¡UNIDAD, LUCHA, BATALLA Y VICTORIA!
¡CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE!
Nosotras y nosotros, militantes del Equipo Pío Tamayo
de JPSUV,Sistema de Formación Socialista del PSUV Palavecino reunidos hoy 06 de marzo de 2013, aún con
lágrimas en los ojos, consternados por la desaparición física del eterno
Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, queremos poner en manos del pueblo
venezolano y el mundo nuestras más profundas, sentidas y sinceras palabras de
aliento, surgidas de un análisis crítico y objetivo de la situación política
como consecuencia de este desafortunado acontecimiento, propio de la condición
biológica del ser humano, que pese a la batalla por la vida librada junto a un
pueblo lleno de amor, fe y esperanza no pudo sortearse a nuestro favor.
Agradecemos infinitamente la fe, el compromiso y el
desprendimiento del Comandante Chávez para con los pueblos del mundo que sufren
la explotación y la opresión del imperialismo como fase superior del
capitalismo salvaje. Hoy las expresiones de solidaridad internacional dan
muestra del amor y el reconocimiento con que la humanidad responde a esa
confianza y a ese liderazgo que supo reivindicar los principios y valores más
excelsos del ser humano, en el centro de una profunda crisis estructural del
modo de producción capitalista. En este sentido, hoy como nunca antes
comprendemos que la dimensión de esta lucha trasciende las fronteras
nacionales, entendiendo que hablar de Patria es reivindicar nuestro himno de la
Internacional Socialista: “Patria es humanidad”.
El carácter universal del pensamiento, acción, vida y
obra del Comandante de la esperanza está relacionado íntimamente con los
elementos antes descritos. Su claridad política derivó del carácter histórico
de la lucha de clases que supo asumir y encauzar con un carácter profundamente
popular y antiimperialista, producto de su apego con los valores de la
identidad nacional, consustanciado con el ejemplo histórico de nuestro
Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados
aborígenes y todas y todos los precursores y forjadores de una Patria libre y
soberana.
Hugo Chávez supo conducir las aspiraciones y las
necesidades de un pueblo, que a partir de la rebelión de 1989 desafió el poder
imperial más atroz que enfrenta la humanidad. Timoneó magistralmente, con
audacia e inteligencia, en el terreno impuesto por las reglas de la democracia
liberal burguesa, para subvertir el orden establecido a partir de un proceso
constituyente que reivindica al pueblo como máximo depositario de la soberanía,
en función de hacernos protagonistas de nuestro propio destino.
Este proceso constituyente popular parió la
plataforma programática de la Revolución Bolivariana, convirtiendo al mestizo
de Sabaneta en un infiltrado en el Estado neocolonial del puntofijismo,
asumiendo conscientemente la necesidad de transformarlo y trascenderlo, con
orientación de refundar la República y brindarnos un gobierno eminentemente
popular, eminentemente justo y eminentemente moral, que encadene la opresión,
la anarquía y la culpa, tal cual lo expresó nuestro Libertador en el célebre
Discurso de Angostura del 15 de febrero de 1819.
De esta forma,
la Revolución Bolivariana irrumpe en el escenario político mundial como una
alternativa a la doctrina neoliberal que hizo sucumbir a estados y economías
nacionales enteras, perdiendo su independencia y soberanía,
que trajo más hambre, explotación y
miseria a los pueblos del mundo. Convenció al mundo de la pertinencia de hablar
de Socialismo y puso en práctica lo más avanzado de su doctrina, siempre
entendiéndola en base a nuestras propias circunstancias y particularidades.
Implementó una política soberana de
defensa de nuestros recursos naturales, una lucha campal contra el latifundio y
la asunción del compromiso de saldar la deuda histórica de las y los
trabajadores, bajo la consigna “Si quieres acabar con la pobreza, dale el poder
a los pobres”.
Conociendo a profundidad la realidad
del pueblo venezolano, supo defender los intereses generales de hombres y
mujeres en condiciones de igualdad, conjugando su voluntad política y capacidad
de dirección con las más genuinas expresiones del sentimiento popular, para así
ensamblar elementos de la política revolucionaria y resolver, con la
movilización de masas, las más enrevesadas contradicciones que han surgido de
la lucha de clases en el seno del pueblo. Consustanció pensamiento, palabra y
acción y enraizó en todos los sectores populares de la vida política la máxima
leninista que reza: “Si se desea la dirección política, debe pensarse en
función de las tareas políticas”.
Ahora bien, en estos momentos de
dolor y rabia colectiva, las revolucionarias y los revolucionarios debemos
entender la carga del tiempo histórico que pesa sobre nuestros hombros, y
asumir las responsabilidades que nos corresponden en una Revolución no
concluida que debemos profundizar. Nosotros como pueblo debemos cerrar filas y
apoyar decididamente al camarada Nicolás Maduro, y de cara a las elecciones
presidenciales debatir nuestra Plataforma Programática, pues de la unidad
ideológica parte la tan necesaria unidad política en estos momentos tan difíciles
para el pueblo de Bolívar. Una de las tácticas que usará el imperialismo y sus
factores políticos y económicos venezolanos será la de intentar socavar la
gobernabilidad, pues entienden que el Comandante Chávez garantizaba la
estabilidad nacional.
El carácter antiimperialista,
profundamente popular y eminentemente democrático y socialista de la Revolución
Bolivariana sólo será irreversible en la medida en que el pueblo venezolano,
como un todo, se mantenga en la lucha revolucionaria sin descanso, dando la
lucha ideológica y llevándola a la práctica, pues en ello reside la tarea
central de esta coyuntura que no dará cuartel y en la cual necesario es vencer.
Es bien sabido que las fuerzas imperiales querrán usar al pueblo chavista para
restaurar el dominio socialdemócrata y burgués, y esto será propiciando la
agudización de las contradicciones en el seno del pueblo, que no son
antagónicas, pero que ellos querrán hacer ver como tal para perjudicar la
figura del camarada Nicolás Maduro.
Como pueblo, no podemos echar por la
borda el legado del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, que en todo momento
nos demostró que la firme voluntad de querer hacer una cosa es el único camino
de lograrlo. Nuestro eterno Comandante nos llamó, en todo momento, a tener conciencia,
a reivindicarnos y a no sucumbir ante los vicios y perversiones del sistema
capitalista.
Traicionó. No
se vendió. Jamás mintió. En los momentos más duros, la conciencia debe
prevalecer, pues es el pueblo quien abrió las puertas de la Revolución y quien
ha dirigido sus destinos en todo momento.
El Comandante Chávez nos dejó una
herencia, y debemos trabajar por concretar sus más importantes propuestas, que
no son otras sino la construcción del Socialismo y la unidad latinoamericana.
Como pueblo, debemos comprendernos como el sujeto social del proceso
revolucionario, debemos combatir el espíritu pequeñoburgués, entendiendo que
somos imprescindibles para dar al traste con el capitalismo y con el
imperialismo como expresión de su fase superior. Debe haber certeza de que
seguiremos adelante, comprometidos como pueblo para ver culminada la propuesta
socialista, sintetizada en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, el Plan de la Patria, el Libro Rojo, las leyes del Poder Popular,
los discursos, alocuciones y demás documentos legados por el Comandante, que
conforman nuestra Plataforma Programática. Nuestra vida y nuestra consciencia
deben ser la expresión inquebrantable de nuestro deseo de ser libre, en una
sociedad justa y amante de la paz, cuya manifestación es la organización
comunal del Pueblo en Estado, bajo la máxima aspiración de nuestro camarada
Hugo “Comuna o nada”.
El viento sigue soplando a nuestro
favor. Conciencia, disciplina, fe, trabajo y militancia para contrarrestar
cualquier intento de vacilación que venga desde adentro o desde afuera.
Comprendamos que el imperialismo y la contrarrevolución interna (la oligarquía
parasitaria y el reformismo) son los enemigos antagónicos a pulverizar. De
nuestro esfuerzo político-ideológico depende el futuro de las y los hijos de la
patria, pues no podemos estar equivocados los millones de personas que apoyamos
al eterno Comandante a lo largo de todo el mundo.
¡Seamos como
Chávez!
¡A construir el
Socialismo con la ciencia, el arte y la belleza!
¡Chávez para siempre. Maduro
Presidente!
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