martes, 5 de noviembre de 2019


Por: Jimmy López Morillo
¨Durante su intervención en la Asamblea Anual de la ONU, el 29 de septiembre de 2009, el Comandante Eterno, de manera premonitoria, sentenció que llegaría la revolución en América del Sur y que “nadie podrá frenarla”.

“Alá, al sur de la frontera, hay una Revolución. Hay una revolución  suramericana, en América Latina, en el Caribe y es necesario que el mundo lo vea, lo asuma y lo acepte, porque es una realidad que no va a cambiar. Además, es una revolución que trasciende lo ideológico; es geográfica, geopolítica; es una revolución de los tiempos, una revolución moral, es una revolución necesaria. Es grande esa revolución y va a seguir creciendo, a medida que pasen los días y los meses. Es grande por el tiempo de carga por dentro, es grande por el espacio que abarca (…) . Esa Revolución es grande por el tiempo acumulado. Son siglos acumulados de batallas y esperanza, de sufrimiento de millones de seres humanos de América Latina y el Caribe; es grande en el espacio que va ocupando; es grande por las masas de pueblo que se suman a  ella. Nadie pretenda frenarla. Nadie podrá frenarla”.
La sentencia, con toda la carga de los predestinados que lo envolvía, fue pronunciada por el comandante Hugo Chávez Frías, el 29 de septiembre de 2009, durante su intervención en la Asamblea General de la ONU, pero muy bien pudiera haber sido emitida en estos días, cuando con una fuerza tan inesperada como temida por los factores hegemónicos, los pueblos de nuestra región se han alzado contra las desigualdades propiciadas por las despiadadas políticas neoliberales, puestas en marcha por sus respectivos gobernantes, en connivencia con las burguesías y los organismos que les sirven de instrumentos para la dominación..
Es la llamarada encendida tres décadas atrás en Venezuela, cuando con “El Caracazo” se dio la primera gran rebelión popular en el mundo, frente a las salvajes medidas económicas impuestas por el Fondo Monetario Internacional, ejecutadas por uno de los personajes más nefastos de nuestra historia: Carlos Andrés Pérez.
Es una llamarada que ahora recorre esta parte del continente, con el despertar de los pueblos de Chile, Colombia, Ecuador, Haití, Honduras, que ya tuvo contundentes expresiones en Argentina, con la derrota del macrismo a manos de la dupla conformada por Alberto y Cristina Fernández y en Bolivia, con la reafirmación del presidente Evo Morales, a pesar de todos los intentos por desestabilizar esa nación.
Apoyo
Los acontecimientos que han venido sacudiendo a las naciones vecinas en las últimas semanas, no han pasado desapercibidos para el  pueblo venezolano, que está muy claro, con plena conciencia de las causas que han originado estas rebeliones populares, como lo ha podido comprobar el concejal Roque García, presidente de la Comisión de Educación del Concejo Municipal del municipio Libertador, en sus recorridos por las barriadas capitalinas:
“La gente analiza, debate esas situaciones y pudiera decirse que hasta se alegra porque por fin se estén produciendo estas manifestaciones, porque demuestra que no estamos solos junto a Cuba, Nicaragua y Bolivia, en la resistencia contra los ataques del imperio”, expresa.
“Hay una esperanza que se levanta y se acompaña desde aquí, con la cual los venezolanos nos sentimos plenamente identificados, porque ya sufrimos las medidas del FMI y porque somos víctimas de los ataques inclementes del imperialismo, respaldado de forma rastrera por los gobiernos del Grupo de Lima. El pueblo venezolano sabe a qué se debe lo que está pasando y por eso acompaña en solidaridad esas luchas”, subraya.
El constituyente Rafael Argoty, enfatiza que “mucho habían tardado en reaccionar los pueblos de América Latina ante las arremetidas del imperio norteamericano y sus gobernantes serviles, pero era de esperarse lo que está ocurriendo”.
“Quienes vivimos lo que pasó en Venezuela en el ’89, sabemos que los pueblos pueden tener capacidad de aguante, pero no pueden ser subestimados. Es lo que está pasando en esos países, que sus gobernantes solo se ocuparon de atacar a Venezuela, pensando que en sus territorios todo lo tenían bajo control y por debajo, sin que lo sospecharan, se les estaban cocinando las rebeliones, en respuesta a tantos años de opresión”, agregó.

Desde Guarenas, ciudad donde se inició en 1989 la rebelión contra las medidas del FMI, el presidente del Instituto de Deportes del municipio Plaza, Pedro Di Verdi, insiste en que “por supuesto que las venezolanas y los venezolanos nos sentimos totalmente identificados con las luchas de nuestros hermanos de la región, porque las sentimos como nuestras, porque también somos víctimas de las miserias del capitalismo”.
“Inclusive, hay como un poquito de orgullo cuando nos achacan la responsabilidad de esas rebeliones, porque si dicen que es el presidente Nicolás Maduro, también somos nosotros y sí, compartimos esos ideales de  liberación, porque somos hijos de libertadores”, remachó.
“Las luchas de esos pueblos tienen los mismos orígenes que las nuestras: la necesidad de sacudirnos del yugo del imperialismo, del neoliberalismo inhumano, que solo pretende para unas minorías las grandes riquezas de nuestros territorios, dejando para las inmensas mayorías solo hambre y condiciones de vida deplorables”, recalca a su vez Marcos Aréjula, secretario político del PSUV en la parroquia La Vega de Caracas.
“En esas banderas nos vemos reflejados, en sus consignas, en sus reclamos, en sus exigencias por unas sociedades más justas, libres de la opresión imperialista, como seguramente ellos se ven reflejados en nuestros combates, en nuestra resistencia frente a los ataques, al bloqueo, a las sanciones, a las amenazas”, enfatizó.

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