Memorias de un escuálido en decadencia
Traidores
¡Dime con quién dialogas y te diré quién eres! Ahora si nos jodimos. Hay traidores por todas partes. El dictador Maduro dice que le van a dar una puñalada por la espalda, y que estén pendientes, y a nosotros nos dicen una vaina hoy y otra mañana. Ya Julio –Matemático- Borges dijo que el candidato era Embajada Radonski, y después, cuando se dio cuenta de que había metido las extremidades brutalidad adentro, dijo que llamaría a unas primarias, qué bolas. Por lo visto la traición es lo único democrático que nos queda en la oposición. Ya todos tienen su carta interamericana bajo la manga, es decir, su Almagro, la gente de AD tiene a Espoleta Allup, y el partido de no sé qué vaina, tiene a Henry –Tranquilito- Falcón. Y nosotros, mientras tanto, traicionando en la Asamblea Nacional al país, al votar unánimemente para que nos apliquen de una vez esa carta que nunca llega. Y allí demostramos que a la hora de traicionar nosotros somos los mejores, porque no traicionamos pendejadas, traicionamos a la patria, es decir, a lo que nunca hemos tenido, para ser sinceros.
Lo bueno es que hay traiciones en los dos lados. En el lado del chavismo andan buscando traidores, y por lo visto ya algunos saben quiénes son. Y de nuestro lado la traición es de más alta calidad. Es decir, muchos de nosotros ya traicionamos esas ideas izquierdistas, o como diría un analista, esa enfermedad infantil del izquierdismo, en cambio por allí hay unos chavistas que después que se forraron en dólares se fueron del país y traicionaron esas pendejadas en las que hicieron creer que ellos creían. Es que políticamente nosotros tenemos en nuestras filas al compañero Ismael – Talanquera- García, pero los chavistas tienen allí a Ricardo –Estudiante- Sánchez y a William –Candidato- Ojeda, es decir, gente que va de aquí para allá como mano de pilón.
Hay unas traiciones políticas más bravas. Esa de votar en la Asamblea Nacional pidiendo que nos apliquen la Carta es una vaina que va a quedar como una de las más altas traiciones de la clase política en Venezuela, pero a nosotros nos importa un carajo con tal de salir del régimen. El único que no pudo votar pero dejó su voto por escrito, fue el compañero Luis –Canchunchú- Florido, porque estaba montado en un avión rumbo a Washington a hablar con el compañero Almagrotesco.
El papá de Margot entró triste, solitario, final y descangallao con una botella de ron en la mano. "Esa desgraciada me traicionó con mi compadre Miguel"- Así dijo. Y se lanzó un lamparazo y puso la botella sobre la mesa y fue al cuarto y el coñazo que le metió a la puerta se escuchó más allá del Cunaviche, más allá del Cinaruco, más allá del Meta, más lejos que más nunca.
- Toma este puñal y ábreme las venas- me canta Margot
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