El papel histórico del movimiento revolucionario
Por: Jesús González
El mundo actual se encuentra en un gran debate y muy especial en Venezuela. Si el movimiento revolucionario siempre ha tenido que cumplir su papel desde afuera de las masas, como adentro de ellas, para incidir en la toma de conciencia y organización del pueblo oprimido y explotado, en una crisis capitalista de tal envergadura como la actual, el papel histórico del movimiento revolucionario se acrecienta. Ya no se trata de denunciar e informar lo que pasa en nuestro país y el mundo capitalista, si no que nuestro papel es el de organizar y hablar con la fuerza del proletariado avanzado ¡ Ya basta de timidez y conciliación con los sectores que se aprovechan de este proceso histórico! Nuestro proletariado debe oír con nitidez y propiedad la razón que nos asiste de pretender cambiar el modelo de producción capitalista por un verdadero socialismo. Cada vez que conciliamos por razones tácticas o cualquier otra razón con los que dirigen el proceso venezolano, estamos desviando nuestros objetivos y perdemos nuestra condición de revolucionarios. Esto no implica que suprimamos las alianzas tácticas y estratégicas, pero bajar la intensidad y claridad del debate, le haríamos un favor a los revisionistas y reformistas enquistados dentro del proceso revolucionario, que hoy detentan el poder. Nuestro deber es presentar la tesis de vanguardia, el partido de vanguardia, o las grandes masas obreras jamás percibirán el verdadero camino revolucionario que los conducirá a la liberación definitiva de la explotación capitalista. Nuestra ideología científica del marxismo leninismo, adaptada a la realidad social, histórica, económica y política del momento, nos da una fuerza considerable para gritarle al mundo, el verdadero camino revolucionario, que tiene la clase obrera para derrumbar definitivamente al capitalismo y a su imperialismo, quien asfixiado por su crisis y posible derrumbe, ocurre a la agresión militar, económica y política, contra las naciones ricas en recursos naturales y contra aquellos que se oponen a su opresión y explotación.
La timidez revolucionaria, enconcharnos en un tactismo frente a los aliados del proceso, es entregar nuestras banderas libertarias de la clase obrera venezolana y la del mundo capitalista.
Gritemos con fuerza organicemos a la clase obrera para la gran confrontación histórica contra el capitalismo y sus imperios.
¡Basta ya de tanta conciliación! ¡Vamos por el poder!
jesusgonzalez_62@hotmail.com
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