Mariadela Linares
Cerebros vacíos
La llamada guerra de cuarta generación, esa que utiliza la informática para sembrar terror y sumir aún más en la alienación a las mentes débiles, la que emplea el terrorismo cibernético para hacer creer que realmente pasa lo que sucede sólo virtualmente, está encontrando caldo de cultivo fácil en el frenético morbo de cierta parte de la población opositora venezolana.
El jueves, un señor que ha tomado por hábito vestirse de San Nicolás y apostarse en la Cota Mil a desearles feliz Navidad a los caraqueños generó un caos vehicular. Como quiera que por estos días abundan las quejas, con sobrada razón, acerca de la anarquía vial capitalina, unos agentes de la PNB se acercaron gentilmente al señor para invitarlo a irse con su campanita a otra parte. Hasta se tomaron unas fotos con él y le dieron la cola. Inmediatamente, y con la magia de la instantaneidad, proliferaron los mensajes de que "la policía detuvo a Santa".
El día anterior había salido en este diario una nota que afirmaba que un maestro perteneciente a la FVM, seccional Carabobo, denunciaba que los textos de estudio que recientemente entregó el Gobierno tenían un contenido ideologizante. No lo leímos en la información, pero enseguida pensamos que los tales libros, en matemática, seguro ponen a los niños a contar cambures en lugar de manzanas, como era lo usual, aunque en este país no se produzca esa fruta. O quizás lo haga en barriles de petróleo. Pero eso sería terrible. Como debe ser horrendo también que a los estudiantes se les diga que el 12 de octubre no tenemos nada que celebrar, porque ese día arribaron al continente un montón de saqueadores que arrasaron con estas tierras durante 300 años. Más liviano era lo que aprendíamos nosotros: a los españoles debemos solícito amor, porque ellos nos trajeron la lengua y la religión. Seguro que los "salvajes" indios hablaban por señas y que las deidades aborígenes no habían pisado el cielo.
Algunos maestros están preocupados, entonces, porque en Sociales los niños nuestros aprendan cosas distintas a las que las editoriales españolas se empeñan en meterles en sus cabecitas. E imaginamos que sobre esa materia deben recaer las críticas más duras, porque dudamos que en Biología o en Ciencias el Gobierno se atreva a inventar la pólvora, para que no lo acusen de copión.
Leímos lo de la presunta ideologización un día y nos preguntamos al siguiente qué dirá el maestro acerca de la iracundia por el "atropello a Santa". Tal vez al educador también le preocupe, como a nosotros, que aquí desapareció la tradición del Niño Jesús, aunque no naciera en la Cota Mil, y que "Santa" sustituyó a San Nicolás, porque suena más nice. Estamos segurísimas de que debe igualmente estar mortificado por el creciente ascendiente de festividades como Halloween y el desprecio a los tambores de San Juan, porque hay mucho "niche" ahí moviendo el esqueleto.
Y ni hablar de que los chamos se enteren de que el Libertador tenía una amante que, para colmo, era casada. De semejantes escándalos no sabíamos antes y a este Gobierno antigringo le dio por destaparnos verdades. Para colmo, y como si este infierno que vivimos no ardiera suficiente, Venezuela acaba de parir una OEA sin Estados Unidos. Tiene razón en quejarse; vivimos un "exceso" de criollismo.
mlinar2004@yahoo.es
El jueves, un señor que ha tomado por hábito vestirse de San Nicolás y apostarse en la Cota Mil a desearles feliz Navidad a los caraqueños generó un caos vehicular. Como quiera que por estos días abundan las quejas, con sobrada razón, acerca de la anarquía vial capitalina, unos agentes de la PNB se acercaron gentilmente al señor para invitarlo a irse con su campanita a otra parte. Hasta se tomaron unas fotos con él y le dieron la cola. Inmediatamente, y con la magia de la instantaneidad, proliferaron los mensajes de que "la policía detuvo a Santa".
El día anterior había salido en este diario una nota que afirmaba que un maestro perteneciente a la FVM, seccional Carabobo, denunciaba que los textos de estudio que recientemente entregó el Gobierno tenían un contenido ideologizante. No lo leímos en la información, pero enseguida pensamos que los tales libros, en matemática, seguro ponen a los niños a contar cambures en lugar de manzanas, como era lo usual, aunque en este país no se produzca esa fruta. O quizás lo haga en barriles de petróleo. Pero eso sería terrible. Como debe ser horrendo también que a los estudiantes se les diga que el 12 de octubre no tenemos nada que celebrar, porque ese día arribaron al continente un montón de saqueadores que arrasaron con estas tierras durante 300 años. Más liviano era lo que aprendíamos nosotros: a los españoles debemos solícito amor, porque ellos nos trajeron la lengua y la religión. Seguro que los "salvajes" indios hablaban por señas y que las deidades aborígenes no habían pisado el cielo.
Algunos maestros están preocupados, entonces, porque en Sociales los niños nuestros aprendan cosas distintas a las que las editoriales españolas se empeñan en meterles en sus cabecitas. E imaginamos que sobre esa materia deben recaer las críticas más duras, porque dudamos que en Biología o en Ciencias el Gobierno se atreva a inventar la pólvora, para que no lo acusen de copión.
Leímos lo de la presunta ideologización un día y nos preguntamos al siguiente qué dirá el maestro acerca de la iracundia por el "atropello a Santa". Tal vez al educador también le preocupe, como a nosotros, que aquí desapareció la tradición del Niño Jesús, aunque no naciera en la Cota Mil, y que "Santa" sustituyó a San Nicolás, porque suena más nice. Estamos segurísimas de que debe igualmente estar mortificado por el creciente ascendiente de festividades como Halloween y el desprecio a los tambores de San Juan, porque hay mucho "niche" ahí moviendo el esqueleto.
Y ni hablar de que los chamos se enteren de que el Libertador tenía una amante que, para colmo, era casada. De semejantes escándalos no sabíamos antes y a este Gobierno antigringo le dio por destaparnos verdades. Para colmo, y como si este infierno que vivimos no ardiera suficiente, Venezuela acaba de parir una OEA sin Estados Unidos. Tiene razón en quejarse; vivimos un "exceso" de criollismo.
mlinar2004@yahoo.es
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