Ante este comportamiento perverso de esta burguesía parásita, lo que podemos prever para el futuro, es que seguirán con su “lucha apátrida y traidora”. Cambiarán la estrategia y redoblarán los esfuerzos, siempre con apoyo externo. Eso nos obliga a trabajar varios frentes: internamente eliminar las debilidades, fortalecer nuestras posiciones, nuestros cuadros, realizar correctivos y extirpar lo que sea necesario. Y externamente, de cara al enemigo, que es muy fuerte, no tiene moral pero sí mucho dinero y apoyo externo, debemos prepararnos para el escenario más difícil, tomarles la delantera, identificar sus debilidades, atacarlo por donde más le duele, debilitar sus posiciones, ganarle los espacios, no darles cuartel ni descanso, con leyes fuertes, duras y contundentes, tanto en su definición, objetivos y orientación, como en su aplicación. Por tanto, es necesario fortalecer el apoyo del Poder Popular (Pueblo a la calle), del Poder Legislativo (que ya lo tenemos, con Diosdado el frente) y del Poder Judicial, con jueces intachables, comprometidos a acompañar el Presidente Maduro en esta lucha.
En cuanto a la eliminación de debilidades, tengo algunas inquietudes, reflexiones y muchas preguntas a las que no logro dar respuesta y que quiero compartir. Me sorprendió profundamente cuando el Presidente Maduro, la noche del 13 de noviembre de 2013, frente a un grupo importante de pequeños y medianos empresarios, expresaba con mucha sinceridad y honestidad: “yo no sabía que era tan grave la situación, de verdad. Lo confieso autocríticamente. No sabía que era tan grave. Pido perdón al pueblo de Venezuela por haberme tardado tanto en lanzar esta ofensiva económica…”.
¿Cómo interpretar el hecho de que la actual gestión de SUNDECOP, que viene desde el 2011, jamás le informó al Comandante Chávez y tampoco al Presidente Maduro, de los niveles de especulación de hasta un 2.000 % existentes desde hace buen tiempo, a nivel nacional? Esto se infiere de las propias palabras del Presidente, arriba citadas.
¿Por qué jamás esta Sundecop inició acción alguna?, tal como se lo establece el Decreto No 8.331, en el sentido de tomar medidas para frenar esta espiral especulativa, este “tsunami especulativo” que se venía formando, de manera solapada, con la perversa intención de sacar al gobierno revolucionario con un estallido social de dimensiones impredecibles. No se trataba de simples fuegos artificiales navideños. ¡No! Era un verdadero golpe económico en pleno desarrollo. Y ¿qué hizo la Superintendencia? ¿Guardó silencio?
Esta Superintendencia, sabemos, tiene dentro de sus atribuciones: “…ejercer la regulación, administración, supervisión, inspección, control y sanción por parte del Estado, a los agentes económicos, en cuanto al cumplimiento de las obligaciones establecidas en el presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley...” (Artículo 31 de la Ley de Costos y Precios Justos). Además, el Numeral 13 del mismo artículo expresa: “Proveer al Ejecutivo Nacional de la información y recomendaciones para el diseño e implementación de políticas dirigidas a la disminución del nivel de precios, bien en determinados sectores, o en general”. ¿Debió esta Superintendencia alertar, enviar informes al Vicepresidente, al Presidente de INDEPABIS, al propio Presidente Maduro, a todo el mundo? ¿Qué les pasó? ¿Es que desconocen sus funciones? ¿Nunca realizan inspecciones de campo? ¿Jamás salen a patear la calle? ¿Acaso no tiene inspectores de campo que informen? ¿Nunca salen de compras, como cualquier cristiano? ¿No reportan a nadie? En principio cuentan con el apoyo de INDEPABIS, CADIVI, SENIAT, BCV y el Ministerio Público (Artículo 26 de la misma ley) y deben reportar a la Vicepresidencia (Artículo 28). Realmente sin ánimo de ofender, pero son muchas las preguntas que cualquiera se hace. Esta situación deja mucho que pensar.
Con gente así no se va a la guerra. Y son muchas las batallas que están en puerta. Debemos recordar la gente del equipo de gobierno que el mismo 11 de abril, le dio la espalda y traicionó al Comandante Chávez (Usón, Rosendo, Miquelena, etc., etc., etc.) Recordemos también a los que, desde el gobierno, traicionaron a Allende. Que me perdonen los lectores, pero es que acciones como éstas jamás debemos olvidarlas. Ni perdonarlas. Es oportuno y muy pertinente recordar aquellas palabras de Bolívar, desde Cartagena, dentro del llamado Manifiesto de Cartagena, en donde analizaba las razones y causas que llevaron a la pérdida de la Primera República: “A Cada Conspiración Le Sigue Un Perdón y A Cada Perdón Una Nueva Conspiración que a su vez es perdonada”. No quisiera pensar que estas palabras siguen vigentes.
Alí Primera nos cantaba: “La inocencia no mata al pueblo, pero tampoco lo salva. Lo salvará su conciencia. Y en esto le apuesto el alma.”
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