¿POR QUÉ LA RESISTENCIA A LA VÍA COMUNAL?
Para responder no está de más revisar cuál es la diferencia fundamental entre socialismo y capitalismo. La ortodoxia marxista, esa que inventó el PCUS, no dejará de insistir en que el socialismo es una nueva manera de producción sin la explotación de unos pocos sobre todos los demás. No está en discusión que el salario de sobrevivencia convierte a los trabajadores en mercancía encadenándolos a la producción. Como tampoco lo está que el capitalista se queda con una parte de lo producido bastante mayor de lo que paga por ello.
Ahí radica la energía de los regímenes capitalistas asegurados por leyes y gobernantes que le dan control y continuidad. Sin embargo, ¿qué ocurrió en la Unión Soviética y en los países socialistas de la Europa Oriental, e inclusive en Cuba? La ortodoxia devino desviación. El suponer que todo lo anterior se resuelve convirtiendo al Estado en dueño de todos los medios de producción, incluyendo la tierra, encargándole los salarios de los trabajadores y sus asignaciones por vía de la educación, salud y los servicios públicos, es abdicar de las capacidades de la sociedad.
El tutelaje torció al socialismo. El Estado en vez de dedicarse por entero a la planificación, a la seguridad y defensa de la nación, es decir, lo estratégico, asume a través de funcionarios del Partido, las tareas que le corresponde a la sociedad. El grito de Lenin en los primeros años de la revolución “Todo el poder a los soviets…”, se desoyó luego de su muerte prematura. Como ha sido desoído el “Comuna o nada…” de Chávez. Ese “socialismo real” que ve a los trabajadores como militantes asalariados, no entiende que el fin último de la sociedad no es el trabajo sino la profundización de la democracia.
El actual Estado venezolano, copia del Estado burgués pero con ese socialismo enfermizo, se afana en implantar una economía mixta que obligue a las corporaciones empresariales a compartir el mercado con la cúpula del partido. Es dentro de ella que pretende planificar, discutir y ejecutar. Allí se financia al empresariado privado y se contrata a los asalariados para el trabajo asignándoles ayudas para la vida, y recordándoselos. Por eso ven la vía comunal como subversión.
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