Añoranza de lo odiado | Carola Chávez
"Los mismos que han negado todos y cada uno de los logros del chavismo, ahora reconocen que Chávez sí hizo lo que ellos decían que no había hecho"
Hace poco, alguien grabó con su teléfono una entrevista improvisada a un niño que pedía dinero en un McDonald’s del este Caracas. Fue todo un escándalo en la redes sociales.
“Niños pidiendo dinero ¡Hasta dónde hemos llegado!”, tuiteaban los mismos que negaron siempre que las políticas contra la pobreza de Chávez acabaron con la triste realidad de los niños de la calle. Los mismos que han negado todos y cada uno de los logros del chavismo, ahora reconocen que Chávez sí hizo lo que ellos decían que no había hecho.
Resulta que ahora el objeto de su odio, el malvado que había que tumbar a toda costa, “aunque haya que poner unos muertos”, no era tan malo, y las razones que esgrimían para odiarlo como lo odiaban no eran tales… “Pero ahora sí hay hambre y no me lo vas a negar”, dicen hoy con irreprimible sonrisa de triunfo.
Los mismos que celebraron la caída de los precios del petróleo, los que apuestan por Dolar Today y se frotan las manos con sus arbitrarias subidas, hoy se horrorizan porque hay niños pidiendo en la calle, porque hay gente que jurunga la basura y para que nadie lo dude, van y los graban, y tuitean el video con alguna frase desgarradora e indignada por “el país en el que nos han convertido”. Ya está, ellos ya hicieron su parte.
Los graban en sus municipios, donde gobiernan ellos, quienes -se supone- tienen todas las soluciones, pero que no hacen ni una tómbola de caridad para ayudar a esos pobres que, dicen, les preocupan tanto. Nadie mueve un dedo más allá de un tuit, nadie exige que su gobernador, el Flaco Bello, o sus alcaldes hagan algo, aunque sea un poquito. No les exigen nada porque, la verdad, es que no les importa el hambre ajena, porque en todo caso, esta crisis ha sido su bandera, la única que les ha dado frutos electorales.
Por eso, los desgarrados por el hambre ajena, cada iniciativa que tome el gobierno para apoyar al pueblo es un “chantaje a la cubana”, y el pueblo organizado en los Clap, no es más que “lambucios que se venden por una caja de comida”. Claro, siempre es mejor que jurungen la basura para filmarlos y y tuitear al mundo que Maduro no mata de hambre. #SOSVenezuela ¡Carta Democrática y bloqueo ya!
Y si un día lograran la pesadilla de un gobierno antichavista, los veríamos añorando a Nicolás, como hoy añoran a Chávez.
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