Historias de vida
EL DEJO
Rafael Pompilio Santeliz
Yo no estoy, estando. Repetía en su mente a cada rato.
Era su indecisión de varón de arrancarse de aquella pareja que ya no era vida.
Por fin se esfumó, luego de varios intentos en que volvía con su malogro.
Aquello fue la desgracia para su pareja. Los gritos se oían en todo el barrio.
Era su indecisión de varón de arrancarse de aquella pareja que ya no era vida.
Por fin se esfumó, luego de varios intentos en que volvía con su malogro.
Aquello fue la desgracia para su pareja. Los gritos se oían en todo el barrio.
- ¡Me dueeeeeele! Gritaba la mujer a cada rato, por la ventana que daba a la calle.
Hasta que los vecinos fueron en su ayuda y se enteraron del escape.
- Pero no te preocupes, le aconsejaron. Tú sabes que él siempre vuelve.
- No, esta vez no volverá, jipiaba inconsolable.
- ¿Y por que estás tan segura? Indagaron.
- Pero no te preocupes, le aconsejaron. Tú sabes que él siempre vuelve.
- No, esta vez no volverá, jipiaba inconsolable.
- ¿Y por que estás tan segura? Indagaron.
- Es que esta vez se llevó su caja de herramientas, respondió pesarosa, estallando nuevamente en llanto.
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