jueves, 14 de marzo de 2013



¡UNIDAD, LUCHA, BATALLA Y VICTORIA!
¡CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE!

Nosotras y nosotros, militantes del Equipo Pío Tamayo de JPSUV,Sistema de Formación Socialista del PSUV Palavecino  reunidos hoy 06 de marzo de 2013, aún con lágrimas en los ojos, consternados por la desaparición física del eterno Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, queremos poner en manos del pueblo venezolano y el mundo nuestras más profundas, sentidas y sinceras palabras de aliento, surgidas de un análisis crítico y objetivo de la situación política como consecuencia de este desafortunado acontecimiento, propio de la condición biológica del ser humano, que pese a la batalla por la vida librada junto a un pueblo lleno de amor, fe y esperanza no pudo sortearse a nuestro favor.
Agradecemos infinitamente la fe, el compromiso y el desprendimiento del Comandante Chávez para con los pueblos del mundo que sufren la explotación y la opresión del imperialismo como fase superior del capitalismo salvaje. Hoy las expresiones de solidaridad internacional dan muestra del amor y el reconocimiento con que la humanidad responde a esa confianza y a ese liderazgo que supo reivindicar los principios y valores más excelsos del ser humano, en el centro de una profunda crisis estructural del modo de producción capitalista. En este sentido, hoy como nunca antes comprendemos que la dimensión de esta lucha trasciende las fronteras nacionales, entendiendo que hablar de Patria es reivindicar nuestro himno de la Internacional Socialista: “Patria es humanidad”.
El carácter universal del pensamiento, acción, vida y obra del Comandante de la esperanza está relacionado íntimamente con los elementos antes descritos. Su claridad política derivó del carácter histórico de la lucha de clases que supo asumir y encauzar con un carácter profundamente popular y antiimperialista, producto de su apego con los valores de la identidad nacional, consustanciado con el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y todas y todos los precursores y forjadores de una Patria libre y soberana.
Hugo Chávez supo conducir las aspiraciones y las necesidades de un pueblo, que a partir de la rebelión de 1989 desafió el poder imperial más atroz que enfrenta la humanidad. Timoneó magistralmente, con audacia e inteligencia, en el terreno impuesto por las reglas de la democracia liberal burguesa, para subvertir el orden establecido a partir de un proceso constituyente que reivindica al pueblo como máximo depositario de la soberanía, en función de hacernos protagonistas de nuestro propio destino.
Este proceso constituyente popular parió la plataforma programática de la Revolución Bolivariana, convirtiendo al mestizo de Sabaneta en un infiltrado en el Estado neocolonial del puntofijismo, asumiendo conscientemente la necesidad de transformarlo y trascenderlo, con orientación de refundar la República y brindarnos un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo y eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa, tal cual lo expresó nuestro Libertador en el célebre Discurso de Angostura del 15 de febrero de 1819.
De esta forma, la Revolución Bolivariana irrumpe en el escenario político mundial como una alternativa a la doctrina neoliberal que hizo sucumbir a estados y economías nacionales enteras, perdiendo su independencia y soberanía,
que trajo más hambre, explotación y miseria a los pueblos del mundo. Convenció al mundo de la pertinencia de hablar de Socialismo y puso en práctica lo más avanzado de su doctrina, siempre entendiéndola en base a nuestras propias circunstancias y particularidades.
Implementó una política soberana de defensa de nuestros recursos naturales, una lucha campal contra el latifundio y la asunción del compromiso de saldar la deuda histórica de las y los trabajadores, bajo la consigna “Si quieres acabar con la pobreza, dale el poder a los pobres”.
Conociendo a profundidad la realidad del pueblo venezolano, supo defender los intereses generales de hombres y mujeres en condiciones de igualdad, conjugando su voluntad política y capacidad de dirección con las más genuinas expresiones del sentimiento popular, para así ensamblar elementos de la política revolucionaria y resolver, con la movilización de masas, las más enrevesadas contradicciones que han surgido de la lucha de clases en el seno del pueblo. Consustanció pensamiento, palabra y acción y enraizó en todos los sectores populares de la vida política la máxima leninista que reza: “Si se desea la dirección política, debe pensarse en función de las tareas políticas”.
Ahora bien, en estos momentos de dolor y rabia colectiva, las revolucionarias y los revolucionarios debemos entender la carga del tiempo histórico que pesa sobre nuestros hombros, y asumir las responsabilidades que nos corresponden en una Revolución no concluida que debemos profundizar. Nosotros como pueblo debemos cerrar filas y apoyar decididamente al camarada Nicolás Maduro, y de cara a las elecciones presidenciales debatir nuestra Plataforma Programática, pues de la unidad ideológica parte la tan necesaria unidad política en estos momentos tan difíciles para el pueblo de Bolívar. Una de las tácticas que usará el imperialismo y sus factores políticos y económicos venezolanos será la de intentar socavar la gobernabilidad, pues entienden que el Comandante Chávez garantizaba la estabilidad nacional.
El carácter antiimperialista, profundamente popular y eminentemente democrático y socialista de la Revolución Bolivariana sólo será irreversible en la medida en que el pueblo venezolano, como un todo, se mantenga en la lucha revolucionaria sin descanso, dando la lucha ideológica y llevándola a la práctica, pues en ello reside la tarea central de esta coyuntura que no dará cuartel y en la cual necesario es vencer. Es bien sabido que las fuerzas imperiales querrán usar al pueblo chavista para restaurar el dominio socialdemócrata y burgués, y esto será propiciando la agudización de las contradicciones en el seno del pueblo, que no son antagónicas, pero que ellos querrán hacer ver como tal para perjudicar la figura del camarada Nicolás Maduro.
Como pueblo, no podemos echar por la borda el legado del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, que en todo momento nos demostró que la firme voluntad de querer hacer una cosa es el único camino de lograrlo. Nuestro eterno Comandante nos llamó, en todo momento, a tener conciencia, a reivindicarnos y a no sucumbir ante los vicios y perversiones del sistema capitalista.
Traicionó. No se vendió. Jamás mintió. En los momentos más duros, la conciencia debe prevalecer, pues es el pueblo quien abrió las puertas de la Revolución y quien ha dirigido sus destinos en todo momento.
El Comandante Chávez nos dejó una herencia, y debemos trabajar por concretar sus más importantes propuestas, que no son otras sino la construcción del Socialismo y la unidad latinoamericana. Como pueblo, debemos comprendernos como el sujeto social del proceso revolucionario, debemos combatir el espíritu pequeñoburgués, entendiendo que somos imprescindibles para dar al traste con el capitalismo y con el imperialismo como expresión de su fase superior. Debe haber certeza de que seguiremos adelante, comprometidos como pueblo para ver culminada la propuesta socialista, sintetizada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Plan de la Patria, el Libro Rojo, las leyes del Poder Popular, los discursos, alocuciones y demás documentos legados por el Comandante, que conforman nuestra Plataforma Programática. Nuestra vida y nuestra consciencia deben ser la expresión inquebrantable de nuestro deseo de ser libre, en una sociedad justa y amante de la paz, cuya manifestación es la organización comunal del Pueblo en Estado, bajo la máxima aspiración de nuestro camarada Hugo “Comuna o nada”.
El viento sigue soplando a nuestro favor. Conciencia, disciplina, fe, trabajo y militancia para contrarrestar cualquier intento de vacilación que venga desde adentro o desde afuera. Comprendamos que el imperialismo y la contrarrevolución interna (la oligarquía parasitaria y el reformismo) son los enemigos antagónicos a pulverizar. De nuestro esfuerzo político-ideológico depende el futuro de las y los hijos de la patria, pues no podemos estar equivocados los millones de personas que apoyamos al eterno Comandante a lo largo de todo el mundo.
¡Seamos como Chávez!
¡A construir el Socialismo con la ciencia, el arte y la belleza!
¡Chávez para siempre. Maduro Presidente!

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