes y tan incapaces de entender que unidos podemos derrotar una dictadura? ¿Es que hemos perdido la esencial cordura que han practicado los pueblos a la hora de derribar una dictadura? Nos negamos, desde luego, a creer en tal suicidio. ¿Las diferencias, las tendencias, los enfoques, las discrepancias, seguirán siendo los motivos fundamentales para que, Dios lo quiera, lleguemos a una concordancia que permita una unidad que irrumpa ante el Muro de Berlín que impide nuestra unidad y fortaleza para rescatar nuestra democracia? ¿Será posible?”.

LUIS SALAZAR: “… no hay motivo ni excusa lógica y menos razonable, para que el hermano Evo sea depuesto de su cargo, solo la felonía de una casta dominante y fascista, que ha asaltado el poder.                                                                                       
En el cuadro conspirativo que hemos presenciado en Bolivia, entre los innovadores aportes está la sedición cívico-religiosa que pretende la utilización del factor católico-religioso como “Caballo de Troya”, retrotrayéndonos a los oscuros días de la Inquisición y la Guerra Santa. El factor religioso, como elemento de dominación y sometimiento colectivo, en forma avasallante y brutal contra todo lo existente y relacionado con el Estado Plurinacional, de forma inmisericorde y criminal (…) en una gigantesca operación de guerra psicológica, asumida por el aparato mediático-comunicacional de la derecha boliviana, explosionando al Estado-Nación desde dentro, con toda la resonancia y respaldo internacional. La humanidad no puede ser indiferente ante tal crimen”.

TULIO MONSALVE: “...horror político que surge después del golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia. Evo ni tiene poder ni tiene país. Ni tiene partido. Ni cédula democrática que lo defienda contra quien lo acusa, -¡casi, nada, de “terrorista”! (…) todo lo domina una jauría que busca saciarse con el exterminio de un pueblo, al que castiga por la fórmula química de su genética y antropológica. Ni blanca. Ni cristiana. Ni ciudadanía con ADN defendible (…) Hoy Bolivia es el futuro Sodoma. Lleno de fusiles e innecesarios demonios bíblicos. Con una pornostar a la cabeza, para refrescar nuestra narrativa de “países bananeros” ni dignos, ni necesarios. Ni más que decir.
ARTÍCULOS DE OPINIÓN

EDITORIAL (EL NACIONAL, “UN PANORAMA DESALENTADOR”)
Desde luego no está para juegos de niños lo que le pasa a la oposición venezolana, tanto aquí como allá fuera de nuestras fronteras. No es una desgracia, ni menos aún un  naufragio. ¿Por qué los políticos no se van a enredar en sus propias trampas, en sus ansias de poder, en sus ambiciones minúsculas, aunque, como ya lo hemos vivido, florecen en medio del caos que padecemos y vivimos?
¿Pero eso los perdona o más bien los condena a seguir una ruta que ya está vencida y destruida para siempre? Si alguien quiere cambiar a Venezuela para siempre (algo poco menos que imposible) debería al menos despojarse de la hipocresía que se ha acumulado, en capas crecientes, durante estos años no solo chavistas sino en los estertores democráticos que llevaron a Rafael Caldera a destruir a su propio partido y convocar a una chiripera de izquierda para que, sobre las cenizas de su ahora odioso y fastidioso partido, se armara una tarima presidencial que a nadie le interesaba como no fuera a su propio y desproporcionado ego, y vaya que lo era. Era un Buda intocable y sapiente como nadie. Y es que nadie podía ser el doctor Caldera: esa hipótesis, desde luego, estaba denegada.
En visto de lo cual el poder, o su representación, debía volver a su lugar originario, la tropa, el jefe militar, la democracia no como un niño atado al cordón umbilical sino como un feto abandonado en un castillo rudimentario, soñado y construido por los niveles más bajos y menos instruidos de la sociedad civil y militar. Usaron como máscara de Carnaval la figura de Simón Bolívar (¿a quién más podían echar mano para justificar su torva ambición?) y, entre indiferencia de los ciudadanos y el descrédito de la democracia representativa, la presencia militar elevó su vuelo olvidando que había sido causa y desgracia de la historia pasada y moderna de Venezuela.
La muerte de Hugo Chávez profundizó la desgracia, pues abrió la puerta a sus segundones, y con esto no puede decirse otra cosa que, muerto el sheriff, los bandidos se apoderaron del pueblo. Como ocurre en las películas del salvaje oeste, que hicieron de nuestra juventud  momentos fundamentales.
Hoy la oposición venezolana olvida estas lecciones de la historia, se dividen, se atacan y se lanzan contra sí con una furia que nadie entiende. ¿Acaso somos tan malos, tan intransigentes y tan incapaces de entender que unidos podemos derrotar una dictadura? ¿Es que hemos perdido la esencial cordura que han practicado los pueblos a la hora de derribar una dictadura? Nos negamos, desde luego, a creer en tal suicidio.
¿Las diferencias, las tendencias, los enfoques, las discrepancias, seguirán siendo los motivos fundamentales para que, Dios lo quiera, lleguemos a una concordancia que permita una unidad que irrumpa ante el Muro de Berlín que impide nuestra unidad y fortaleza para rescatar nuestra democracia? ¿Será posible?

LUIS SALAZAR (VEA, “SEDICIÓN RELIGIOSA EN LATINOAMÉRICA II”)
Reiteramos que no pretendemos realizar una discusión teológica, sobre el golpe de Estado en Bolivia; lo que está sobre la palestra es el asesinato de un pueblo humilde y sacrificado, el pueblo del Estado “Plurinacional”, que por vez primera ha sido tomado en cuenta como sujeto histórico, desde la presidencia de nuestro Libertador Simón Bolívar, en 1825. Bolivia no tenía un mandatario que colocara al pueblo indígena en el centro de su gestión, como lo realizó Evo Morales y Álvaro García Linera; no hay motivo ni excusa lógica y menos razonable, para que el hermano Evo sea depuesto de su cargo, solo la felonía de una casta dominante y fascista, que ha asaltado el poder.
En el cuadro conspirativo que hemos presenciado en Bolivia, entre los innovadores aportes está la sedición cívico-religiosa que pretende la utilización del factor católico-religioso como “Caballo de Troya”, retrotrayéndonos a los oscuros días de la Inquisición y la Guerra Santa. El factor religioso, como elemento de dominación y sometimiento colectivo, en forma avasallante y brutal contra todo lo existente y relacionado con el Estado Plurinacional, de forma inmisericorde y criminal.
Esta perversión teológica negadora de toda cosmovisión y creencia de nuestras culturas ancestrales, nos retrotrae al oscurantismo de la Edad Media, con premeditación y alevosía, en una gigantesca operación de guerra psicológica, asumida por el aparato mediático-comunicacional de la derecha boliviana, explosionando al Estado-Nación desde dentro, con toda la resonancia y respaldo internacional. La humanidad no puede ser indiferente ante tal crimen.

TULIO MONSALVE (CORREO DEL ORINOCO, “Ni, Ni, Ni, Ni…) “Ni: una conjunción gramatical que expresa negación. Negar, expresa la no existencia de algo. Cabe para entender el horror político que surge después del golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia. Evo ni tiene poder ni tiene país. Ni tiene partido. Ni cédula democrática que lo defienda contra quien lo acusa, -¡casi, nada, de “terrorista”!
Es un satélite que gravita en el espacio territorial -cuasi República- donde no hay ni ley ni democracia, ni nada que no sea un tejido necrosado de la política; donde todo lo domina una jauría que busca saciarse con el exterminio de un pueblo, al que castiga por la fórmula química de su genética y antropológica. Ni blanca. Ni cristiana. Ni ciudadanía con ADN defendible.
No lugar. Donde ni hay orden, ni ley, ni Constitución, que frene la matanza que inició un grupo de empresarios con gorro del Ku Klux Klan, que les alquiló (Jair) Bolsonaro, ganaderos, agroproductores de cocaína, industriales ávidos de ver cómo privatizan el nuevo Dorado: Litio. Dispuestos a fundar en un futuro aborrecible el Estado Libre Asociado de Santa Cruz de la Sierra. Que ni se parezca a las formas  simples de las comunidades que por casi cinco mil años, antes de la llegada de los Pizarro, ya tenían libertad y maneras cívicas y comunitarias de convivir ni tener que justificarse como democracias. Total ni falta que les hacía.
Piara de momios dispuestos a continuar la utopía que hoy hace aguas, ni se diga Argentina y balas y muertos en Chile y ni se nombren los niños asesinados por el ejército de Iván Duque en Colombia. Que ni trabajo dejó a los que soñaban con la construcción de una sucursal  del Libre Mercado.
Imperio donde hacer real una republiqueta, cuyo  blasón e himno canten a la existencia, ni ninguna distorsión posible. Adonde todo niegue las resistencias: ni tribales ni progresistas. Que no contemple ni leyes del trabajo, ni jubilaciones antes de los 75 años, ni incluya sindicatos, ni cooperativas, ni educación gratuita, ni salud pública, ni agua de los cielos que irrigue y bendiga a sencillos pueblos idólatras de dioses terrenales….
A quien Dios ni vio, ni creó, ni aceptó, ni bendijo en ninguno de sus cielos. Hoy Bolivia es el futuro Sodoma. Lleno de fusiles e innecesarios demonios bíblicos. Con una pornostar a la cabeza, para refrescar nuestra narrativa de “países bananeros” ni dignos, ni necesarios. Ni más que decir.

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