Por Carlos M. Rodríguez C.
En estos días recordaba uno de los “Aló Presidente” en el
cual, después que los asistentes corearon el “No volverán” el Cte. Chávez hizo
una broma pesada, tal como el acostumbraba con su humor negro, para mí
un comentario irónico diciendo: “Que van a volver, si todos están
adentro”.
Este comentario me parece muy a propósito con relación a lo que está pasando
tanto en nuestro país como en toda Latinoamérica, en especial con los
resultados electorales de Brasil, pero también con la situación de Chile,
Argentina, Ecuador y otros similares.
En el caso de Venezuela es necesario analizar los diferentes sentidos que se le
pueden dar al comentario de Comandante Eterno, pues siendo el presidente del
país no tuvo ningún empacho en referirse públicamente a la situación política
su propio gobierno, sobre todo delante de funcionarios gubernamentales, quienes
no acusaron el sentido de dicha sorna, o al menos así lo demostraron.
En primer lugar sería bueno preguntar ¿quiénes son los que “no volverán”? Me
imagino que en aquellos momentos se refería a los de la IV República, a quienes
formaron parte de los gobiernos anteriores a su gestión, a los que se
instalaron desde el año 1958 hasta 1999, es decir, presidentes, funcionarios
gubernamentales, empresarios que se lucraron con las gestiones del
“puntofijismo”. Pero el caso es que el propio Presidente Chávez, con ese
comentario, reconoce que éstos (los que gobernaron durante la IV) permanecen en
el gobierno.
Podríamos elucubrar que Chávez estaba consciente del tránsito que representaba
su gobierno hacia una sociedad plenamente revolucionaria, pero declarar que
estaban presente en su gestión es reconocer que muchos de los que lo
acompañaron en ese momento forman parte de esa IV y que constituían un peligro
potencial para lograr la transformación de la sociedad burguesa en sociedad
socialista.
Si esto es así, entonces Chávez, o no asumió el control de gobierno y no le dio
la dirección exacta de las transformaciones necesarias para transformar
la sociedad capitalista venezolana, o Chávez sabía que con ese equipo era
imposible tal transformación, o era necesario hacer concesiones a la derecha
para poder lograr sus objetivos, o quizás todas éstas y más aún.
Analizando el panorama desde el momento actual y asumiendo que el pasado
nos ilustra para conocer el presente y tomar las previsiones para el futuro,
podemos concluir que todas éstas premisas que presentamos en el párrafo
anterior son acertadas.
En primer lugar, era imposible reestructurar y cambiar la totalidad de los
funcionarios que trabajaban en el gobierno habida cuenta que hay una ley que
protege a los empleados públicos la cual fue promulgada durante los gobiernos
de la IV, en el año 1975 durante el mandato de C.A.P específicamente. y que
buscaba la estabilidad de los trabajadores públicos en sus puestos de trabajo
evitando despidos masivos a la hora que ganaran COPEY u otra organización
política. Por otra parte, muchos de los empleados públicos apoyaron la
propuesta electoral de Chávez y lo acompañaron tanto para su elección como para
la propuesta constituyente del año 99 aunque posteriormente, por diversos
motivos volvieran nuevamente a sus partidos originarios. Y en este sector de la
población venezolana la mayoría de los trabajadores provenían de las
organizaciones partidistas que habían gobernado a Venezuela desde el año 58
hasta el 98, año en que gana la elecciones. Muchos de esos empleados Chávez
participan en las acciones de sabotaje que se planificaron y ejecutaron
desde el mismo momento que inicia su mandato, así como en el golpe de estado
del 2002, el paro petrolero del 2003 y las guarimbas del año 2004.
Segundo, Chávez necesitaba el apoyo de grupos económicos que financiaran
su propuesta electoral y en consecuencia recibió ayuda de parte de sectores de
la oligarquía nacional que aspiraban el acceso a las divisas que el estado
otorga para hacer sus transacciones económicas, importar, es decir, enchufarse
en el gobierno para beneficiarse del rentismo petrolero lo cual hizo que muchos
funcionarios del gobierno provinieran de esos grupos de poder.
Tercero. El equipo político del cual se rodeó y posteriormente formó parte de
su gabinete ministerial, ocupó cargos públicos en el alto gobierno o puestos de
importancias en empresas públicas, en el sector público, el cual estuvo
integrado, en una primera instancia, de personas que provenían de sectores de
la derecha; otros eran altos oficiales de las fuerzas armadas que lo
acompañaron en su movimiento dentro del ejército y en la campaña electoral que
lo llevó a la presidencia sin tener ninguna formación política revolucionaria
los cuales lo traicionaron cuando propuso transformaciones en la visión de la
democracia representativa que dominaba el momento; otros de grupos de escaza
formación política revolucionaria que inmediatamente se le voltearon; o por
personas ineptas, corruptas, con una mentalidad de burócrata, es decir, “bate
quebraos” tanto en política, administración y gerencia algunos de los
cuales andan tratando de “arroparse” con la “manta sagrada” de haber sido
ministros del Comandante aunque sus ejecutorias dejen mucho que desear desde el
punto de vista político y administrativo a pesar de haber permanecido por
mucho tiempo en cargos otorgados por el presidente, amén de los actos de
corrupción en los cuales estuvieron incursos algunos de ellos y como evidencia
de lo que aquí afirmo, el número de detenidos, solicitados, enjuiciados,
investigados de ex ministros, ex viceministros, ex directores del
despacho, ex gobernadores, ex alcaldes, ex diputados, ex concejales, exjefes de
seguridad, ex personal de confianza va en ascenso tal como lo reseña la prensa
nacional diariamente. Pero la peor es que quienes asumen la defensa de dichos
“bichitos” son aquellos que, ahora agrupados como “originarios”, “frentistas
amplios”, “plataformeros”, “mareados” y otros “bichos de uña”, otrora
“izquierdistas a todo dar” están aliados con los representantes de la derecha
convicta y confesa (FEDECAMARAS, CTV, CEV, AS, COPEY, PJ, Vente Venezuela,
etc.) y que para “defender los derechos de los trabajadores”, a las
“víctimas de la represión madurista”, a “los perseguidos por el gobierno
nacional”. ¡Qué talco…!
Cuarto, en la actual administración, al igual que la anterior (aunque en
aquella no con tantos casos) muchos de los empleados en cargos de confianza no
hacían vida política en los partidos de gobierno, e incluso se comprobó
que en diversos procesos eleccionarios habían votado contra la propuesta
chavista, cosa que se verificó revisando la lista de Luis Tascón. En este
caso no fue que no volvieron sino que nunca salieron. Y en la administración
actual ni se diga, no es que solamente hay funcionarios de oposición que están
ocupando cargos de relevancia en la administración pública, sino que han sido
colocados en ellos teniendo plena conciencia que provienen de la derecha
(ya algunos han sido destituidos y detenidos por corruptos o cómplices en dicha
corruptela como lógicamente tenía que ocurrir). El igual que lo han hecho
muchos que, siendo militantes de los partidos del Polo Patriótico, han sido
igualmente corruptos… la lista es larga y se extiende. Y de los
uniformados que han participado en los gobiernos en cuestión ni se diga.
¡O sea!
Podemos concluir que el Comandante Chávez tenía razón en aquel momento al decir
lo que dijo, pero lo peor es que transcurridos ya casi 20 años de la caída
simbólica de la IV República ésta se mantiene “vivita y coleando”, entendiendo
que unos de los puntos vitales de la propuesta Socialista Bolivariana lo
constituye la lucha contra la corrupción y el rentismo petrolero. Y cómo de la
corrupción y el rentismo petrolero se benefician tanto las instituciones y los
hombres tienen una cultura social, económica y política emanada de las
condiciones materiales, de la sociedad en que viven, entonces la IV República
permanece anquilosada en las estructuras de la sociedad venezolana sin que se
haya avanzado en el camino hacia el socialismo y la revolución cultural
bolivariana.
En consecuencia, a 19 años del Referéndum Aprobatorio de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y su aprobación electoral, tanto los
principios fundamentales así como el articulado que rige la vida social,
cultural, política y económica del país constituye letra muerta, teniendo sólo
pertinencia aquellos que benefician a grupos, sectores, conciliábulos e
individuos sin ningún tipo de reciprocidad entre los derechos y los deberes
consagrados en la Carta Magna. Es decir, el espíritu del Puntofijismo merodea
campante y triunfalmente en todos los espacios de la vida pública de
nuestra sociedad, es decir, la IV República nos dice irónicamente, tal como
dijo César:: “veni, vidi, venci”, o coloquialmente. “No estaba muerta, estaba
de parranda”
Ahora bien, en los actuales momentos que la inflación asfixia a la población
venezolana, el desabastecimiento hace estragos en la seguridad familiar, el
bachaqueo deteriora la economía de los hogares de medios y bajos recursos, la
falta de medicamentos agobia a los habitantes del país, en que el gobierno
anuncia acuerdos con los empresarios para garantizar productos básicos a
precios accesibles los cuales todos los días son irrespetados por los
empresarios y comerciantes, mientras escasea el efectivo, mientras continúa el
contrabando de extracción de los productos de la dieta básica, del efectivo, de
la gasolina, cabillas, cemento hacia Colombia, mientras la corrupción
campea a todos los niveles y sectores, en especial en las esferas del gobierno
y en las áreas de alimentos, lubricantes, productos, semillas, mientras
el “bájate de la mula”, el “cuanto hay pá eso” dentro de las instituciones
públicas (Bancos del estado, Ministerios, Institutos autónomos), mientras
continúa el “matraqueo”, el gobierno intenta convencernos que la vaina va de
regular para bien, de bien para mejor como si los venezolanos fuésemos ciegos,
sordos y mudos, lo que más bien pareciera una burla del equipo
gubernamental (incluidos los líderes políticos) que están seguros que el
pueblo les cree.
Mientras se violentan los derechos laborales de los trabajadores, se irrespetan
las clausulas referidas a la seguridad social, a la seguridad económica de los
hogares previstas en las actas convenio, en los acuerdos patrono-trabajadores,
situación que coadyuva al fortalecimiento de las perversas instituciones
sindicales, revivan las decadentes instancias reinvindicativistas, es decir,
las caducas estructuras cuarta republicanas que vivieron y siguen viviendo de
las costas sindicales a todos los niveles, es decir, insuflándole oxígeno
a los despojos de las instituciones podridas del capitalismo
rentístico.
Y dice el dicho. “Quien vea las bardas de su vecino ardiendo”, “ahí cerquita,
detrás de aquella mata” rememorando a Don Rómulo Gallegos en su obra Doña
Bárbara, detrás de la Piedra del Cocuy, de sopetón, triunfante, más agresiva
que nunca, a vista de todos regresó al gobierno en Brasil la
“derecha”, ahora en forma agresiva, petulante, autoritaria, fascistoide.
¡Quien tenga ojos que vea!
En diciembre se efectuará el proceso eleccionario para constituir los Consejos
Municipales en todo el país. Los resultados de éste proceso nos indicarán la
tendencia de los sectores que se presentan como electivos, más no de , las
expectativas de la población. Los niveles de participación podrán ser un
indicador que mida las esperanzas del pueblo en torno al futuro del gobierno de
Maduro.
Se espera que la ANC presente la propuesta para someter a la aprobación vía
elecciones de la nueva Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. Hasta ahora no se conocen ni siquiera las propuestas
presentadas por las comunidades, instituciones públicas, colectivos,
organizaciones de base, partidos políticos. Han sido mantenidas en
secreto. Ojalá no se les ocurra presentar un proyecto que legalice
las medidas que el gobierno ha tomado en contra de los beneficios de los
trabajadores, del pueblo, de la soberanía nacional, es decir, una propuesta
de sociedad neoliberal, o propuestas similares a las medidas que el gobierno
ha tomado para enfrentar la guerra económica y el deterioro de la economía del
país y del pueblo porque hasta ahora ninguna ha dado ningún resultado, peor
aún, cada día más se está asfixiando a las masas populares.
Espero que no ocurra lo que la derecha nacional, los “críticos insurgentes”,
los nuevos aliados de la derecha convicta, los neoderechistas renegados del
proceso bolivariano anhelan, lo que esperan con impaciencia, es decir, la
intervención militar por parte de los EU y los gobiernos títeres, más
ahora con el apoyo del fascismo brasileño. Aunque las razones para
intervenir les sobran y Colombia está impaciente por los efectos negativos que
a su economía impactan sobre todo la posibilidad de cerrar el paso al contrabando
de gasolina y lubricantes, alimentos, dinero en efectivo que hasta ahora han
mantenido a su economía y el aumento del precio de la gasolina, y del aumento
del precio del petróleo que afecta la economía norteamericana por lo que los EU
necesitan de ponerle las manos al venezolano.
Esta posibilidad real presagia que muchos venezolanos, liderados por los tontos
útiles que todos conocemos saldrán a las calles a gritar: “welcome gringos, we
were waiting for you” haciendo fiestas y regalándole claves blancos…
Lo que no saben es que estos “libertadores” del yugo socialista les cambiarán
claves por balas y bombas.
La lucha sigue siendo larga. Nuestra organización es una necesidad
perentoria.
Defendamos nuestros logros.
carrodcas@gmail.com
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