La Poesía de la Ciudad!
A esos pequeños conjuntos de vivienda en zonas de barrio, con alturas variables, y geometrías y volúmenes que se relacionan muy libremente, semejando la ocupación a lo largo del tiempo de la propia arquitectura popular, el Comandante los llama: las Villas de Juan Barreto.
De modo muy particular, a él le agrada la solución arquitectónica de la primera de esas “villas”, que es la que está en Cotiza, a la entrada de la Cota Mil por la avenida Baralt y que sustituyó al vergonzoso conjunto de los contenedores metálicos que durante décadas sirvieron de vivienda a los refugiados de algún desastre natural.
Los gobiernos de entonces colocaron allí a las familias damnificadas y las abandonaron para siempre.
¿Para siempre? Bueno, para siempre sería si no hubiera llegado la Revolución.
El Comandante pasó en cierto momento hace años por el lugar y preguntó por esos contenedores viejos, que ¿qué hacían allí?. Al comprender la situación llamó a Juan Barreto, a la sazón Alcalde Mayor, y le dio las instrucciones que llevaron a la construcción de la Villa con proyecto de Menéndez.
Los pequeñas edificaciones de la Villa están construidas con estructura metálica a la vista, y cerramientos y acabados donde predomina la arcilla. En muchos casos son también paneles muy coloridos que le dan ese aspecto vivo y alegre.
A pesar de que tengo algunas diferencias sobre el diseño específico de las distintas piezas y el sistema constructivo patentado, estoy muy de acuerdo con el Presidente Chávez en que ese concepto de ocupación de un territorio en terrenos con distintos grados de pendiente de nuestros barrios, es un tiro al piso que debería ser multiplicado.
A mi juicio significa una gran salto de avance sobre el programa SUVI, sustitución de rancho por vivienda, porque trabaja sobre la idea de conjuntos colectivos con espacios comunes y a una escala muy agradable para la vida vecinal.
Ahora se acaba de inaugurar otro conjunto, el de Santa Eduviges en las Mayas, en el mismo espíritu y con edificaciones que llegan en este caso, según creo, a los cuatro y cinco pisos. La verdad es que se veía muy bien en el pase que se hizo por televisión el día que se entregaron las viviendas.
A raíz de estas experiencias, el Comandante nos ha pedido a los distintos ejecutores de vivienda que, atendiendo al tema de los costos para hacerlas económicamente viables, las repliquemos veinte, treinta veces, las que hagan falta, en el corto plazo como un modelo de actuación eficaz y de gran adaptabilidad.
¿Qué puedo decirle, Presidente? Estoy completamente de acuerdo.
¡Vamos a proponer arquitecturas con distintos lenguajes formales y variadas soluciones constructivas, pero con base a ese concepto de agrupación de las “Villas de Juan Barreto”!
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