El Cocui que alumbra…
Una vez más, contra todas las dificultades, las artesanías y productos del agave cocui, como el bicuye y el cocuy de penca, acompañarán la navidad y las fiestas de año nuevo de larenses y falconianos, en una admirable persistencia de las tradiciones populares que nos identifican y que han resistido por generaciones las embestidas coloniales iniciadas el siglo XVI y expresadas hoy en las tentativas de globalización del siglo XXI, y que han pretendido, siempre, avasallar y dominar a los usos y costumbres de nuestros pueblos y naciones con la imposición de valores foráneos que afecten desde la indumentaria, la gastronomía, la religión y las festividades hasta la economía, la ética y los conceptos intelectuales.
Han transcurrido más de 6 años que la primera y fundacional Asamblea Nacional, reformara estructuralmente la Ley de Impuesto sobre Alcohol y Especies Alcohólicas, para autorizar la producción artesanal de licores y bebidas alcohólicas autóctonas, provenientes de materias primas de origen vegetal, cultivadas en Venezuela, verbo y gracia, el nativo agave cocui, declarado también en noviembre de 2005 como Patrimonio Natural, Ancestral y Cultural de Venezuela.
Esa legalización, concebida para beneficiar jurídica y económicamente a centenares de artesanos, campesinos, campesinas y unidades familiares de producción de Lara y Falcón y conquistada en el marco de una fuerte batalla con empresarios, comerciantes e industriales que han monopolizado la producción y comercialización de licores, aún no traduce esos beneficios a la realidad cotidiana de los pequeños productores.
Es importante recordar que la Reforma de la Ley de Alcohol que permitió la producción artesanal de bebidas alcohólicas autóctonas por personas y organizaciones de la economía social en 2005, fue ratificada por Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Nº 5.618 del 03 de octubre de 2007, por el Presidente de la República Hugo Chávez Frías.
Las finalización del año 2011 es propicio para realizar un breve balance de gestión; en ese sentido, con la excepción de 8 afortunados artesanos falconianos , (en seis años) los aproximadamente 350 productores artesanales de Lara y Falcón, no han logrado aún obtener los Registros y Permisos sanitarios y legales que expiden el Ministerio del Poder Popular para la Salud y el SENIAT, negativa basada en la aplicación del ilegal y vencido Reglamento de la Ley de Impuesto sobre Alcohol de 1985 que entra en contradicción sustantiva con las Reformas estructurales de la Ley de 2005 y 2007.
Ese viejo Reglamento, decretado por el ex presidente Jaime Lusinchi en julio de 1985, (que debió dar paso a uno nuevo en correspondencia con las Reformas de 2005 y 2007) favorece abiertamente a los sectores empresariales y oligárquicos de la industria de licores y bebidas y proscribe la producción artesanal, sometiéndola a requisitos insalvables para los productores de la economía social. Esa circunstancia se ve agravada por el hecho de que las instituciones y funcionarios responsabilizados del acompañamiento financiero, técnico, sanitario y social de la tradicional economía endógena del cocuy , se rigen y aplican el anacrónico Reglamento lusinchista, ignorando misteriosa y obstinadamente el mandato superior de las Reformas de Ley.
Para sumar adversidades, las políticas públicas destinadas a la organización sustentable del sector artesanal cocuyero , sobre todo en Lara, no derivan de un diagnóstico real de la situación actual de productores y recursos, o de un PROYECTO INTEGRAL DEL AGAVE COCUI que haya surgido de la interacción y consenso entre productores y funcionarios, sino que en dos oportunidades, esas políticas se han impuesto desde arriba, con una agenda adelantada a “realazos” y con un acompañamiento institucional espasmódico y apresurado, que omite una gestión incluyente domiciliada permanentemente en el hábitat de los productores artesanales.
Esa agenda oficial para el agave cocui, acelerada hoy por la perspectiva de la posible exportación a Rusia, es irreal. No es posible una economía de exportación sin resolver el nudo gordiano previsto en la Reforma de Ley para la elaboración del cocuy: la repoblación de la especie. En efecto, durante muchos años , el agave cocui silvestre ha sido fuente o materia prima para todos los fabricantes, sobre todo para los productores industriales del mal llamado aguardiente de cocuy que han depredado y deforestado intensamente las reservas de agave sin nunca reponerlo o resembrarlo. Por eso es imposible pensar en una exportación sostenida en el corto plazo ( los próximos 5 años). Los notables esfuerzos individuales de productores artesanales para cultivar algunas Has. de agave cocui son asaz insuficientes. Sin embargo, la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal devela una alternativa sustentable para la creación, en tierras baldías del árido y semiárido de Lara y Falcón, de Empresas de Propiedad Social Indirectas que adelanten el financiamiento, siembra y cultivo intensivo, con la asesoría de universidades regionales, de variedades de alto rendimiento y ciclo vegetativo más corto de agave cocui trelease. Esa es la base ineludible para una gestión compartida entre Estado y Productores de una economía del agave cocui sustentable.
El segundo factor prioritario que deben considerar las Instituciones Oficiales se refiere al necesario reconocimiento y protección de la economía social y de los saberes populares, negados en el espurio reglamento “vigente”. Registro y Permiso sanitario y Registro de Artesanos por parte de Min Salud y Seniat para Cooperativas y Artesanos, apoyo técnico y financiero para la capacitación y producción y exoneración de impuestos y alcabalas, son pasos necesarios de esa agenda que acumula 6 años de rezago. Adicionalmente, se debe modificar la visión de concebir a cada fabricante artesanal como a un empresario capitalista en ciernes acuciado por el afán de lucro, y no como a un productor generador de impactos económicos y sociales colectivos.
Siembra, repoblación sistematizada de la especie, regulación sanitaria y tributaria de artesanos y organizaciones productivas, financiamiento oportuno y diversificación de la producción, son los elementos esenciales para diseñar y ejecutar una positiva gestión económica-social del agave cocui.
Equipararse al tequila que se procesa industrialmente (con una historia registrada desde el siglo XVII) y que produjo en 2010 la cantidad de 257,4 millones de litros, exportando el 59, 1%, esto es, 152,2 millones de litros, es por ahora una utopía. Pero, competir con el mezcal, que se elabora artesanalmente en México, y cuya producción certificada por el Consejo Regulador del Mezcal el año anterior fue de 1 millón 532 mil litros , de los cuales exportaron 422.824 litros (27,5%) es un logro factible de emular en un plazo entre 7 y 9 años, de cumplirse los requisitos antes señalados, y basado en la probada alta calidad del cocuy 100% agave.
Sin embargo, la exportación del cocuy supone alcanzar previamente un reconocimiento y preferencia interna como bebida nacional, tal como lo expresara el desaparecido y recordado productor artesanal caroreño Don Hermes Chávez, cocuyero y comunista, al proponer declarar al cocuy de Venezuela como brindis oficial en Embajadas, Consulados, Instituciones en efemérides festivas dentro y fuera del país. Con sentido de pertenencia e identidad. Como Dios y la Revolución mandan!!
ERICK ANTONIO JIMENO
Diciembre de 2011
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